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{ARTÍCULOS DE OPINIÓN}

Al otro lado, quizá, el futuro

Encerrado en casa, hubo días en los que creyó que todo cambiaría para mejor. La decepción le golpeó en forma de escaleta de fases. Ingenuo. Algunos presidentes de comunidades autónomas, y otros seres de la misma especie, convirtieron lo que debían ser pasos precavidos en una carrera por colgarse la medalla del ‘somos los mejores, no olives votarnos’. Euforia de pacotilla semejante un programa electoral redactado por Putin, Trump y Boris Jhonson, con el apoyo documental de Kim-Jong-Un. Conformé el miedo a morir remitió de forma generalizada en la población la sociedad regresó al pasado. Retornaron a lo que denominaban normalidad, que seamos sinceros, estaba lejos de ser normal. En él olvido quedaron los cielos limpios, las calles pulcras y peatonales, la solidaridad y la necesidad de acabar con la desigualdad. Los glorificados héroes de semanas atrás recuperaron su condición de trabajadores y sus reivindicaciones tuvieron el mismo eco que antes de que comenzara el terror. Perdieron la capa y los superpoderes al mismo tiempo que vencían al villano invisible. A la ciudad regresó el ‘yo y por mí el primero’. Frente a los símbolos de la sociedad pasada, anheló qué al otro lado, quizá, esperara el futuro. /Javi Muro



Autor: Javier Muro

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