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{ENTREVISTAS}

Imágenes, redes sociales y la teoría de un mundo nuevo

Cristina Fernández Crespo expone 'Tras el signo numeral' en el Instituto Riojano de la Juventud

‘Tras el signo numeral’ puede entenderse como una tesis convertida en acción artística. Así define el fotógrafo y director de la Casa de la Imagen, Jesús Rocandio, el proyecto de Cristina Fernández Crespo, del que ha sido tutor dentro de la Muestra de Arte Joven de La Rioja. La artista riojana percibió que existía una cierta similitud entre la actitud de las personas en las redes sociales y la labor del comisariado artístico. “El comisario de una exposición –resalta Cristina- utiliza una serie de obras para contar un relato, emplea aquellas que considera más adecuadas para contar la historia que quiere. En las redes sociales actuamos de forma similar. De alguna manera contamos nuestra historia pero hacemos público lo que queremos que los demás sepan de ti. No deja de ser una labor similar a la del comisario artístico”.

 

Cristina Fernández lo describe en el texto que acompaña a la exposición que acoge, hasta el 4 de noviembre, el Instituto de la Juventud de La Rioja (IRJ) y que describe la investigación realizada. “La popularización y el uso extendido de las redes sociales, junto con la hipervisualidad propia de nuestro tiempo, ha derivado en procesos de autodiseño y autoconstrucción del yo dentro del juego de las dinámicas personales e interpersonales en Internet. La sobreexposición a la que nos enfrentamos en las redes sociales nos ha obligado a ser selectivos con nuestras actividades, a seleccionar qué queremos comunicar y qué queremos mostrar; en definitiva, quién queremos ser. El proceso de modelar una vida propia, de construir simulacros de una biografía idílica, ha ido de la mano de ciertas herramientas de edición de imágenes y de algunos códigos propios de este tipo de prácticas. Todo ello ideado para conseguir una mayor audiencia, ganar más likes y seguidores, que en cierto modo pueden ser un indicador de nuestro ‘éxito social’”.

 

La artista riojana recuerda que “cada vez que seleccionamos una imagen para mostrarla en las redes sociales resaltamos u ocultamos algo. Como usuarios de las redes sociales contamos experiencias que creemos que merece la pena ser vistas. De igual manera un artista muestra de entre sus obras las que considera merece la pena ser contempladas”

 

La investigación comenzó en enero de 2017 y concluyó el 4 de septiembre. La propia artista fue la protagonista del proyecto a través de su perfil de Instagram, red social escogida como referencia del proyecto. “’Tras el Signo Numeral’ lleva la experiencia de usuario al campo de la práctica artística, analizando las estrategias utilizadas dentro de los códigos propios de la red social Instagram, con especial atención a las intersecciones existentes entre el auto-diseño del yo, mediante la producción-selección de imágenes y la narración biográfica en primera persona, y la práctica curatorial en las exposiciones de arte”.

 

Cristina reside en la ciudad británica de Oxford desde hace dos años, aproximadamente. Desde allí, esencialmente ha realizado la investigación que le ha permitido dar cuerpo a ‘Tras el signo numeral’. “A lo largo de estos meses –detalla- he subido fotos tomadas en España, de Viajes, pero el ochenta por ciento han sido imágenes realizadas en Oxford, de las cuales el cincuenta por ciento fueron realizadas en mi habitación”. El estudio de la interacción en Instagram a lo largo de estos meses ha permitido a Cristina analizar qué imágenes tienen una mayor aceptación, cuáles generan más comentario, cuáles obtienen más likes e, incluso, los datos de visualización. “La estadísticas de visualización de imagen revelan –explica- que la interacción en Instagram representa sólo el 10 por ciento de las imágenes visualizadas por los usuarios”. Del mismo modo, Cristina considera que es interesante plantearse por qué aquellas imágenes que muestran retratos o autorretratos son las que más éxito tienen. “¿Por qué en una red social donde no hay nada físico apelamos tanto al físico?”.

Así, Cristina Fernández ha constatado que los retratos o selfies, las imágenes de viajes o lugares, las gastronómicas, de mascotas, objetos de diseño y cosmética y el fitness son las fotografías con más aceptación en Instagram. “No podemos obviar –apunta- que al final cada una de estas categorías habla, de una forma u otra, de la belleza. Estamos creando un mundo donde prima lo esencialmente bello”.

