{ARTÍCULOS DE OPINIÓN}

Oirás los engranajes de tu cerebro

'El Vigilante', de Peter Terrin

Hoy voy a ir directamente al grano. No vais a necesitar leer la reseña completa para saber si os recomiendo o no leer este libro porque sí, os invito a hacerlo. Es una novela un tanto extraña, rara dirían algunos, pero con garra y que engancha mucho. Os aseguro que el principio os resultará inesperado porque no creías que iba de eso, pero envueltos en la necesidad de saber más, de conocer más, la devoraréis, aunque no sea una obra de fácil lectura y de rápida resolución.

El vigilante es la novela más valorada y aclamada del escritor belga Peter Terrin con la que ganó el Premio de Literatura de la Unión Europea y que debería de haber tenido, desde mi punto de vista, una mayor repercusión pues es buena, muy buena. Aunque sé, a estas alturas quién no lo sabe, que cuando una novela requiere de algo más que una leída simple, que cuando se demanda análisis y reflexión, algo un poco más complejo, hay lectores que huyen. No lo hagáis. No huyáis. Merece la pena.

La novela nos traslada a una ciudad indeterminada en un futuro no tan lejano donde dos vigilantes quedan aislados durante semanas en el aparcamiento del edificio de lujo donde trabajan, en el sótano que es su hogar. Son Michel, un joven metódico, cauto y cuidadoso, y Harry, un guardián con más experiencia, impulsivo, vehemente e impetuoso.

Mientras esperan su relevo, la falta de noticias, la soledad y la posibilidad de que todo sea una prueba de la organización para la que trabajan y conseguir un ascenso generará un aumento progresivo de las paranoias de los vigilantes y la situación se volverá imprevisible.

Narrada en primera persona, con un narrador fijo (el vigilante Michel), nos aísla con él y nos hace ver todo lo que ocurre a través de sus ojos dotando a la acción de sensaciones muy verosímiles. Contada en un presente que puede resultar chocante al principio e incluso molesto porque no deja que te alejes o te distancies ni un momento de lo que sucede en la obra, nos habla en capítulos muy cortos, a veces parecen flashes en el pensamiento del protagonista, de una distopía o antiutopía, es decir, una sociedad ficticia indeseable en sí misma. Es un mundo, una sociedad, del que apenas sabemos nada. Se nos da la información justa para que sea nuestra imaginación la encargada de hacer conjeturas al respecto, pero en el que sospechamos que algo malo ha sucedido transformándolo en un páramo de desamparo casi apocalíptico. Y allí nuestro principal protagonista se mueve entre el aislamiento y el miedo ofreciéndonos la posibilidad de plantearnos de forma constante qué haríamos nosotros si estuviéramos en su misma situación.

Es una novela rara, delirante en algunos pasajes, con una atmosfera sombría y claustrofóbica que manifiesta sin aprensión el modo en el que la incomunicación, la desinformación y el miedo puede alterar nuestras vidas, nuestras mentes y las consecuencias que eso puede acarrear a la hora de tomar decisiones.

El que espere encontrar una novela realista sobre la vida de dos vigilantes, que se abstenga de leer esta obra. Está ideada para que el pensamiento fluya. Para que imaginemos y nos pónganos de forma tenaz en la piel de Michel y Harry. Para que veamos lo que ellos ven y sienten, y nos planteemos si nosotros hubiéramos actuado igual que ellos en cada situación que esta peculiar pareja vive. Y después, cuando se vaya acercando el final, ahí, la historia cambia. Ahí el protagonista deja de ser el vigilante para que lo seas tú, lector. Para que los engranajes de tu cerebro no paren, ni siquiera cuando hayas cerrado el libro, cuando hayas decidido descansar. Tu mente no podrá salir de ese sótano, de ese edificio./Verónica García Peña autora de 'De cómo Feliciano San Feliz quiso matar a sus vecinos'.