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{ACTUALIDAD}

Los restos riojanos del Puente Mantible serán consolidados tras estudiar el estado de los arcos y las pilas

El Ayuntamiento de Logroño y el Gobierno de La Rioja acometerán conjuntamente la rehabilitación del Puente Mantible, a fin de consolidar estructuralmente los restos de la margen derecha -la perteneciente a La Rioja, la otra se encuentra en terrenos de Álava- en la que será la primera actuación de recuperación llevada a cabo en décadas. Así lo confirmaron la alcaldesa de la capital y el director general de Cultura y Turismo. Cuca Gamarra y Eduardo Rodríguez Osés concretaron el compromiso tras conocer los detalles del estudio encargado al experto Manuel Fortea, en el que se determina la delicada situación en la que se encuentran los arcos y pilas que aún se conservan del puente.

 

El acuerdo se formalizará a través de un convenio de colaboración para la cofinanciación de las obras, siguiendo el modelo ya establecido para otra actuación de carácter patrimonial como es la recuperación del yacimiento del Monte Cantabria. El director general de Cultura y Turismo, Eduardo Rodríguez Osés apuntó que “el patrimonio histórico es transmisor de valores educativos y sociales y tiene un gran potencial de desarrollo económico, además de ser el legado de nuestro pasado. Por ello, es un tema prioritario del Gobierno de La Rioja, que con sus actuaciones busca realzar y dar visibilidad a nuestro rico patrimonio”.

 

Los restos del Puente Mantible son “probablemente el elemento patrimonial más antiguo con el que contamos en Logroño”, describió Fortea. Fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento nacional en 1983. "Podría tratarse de una obra de origen romano (siglo II d C, aunque este aspecto no está del todo claro porque hay historiadores que lo consideran medieval, del siglo XI). Contaba con una estructura de 164 metros por cinco de ancho y con una altura máxima de 30 metros. Fue construido en piedra de sillería, con seis arcos -hasta ahora se pensaba que eran siete- de medio punto de diferentes luces". 

 

En la actualidad solo se conserva el estribo y el primer y tercer arco; además de las bases de las cepas cuarta, quinta y sexta. Cada uno de los arcos que se conserva pertenece a un término municipal diferente, ya que el límite entre La Rioja y la provincia de Álava discurre por el eje de cauce del río Ebro. En concreto se enclava en un meandro a 7 kilómetros del centro de Logroño, en las proximidades del barrio de El Cortijo y del municipio de Laguardia (Álava).

 

El arco de la margen izquierda tienen una luz de 20,40 metros y una altura libre de paso de 11,90 metros medida desde la cota de la lámina de agua del cauce, y el de la derecha -el riojano- una luz de 10,20 metros y una altura libre de paso de 10,20 metros desde el cauce. 

 

El arco correspondiente al municipio de Logroño se apoya sobre la pila que es el extremo del puente original y la otra que compartió con el segundo arco hoy desaparecido. "Precisamente a cuenta de esta desaparición, esa pila compartida quedó muy dañada, sufriendo un giro muy apreciable hoy y un desgarro vertical aproximadamente por el eje. En estos momentos este pilar está estable pero en zona crítica por lo que si se alteran sus condiciones podría disminuir su seguridad". Ésta es una de las principales conclusiones del examen llevado a cabo por Fortea, que ha  explicado el hundimiento del arco central -ocurrido probablemente por una voladura intencionada-, las deformaciones generadas, los movimientos y las fisuras que padece.

 

¿Cómo era el puente original?

Fortea ha hecho público un descubrimiento fruto del análisis exhaustivo sobre la geometría del puente. Ha presentado las trazas originales y determinado que tenía seis arcos y no siete como se había creído hasta ahora. En su informe, este arquitecto especialista de la empresa Vault Zafra -a la que se adjudicó  la asistencia técnica por 17.908 euros- sostiene también que:

- El tablero no era horizontal sino inclinado, a fin de resolver un problema de cota entre las dos orillas (siendo inferior en la orilla izquierda, existiendo datos de rellenos realizados). Esto condiciona que los ojos no fueran todos de las mismas luces, partiendo de la hipótesis de que fueran semicirculares.

 

- Las pilas con altura suficiente tenían un hueco en la parte superior.

 

- Todos los arcos arrancaban en la base, a excepción del primero condicionado por la topografía del terreno.

 

- En aguas calmadas, el cauce quedaba reducido al segundo arco; ocupando los seis ojos en momentos de crecida del río. 

 

 

El 'colapso' y el tratamiento

Según ha confirmado Fortea, el estado actual es consecuencia de un “colapso” que en un momento no concretado se produjo desde abajo -no por sobrecarga- en el arco número 2 a causa de una explosión posiblemente intencionada de tipo militar. Tras esta voladura la clave del arco quedó partida en dos, tirando de la pila que lo sustentaba y rajándose a su vez por la mitad (una mitad pegada al arco 1 y la otra al 2) y en la base. Cada parte del apoyo sufrió a su vez un giro (entorno a 6-7 grados). Con el tiempo, los restos de arco 2 desaparecieron y los de la pila se mantienen aún estables, como el arco 1 aunque deformado. 

 

Según los estudios realizados, y desde un punto de vista constructivo, se distinguen diferentes fases atendiendo a la factura y a los materiales que pueden indicar que fue construido en épocas diferentes, o más bien reconstruido después de varias destrucciones no naturales sino provocadas por la mano del hombre. 

 

El trabajo encargado al arquitecto Manuel Fortea incluye la propuesta de tratamiento que pasaría por actuar tanto sobre la pila como sobre el arco; partiendo de la idea de que consolidando la pila se conseguiría garantizar una seguridad mecánica total. Para ello, las operaciones que se plantean son, respecto a la pila:

 

- Acuñar todas las grietas con lajas de pizarra o elementos similares. Las cuñas deben quedar ajustadas sin presionarlas excesivamente.

 

- Inyectar mortero de cal, de forma que no queden oquedades interiores.

 

- Impermeabilizar la parte superior con materiales compatibles para impedir filtraciones que vacíen las juntas. 

En lo relativo al arco:

 

- Cubrir la parte del extradós de la clave con un mortero de cal hidráulica que penetre en los huecos, con objeto de evitar que las piezas de la clave sufran movimientos que generen desprendimientos. Esta operación es previa y de carácter temporal.

 

- Reponer por el intradós de la clave todas las piezas desprendidas, de modo que el arco vuelva a tener la sección completa en toda su extensión.

 

- Acuñar las grietas de los riñones, de modo que se garanticen las trasmisiones de las compresiones.

 

- Limpiar e impermeabilizar el extradós para impedir que las filtraciones deterioren el arco. 

 

Para controlar el comportamiento de los restos, incluso durante la intervención, Forte propone una monitorización continua de los trabajos. Sobre este informe se redactará un proyecto con los términos exactos de la intervención, una valoración económica y un plan de trabajo. De forma previa a la intervención, el proyecto deberá contar con los permisos correspondientes, tanto al Consejo de Patrimonio al tratarse de un Bien de Interés Cultural como a la Confederación Hidrográfica del Ebro por su localización./SPOONFUL

 

 

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