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Objetos a través del espejo

Trapería de Klaus ha abierto su segundo establecimiento en Logroño

Nada más cruzar el umbral de la puerta de la Trapería de Klaus un sillón tapizado en rojo pop te advierte de que quizás estés iniciando un viaje en el tiempo y de que la previsión con la que saliste de casa de adquirir algo práctico –algo que necesitas- es posible que se diluya entre los hechizos recitados en voz baja por los objetos que ya han residido y perdurado  en vidas anteriores.


La escultura que reposa junto al sillón parece prevenirte de que estás a punto de atravesar el espejo y adentrarte en un universo desbordado de magia y ‘cosas’ que parecen contar historias. Balancines de madera en forma de tren que invitan a divertirse sin cables; colecciones de coches en miniatura que descansan en vitrinas tras tomar parte en vertiginosas carreras; clicks de Famobil curtidos en mil batallas e incluso algún Conan en busca de contienda.

 

Carteles de cine y publicidad, placas que recuerdan viejos anuncios comerciales y latas de Cola Caos, que desde las cocinas de los años 70 se han transformado hoy en piezas de diseño. Todos y cada uno de los objetos que reposan en la nueva tienda de Trapería de Klaus –ubicada en la calle Somosierra 7 de Logroño- parecen tener un relato que contar. Por supuesto, los muebles. La silla clásica que preside las estanterías que acogen varios miles de libros ordenados por temáticas y autores. Una silla que recuerda que acomodados en ella se han leído buena parte de los títulos de la biblioteca, ya sean clásicos, novela negra, o literatura juvenil… hasta poesía y algún ensayo.
Libros que quizá –y sólo quizá- pudieron haberse imaginado y redactado sobre alguno de los escritorios expuestos, empleando quizá –y sólo quizá- algunas de las plumas y tinteros e iluminados por la luz de los candelabros que puedes encontrarte al recorrer los pasillos de De Klaus. Libros que en realidad muchos de ellos fueron escritos lejos, en países remotos que probablemente hoy ya no existan pero que perviven en los mapas y los globos terráqueos que decoran las paredes y estantes del local.

 

Un mundo que fue y en el que nos comunicábamos haciendo girar la ruleta de números del teléfono y que más allá aún en el tiempo tenían en las revistas y magazines el resumen social semanal de lo que ocurría por ahí. Retratos sociales que provenían también de las cámaras de fotos analógicas; aquellas en las que era necesario pasar el carrete tras cada disparo y que nos obligaban a pensar con detenimiento la conveniencia de la fotografía.
Imágenes que seguro recogieron también las gestas ciclistas cuando nadie había oído hablar de pedales automáticos ni cambios electrónicos. Del techo de Trapería de Klaus cuelga una de aquellas bicicletas que seguro también un día voló sobre el asfalto de las carreteras.


Al fondo, en un rincón, surge un estudio de música. Una gran cabina musical abierta con su tocadiscos, su inmensa colección de discos, su micrófono, sus altavoces y su guitarra. Una guitarra que acomodada sobre una moto clásica parecer querer sintonizar su ronroneo al del motor de la motocicleta.


Todo puedes encontrarlo en Trapería de Klaus si has decidido cruzar el espejo y dejarte arrastrar por las historias que cuentan los objetos. Trapería de Klaus ha abierto su segundo establecimiento en Logroño que se suma al ya existente en la calle Escuelas Pías. Un espacio de 150 metros cuadrados que permite exponer un catálogo mucho más amplio. Artículos de coleccionismo, discos de vinilo, más documentos antiguos, muebles y objetos de decoración y por supuesto un lote mucho mayor de libros a peso, pues hay que recordar que TraperíaDeKlaus es el segundo negocio en España que vende libros de este forma tan peculiar, a tan solo 10 euros el kilogramo./Javi Muro

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