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{ACTUALIDAD}

Cien años del 7 de Martínez Zaporta

El 7 de la calle Francisco Martínez Zaporta está de cumpleaños. La celebración la organizan sus vecinos y no es un aniversario cualquiera. El edificio cumple cien años y presentan un estupendo aspecto. Si tuvo algún achaque, la rehabilitación integral a la que se sometió diez años atrás le devolvió un estado de forma envidiable.


Al descender por la calle Capitán Gallarza la cúpula abuardilada de sillería gris que corona el edificio anuncia un lugar especial. Quizá, tal y como revelan los vecinos, despierta más la curiosidad de los turistas que de los propios logroñeses, acostumbrados a la peculiaridad de un inmueble que gira sobre sí mismo doblando las hileras de galerías que miran curiosas a la plaza para dar continuidad a la trama urbanística hasta desembocar en la calle Mayor –o del Marqués de San Nicolás. Cinco pisos de viviendas y oficinas que podrían contar una parte importante de la Historia de Logroño.


Ahora, al alcanzar el centenario, la comunidad de propietarios ha decidido ofrecerle un homenaje y ha organizado una serie de actos –abiertos a toda la ciudad- que contempla charlas, coloquios, iluminación, proyección de documentales y fotografías, así como la instalación de un plató junto al café Moderno para recrear en una sesión fotográfica la estampa original del inmueble en la época de su construcción. Por supuesto, como en toda celebración que se presta a llamarse así, no podía faltar la música y el baile. Serán –como no- melodías de entonces, de aquella ‘Belle Epoque’ y  sonarán de la mano de la Orquestina La Moderna.


La historia de la ciudad de Logroño cuenta que en octubre de 1912 Francisco Martínez Zaporta solicitó al Ayuntamiento permiso para construir un edificio de viviendas y un salón teatro entre las calles La Imprenta y Marqués de San Nicolás, al tiempo que presentaba los planos del proyecto firmado por el arquitecto Quintín Bello. Un inmueble que albergaría también las oficinas del diario La Rioja.

 

Y es que Martínez Zaporta fue periodista y uno de los logroñeses más influyentes de aquellos años comprendidos entre el final del siglo XIX y el inicio del XX. Cuentan –y así lo ha recordado Mila Laspeñas, presidente de la comunidad de propietarios- que los artículos y crónicas que llevaban su firma en el periódico del que fue director y propietario eran un toque de atención a la política, la economía y la vida social de la ciudad a lo largo de décadas.
Laspeñas apunta que ellos, los vecinos, los ‘habitadores’ –como se autodenominan- no están en condiciones de adscribir el edificio a una corriente arquitectónica concreta. “No sabríamos decir si considerando las corrientes arquitectónicas y el gusto de la época es neoclásico tardía, historicista, regionalista, eclectivista o modernista”. Esa es una de las cuestiones que surgirá en la charla y posterior coloquio con la que abrirán las actividades de la celebración. Será el jueves 16 de octubre, a las 20,30 horas, en el Café Moderno, y Federico Soldevilla, presidente de la Asociación de Amigos de La Rioja; Enrique Aranzubía, arquitecto responsable de la rehabilitación, y Taquio Uzqueda, historiador, pintor y escritor, serán los ponentes protagonistas.


De lo que sí tienen constancia los vecinos es de que el edificio, el teatro, el propio café y la plaza, en general, formaban parte de un plan B, ya que inicialmente el proyecto –fallido- contemplaba una cuadrícula de ensanche dentro del casería medieval, tratando de enlazar lo que hoy es Capitán Gallarza, con Portales y Sagasta. “No salió adelante por las dudas del arquitecto municipal del momento, Luis Barrón, y la solución al área llegó en la segunda década del siglo XX cuando Quintín Bello proyecta el Teatro Moderno y la casa de los Martínez Zaporta, abriendo una pequeña plaza sobre el viejo callejón de La Imprenta.

 

La operación urbanística fue calificada de “pintoresca”, pero con el paso del tiempo ese espacio se convirtió –y aún hoy sigue siéndolo- uno de los lugares más singulares del Casco Antiguo de Logroño.
Los vecinos tal y como explican Jesús Cárcamo, Mariano Moracia –propietario del Café Bretón- y Mila Laspeñas, han indagado en el pasado del inmueble, en cómo era y cómo fue evolucionando. Así, el viernes 17 de octubre a las 21 horas procederán a la iluminación del edificio –instalación que tiene vocación de permanencia- y a la proyección de una serie de documentos y fotografías que a modo de documental ha recopilado y editado Sonovisión. Una proyección que tendrá tres pases más el sábado 18 (20, 21 y 22 horas).


La plaza Martínez Zaporta viajará en el tiempo el domingo 19, cuando los vecinos y quien quiera participar recreen la vida de ese espacio en aquel primer cuarto del siglo XX. A las 12,30 del medio día una sesión fotográfica evocará una escena típica de hace cien años, cuando los logroñeses se reunían en el café –primer Café Bar Madrid, después Café Noventy y Café Oriental, hasta pasar a denominarse Café Moderno allá por 1936- hace ahora cien años. Tras los retratos, la música, el baile y el vermú, en la plaza, por supuesto, y bajo la mirada del 7 de Martínez Zaporta. Ya no se hacen edificios así./Javi Muro.






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