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{ENTREVISTAS}

La ciudad, fábula y milagro de belleza y poesía

Cristina Fernández Crespo ha coordinado el cuaderno 'Habitar lo habitual', en Mujeres en el Arte

“A quien sabe escuchar, la metrópolis se le aparece como un ser en continuo movimiento; a quien camina por ella le regala paisajes inagotables”. Esa era la percepción que de la ciudad tenía el escritor y arquitecto del Modernismo, August Endéll y a su reflexión regresa Cristina Fernández Crespo en ‘Habitar lo habitual’, el cuaderno publicado en el marco del festival Mujeres en el Arte en La Rioja, en el que realiza un recorrido a través de imágenes y textos, “que hablan sobre lo que es la ciudad y la experiencia de lo urbano desde la mirada de artistas, arquitectas y teóricas del arte en La Rioja”.


‘Habitar lo habitual’ es la adaptación en papel de KIPPEL, el blog dedicado al arte contemporáneo que edita Fernández Crespo, quien recuerda que vivimos lo urbano desde una enorme intensidad, “lo que explica el enorme interés de las artes y la filosofía”. Sitúa la autora a partir del siglo XX –aunque desde siempre se habló de la confrontación entre lo rústico y lo urbano- la mayor relación entre el arte y la ciudad. “Coincide con las grandes transformaciones como el automóvil, el teléfono, el avión, la generalización del ferrocarril, elementos que aceleraron el rimo de vida”. Es el tiempo de las vanguardias, de los ‘ismos’ que surgen a través de lo urbano… rascacielos, avenidas, calles, plazas… y como decía Endéll.. a quien sabe escucharla, la ciudad se le aparece en continuo movimiento.

 

Apunta Cristina que la ciudad y el movimiento urbano “copan la creación poética –a partir de Baudeleire-, artística –especialmente en pintura y fotografía- y cinematográfica - teniendo como hitos las películas ‘Metrópolis’ de Fritz Lang (1927) y Blade Runner (1981), que marcan la distancia entre la experiencia y la proyección de lo urbano en tan sólo cincuenta años-, desde finales del siglo XIX y hasta la actualidad donde el tema mantiene su fuerza y es renovado de forma constante”.
Resalta ‘Habitar lo habitual’ que el relato urbano ha ido variando y transformándose, reflejando “el uso y abuso que en este tiempo se ha hecho de la ciudad”. Al mismo tiempo, señala Cristina, el arte no se puede concebir ajeno al entorno. “Tampoco de las relaciones de poder, políticas y económicas, elementos que la ciudad multiplica y condiciona los procesos creativos”.


‘Habitar lo habitual’ muestra la obra de mujeres que ofrecen una pluralidad creativa a la idea de ciudad, “polimorfa, paradójica, excesiva, hostil, ruinosa, funcional, bella o serena”. Lo hace además, desde dos perspectivas. Por un lado, la visión que parte de la ausencia, “desde la óptica establecida desde la fascinación por la anotomía de lo urbano”. Por otro, la que se fundamenta en la presencia, “en el interés por los ritmos, procesos e interacciones sociales”. Las fotógrafías de Lorena Martínez Acha y Marta Corada, la pintura de Virginia Vallilengua, los collage de Mercedes González de Garay y los textos y reflexiones de la arquitecta Aurora León, Mónica Yoldi, Sara Canalejas y Laura Pérez Pastor son las protagonistas de ‘Habitar lo habitual’.

 

Las imágenes de Lorena Martínez Acha hablan de la sinfonía de las ciudades –referencia a la película ‘Berlín’- reflejan “algo cercano al silencio, la ciudad como un lugar de belleza hermética”. Un concepto similar al mostrado por la pintura de Virginia Vallilengua, “donde el esqueleto de la urbe refleja la lejanía entre estos espacios y la naturaleza que un día fue nuestro hogar”.
Por el contrario, los collage de Mercedes González de Garay apunta la ciudad como un exceso, como algo caótico y masificado, “cuestiona como se masifican los lugares turísticos y de ocio desde el cinismo, contrarios al descanso que se ofrecen como destinos turísticos”.


La arquitecta Aurora León enumera desde la ironía los elementos que el paseante puede encontrarse al recorrer la calle Bretón de los Herreros de Logroño, ¡cerca de dos mil! Mientras, Mónica Yoldi analiza las fotografías de Marta Corada. “Imágenes que son montajes gestados a través de múltiples disparos, que después mezcla provocando que las personas compartan espacio. Parecen imágenes de lo cotidiano, pero son irreales, transcienden de los real, reflexionan sobre la realidad”. Lo dice Endéll al inicio de ‘Habitar lo habitual’: “Lo extraordinario es que la ciudad, pese a sus feos edificios, su bullicio y todas las demás cosas que se le pueden reprochar, continúa siendo un milagro de belleza y poesía, una fábula, la más multiforme y variopinta, jamás narrada por un poeta, una patria, una madre, que cotidianamente colma a sus hijos de alegrías siempre nuevas”./Javi Muro



Autor: Javier Muro

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