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{TURISMO / TURISMO}

Vinomiun, turismo alojado como en casa

Ubicados en la Avenida de Viana de Logroño, los apartamentos están totalmente equipados

Rehabilitar es dar vida y la Avenida de Viana de Logroño ha ganado en vitalidad desde hace unos meses. Mario y Sonia ya lo han comprobado; también Alfredo. Los tres se alojan en los apartamentos turísticos ‘Vinomium’. La pareja trata de completar el Camino de Santiago y Alfredo ha llegado a la capital riojana por motivos de trabajo.

Los apartamentos ‘Vinomium’ tienen una ubicación privilegiada a tan sólo unos metros del puente de Piedra –uno de los accesos norte a la ciudad- y vía de entrada de los peregrinos que recorren la Ruta Jacobea. Desde las ventanas de los apartamentos se puede contemplar el inicio de la calle Ruavieja y, por lo tanto, la puerta al corazón del Casco Antiguo. Una zona histórica de Logroño que acoge las antiguas bodegas subterráneas en las que se elaboraron los primeros vinos de ‘Rioja’.

Mario y Sonia, los peregrinos alojados en ‘Vinomium’, tienen como objetivo de su viaje conocer las ciudades por las que pasan en su camino a Compostela. “Por eso –explica ella- buscábamos un alojamiento que nos concediera libertad para poder estar varios días y poder organizar nuestras comidas o el tiempo que vamos a estar recorriendo cada localidad; algo más complicado de realizar en los albergues”. “Aquí –toma la palabra Mario- es como estar en tu casa, dispones de todo lo que necesitas, tienes los horarios que quieres y la posibilidad de cocinar tu propia comida”.
Y es que cada uno de los seis apartamentos disponen de cama de matrimonio, salón, mesa de comedor, sofá cama, cocina americana con frigorífico, lavadora secadora, baño y televisión.

A Alfredo lo ha enviado a Logroño su empresa; tres días de reuniones con otras tantas firmas riojanas. “Siempre existe la opción del hotel –apunta-, pero la diferencia es que un apartamento ofrece una serie de comodidades que para mí son muy importantes, sobre todo la sensación de estar en casa y disponer de espacio para poder trabajar cómodamente”. “Además –continúa- estoy a cinco minutos del centro de la ciudad. No tengo que mover el coche”.

Así es el centro de Logroño se encuentra a la distancia de un pequeño paseo, del mismo modo que otros espacio como el Palacio de Congresos, para aquellos clientes que se desplazan para asistir a jornadas organizadas en Riojaforum.

La fachada rehabilitada del edificio ‘Vinomium’ ya anuncia lo que serán los apartamentos. Una sencilla combinación de elementos recuperados del inmueble original y mobiliario moderno y acogedor.
“Nos encontramos un edificio muy deteriorado”, detalla Javier Solozabal, arquitecto y promotor del proyecto, “así que recuperamos los elementos que consideramos de interés y lo acondicionamos dándole al mismo tiempo, un estilo personal, que ejerciera de identidad”. ‘Vinomium’ ofrece seis apartamentos. Tres de ellos iguales y tres con una estructura diferentes, “dos de ellos son dúplex”, explica Javier.

Al igual que al elegir el nombre del proyecto, Javier Solozabal ha sido meticuloso a la hora de seleccionar la denominación de cada uno de los apartamentos. “Quería –apunta- un nombre relacionado con la cultura vinícola, con el ‘Rioja’, pero al mismo tiempo creía que había que salirse de lo habitual, de palabras ya muy trilladas”. En ese punto surgió la colaboración con Bodegas San Prudencio.
Ubicadas en Moreda, en un paraje privilegiado de La Rioja Alavesa, Bodegas San Prudencio es una joven apuesta por elaborar vinos innovadores sobre la materia prima excepcional que proporcionan las variedades de uva más tradicionales de ‘Rioja’: tempranillo, garnacha, mazuelo y graciano, cuando de tintas se trata; y macabeo y malvasía, en el caso de las blancas.

Bodegas San Prudencio elabora sus vinos con mimo y seleccionando de forma exhaustiva los vinos más apropiados para la crianza y el descanso en las barricas de roble francés y americano.

Esos vinos tratados con cariño son los que dan nombre a cada uno de los apartamentos de ‘Vinomium’. ‘Envite’, ‘Cónclave’, ‘depadre’, ‘Seducción’, ‘Malizia’ y ‘San Prudencio’, que por ser el de mayor superficie ha sido bautizado con el nombre de la bodega. Una idea original que concede personalidad al proyecto e individualiza y diferencia, al mismo tiempo, cada uno de los apartamentos.

“La idea –resalta Javier- nos pareció perfecta; ya que hila a la perfección el concepto del proyecto, el turismo, el dinamismo de una bodega joven, la cercanía a la zona histórica donde se inició la elaboración de los ‘riojas’ modernos y una denominación que se salía de lo manido y habitual”.
La decoración de los apartamentos es minimalista, con predominio de las líneas rectas y jugando con los tonos blancos y negros. “Quien se aloja aquí dispone de la comodidad de todos los servicios que pueda necesitar –describe Javier- y, al mismo tiempo, de una decoración atractiva sin elementos que la recarguen”. Lo esencial y útil presentado con un gusto exquisito.

‘Vinomium’ conjuga también la idea de tradición y modernidad que acompaña a un proyecto ubicado en el Casco Antiguo de Logroño en pleno siglo XXI a la hora de facilitar el acceso a los clientes. “Uno de los problemas que siempre se encuentran estos proyectos, y más en ciudades de un tamaño medio grande –apunta su promotor- es la entrega de las llaves coincidiendo con la llegada de los huéspedes”. En ‘Vinomium’ esa complicación se ha resuelto apoyándose en la tecnología. “Enviamos al cliente un código cuando confirma la reserva –vía electrónica, correo o móvil- con el que accede al edificio y a su apartamento con tan sólo introducirlo en el dispositivo; de esa manera también sabemos que el huésped ha llegado y que se ha instalado tal y como estaba previsto”. Dicho código permite que si en el apartamento se aloja más de una persona puedan salir y entrar indistintamente. Al finalizar el periodo de reserva el código se inutiliza.
‘Vinomium’ se suma a una moda creciente. Los apartamentos turísticos ofertan una opción de alojamiento alternativa, cómoda e independiente. Mario y Sonia han preparado el plan del día. “Hoy nos vamos a dar el lujo de descubrir las calles Laurel y San Juan –las dos calles tradicionales de tapeo de la ciudad se encuentran a escasos cinco minutos- y mañana retomaremos camino a Santiago”. Alfredo estuvo de pinchos ayer tras finalizar una de sus reuniones; aún le quedan un par de días de estancia en Logroño y esta tarde quiere aprovechar para sacar adelante algo de trabajo, ya tiene el portátil instalado en el salón. “Pincho moruno, champis y unas bravas”, recomienda a los peregrinos./Javi Muro