 

A través de su propio perfil, Cristina subió 140 fotografías y puso en marcha diferentes estrategias para hacerlas más atractivas, jugando además con el concepto de hashtag (etiqueta. Al mismo tiempo, inició la recepción de las interacciones, de los likes, me gusta, de los comentarios, del tipo de público que interactuaba, todo con el fin de comprobar qué hace que el algoritmo de Instagram genere más visitas. Concluido el estudio la artista riojana lo tiene claro: “la reciprocidad, la interacción en la red, en Instagram y también en Facebook, que no dejan de estar conectados. Lo que viene a significar que para tener cierto éxito social hay que relacionarse”.

 

Llegados a  este punto de la conversación, si retomamos la comparación entre la vida virtual en las redes y la labor de comisariado artístico, Cristina resalta que “el arte es esencialmente comunicación y a veces es preciso añadir más comunicación que la propia obra o que sólo la obra”. Así, al acceder a la Sala de Exposiciones del IRJ, el visitante se encontrará ante una única pieza compuesta por tres videos. “Refleja –describe Cristina- la esencia del proyecto; la obra no está en sí, sino que es un reflejo del proceso que he realizado en el entorno virtual de Instagram”. Por ese motivo, la artista ha volcado su análisis en una publicación que acompaña la muestra que acoge el IRJ. “Es un texto analítico, acompañado de gráficos y ejemplos, en el que he contado con la colaboración de Virginia Lázaro, que trabaja igualmente en un proyecto sobre la imagen en internet. No es una exposición al uso, no hay obras que contemplar, por ese motivo he editado una publicación que explica el proceso y las motivaciones. Quizá la obra en sí está más en la publicación que en los vídeos”. 

 

Los tres vídeos que dan forma a esa pieza única aluden al concepto de etiqueta o hashtag; a las manos de la propia artista tecleando frases relacionadas con la relación de las personas con internet en un móvil Nokia modelo antiguo; y un scroll del propio perfil de Cristina simulando la navegación por Instagram y mostrando todas las imágenes del proceso.

 

Y entonces, ¿somos más o menos nosotros en las redes sociales? Cristina rechaza la idea de ser más o menos nosotros. “Es un nueva humanidad, somos identidades reales y también identidades virtuales. La identidad virtual está modificada y manipulada intencionadamente por nosotros mismos”. La duda la plantea la propia artista. ¿A quién pertenece entonces una imagen subida a Instagram, a quién la sube o a quién la observa? Cristina cree que es una cuestión de percepción. “El usuario sabe que lo que ve es la mejor versión de los demás, además no creo que quiera ver la peor versión ya que en las redes sociales estamos ante una constante apelación a la belleza”.

De alguna manera la idea de la fotografía artística se pervirtió en las redes sociales. “Hoy en día internet concede cada vez más importancia a la imagen, los móviles están orientados a la toma de selfies, por ejemplo, y se exprime la imagen que llegan a ser prácticamente pornográficas desde el punto de vista de que son sencillas, apelan al deseo inmediato e instantáneo y a la belleza”. A lo largo de estos meses de trabajo, Cristina ha constatado que los perfiles más seguidos de Instagram son los de las celebritys “y aluden con mucha frecuencia a lo físico. Patrones que siguen los perfiles de chicas y chicos muy jóvenes. En definitiva el like es la forma moderna de percibir el éxito social. Ya no hay manera de entender el mundo, al menos el occidental, sin estar conectado”. No por nada alude Cristina al inicio de su texto a la artista sudafricana Marlen Dumas: “Mi arte oscila entre la tendencia pornográfica a revelarlo todo y la inclinación erótica por esconder lo que lo define”.  Asegura Jesús Rocandio que “este tipo de imagen es coherente con el momento histórico de difusión generalizada de las fotografías, huye del elitismo artístico, de la anacrónica pertenencia a tal o cual movimiento creativo. El trabajo de Cristina se funde en el común denominador para establecer una particular cosmovisión, que le permite establecer una teoría de un mundo nuevo, transformado en pequeñas celdas para explicar lo humano”.

 

A través de los meses de trabajo, Cristina Fernández parace haber corroborado en ‘Tras el signo numeral’ su percepción inicial. “El estudio buscaba los posibles paralelismos existentes entre la actividad como usuario, que en último término queda reflejada en una galería de imágenes de una red social, y la actividad del comisario, que se materializa en el espacio expositivo, partiendo de la base de que ambas figuras comparten lugares comunes básicos: un cierto análisis de las imágenes, un proceso selectivo en base a criterios propios, la intención de contar historias y construir relatos a través de fragmentos y, por último, la creación de audiencias”./Javi Muro

 



Autor: Javier Muro

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