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{ENTREVISTAS}

'A veces la música habla por nosotros mejor que nosotros mismos'

El periodista Fernando Navarro publica su primera novela 'Martha. Canciones para el recuerdo'

Fernando Navarro es periodista. Es el responsable del Área de Música del Periódico El País y edita el blog ‘La Ruta Norteamericana’, además de colaborar con multiples publicaciones culturales. Hace tres años publicó ‘Acordes Rotos’, un recorrido a través de los artistas esenciales en la música popular norteamericana del siglo XX. Ahora, ha aceptado el desafío de la ficción y ha escrito su primera novela, ‘Martha. Canciones para el recuerdo’. Una historia en la que la música es protagonista junto a Javi y Marta. El relato lo conduce Javi en primera persona mientras reflexiona sobre su vida actual a través de las canciones que le unieron a Marta y que, de alguna manera, le definieron como persona. Desde la portada, antes de comenzar a viajar por las páginas de la novela, la intensidad de las emociones se deja sentir a través del piano y la voz rota de Tom Waits y su ‘Martha’. Una novela “de amar’, no de amor', como define su autor, en la que la sociedad actual, en plena crisis de valores, aparece como contexto./Javi Muro


SPOONFUL.- ¿Qué nos vamos a encontrar al introducirnos en las páginas de ‘Martha. Música para el recuerdo?

Es la historia de Javi, que reflexiona sobre su vida actual, en el presente, después de un suceso que le ocurre a una amiga de su adolescencia, Marta, que es la coprotagonista de la novela. Realiza esa reflexión sobre su vida actual a través de las canciones que le unieron a Marta, la chica con la viviría tantos veranos de su adolescencia y también de las canciones con las que él se identificó y a través de las cuales quiso ser la persona que quería ser. Hay una frase de Shakespeare que todo el mundo conoce: “Ser o no ser” y existe una frase también de Shakespeare menos conocida, que es por donde va la novela y que dice “sabemos lo que somos, pero ignoramos lo que podríamos ser”. Esa es la gran idea en la que la novela intenta basarse. Javi sabe lo que es a través de las canciones y lo descubre en su adolescencia cuando es un chaval… a través de Bruce Springsteen, Bob Dylan, Los Rodríguez, Calamaro, de Los Enemigos, de Antonio Vega…


S.- Las canciones son un protagonista más de la novela, ¿no?

Sí. Viajando por sus canciones, Javi descubre la persona que quiere ser, mientras se produce un acercamiento a la propia identidad cuando es adolescente y se va alejando del mundo infantil. Son los primeros pasos en el mundo adulto, pasos en los que te sientes inseguro, rechazando el entorno que te rodea. Es un entorno que te oprime y Javi lo va descubriendo a través de las canciones. Ese pasado lo vuelve a recordar a través de una canción que lo une con Marta. Ahora, su entorno se encuentra movido por la crisis económica, por un entorno empresarial en el que hay despidos y miedo a futuros despidos masivos, donde todo se desmorona, donde no puedes creer en la clase política, donde no puedes creer en los valores que le han inculcado. Así, recurre a las canciones y a ese pasado suyo para darse cuenta cuál es su ética y cuáles son sus verdades, cuáles son los lugares en los que se asentaron sus sueños para volver a ser esa persona que era y que quiso ser.


S.- ‘Martha’, de Tom Waits, es nostálgica, tiene un punto de añoranza, casi de arrepentimiento…

Sí, sin duda. Esa es la letra de la canción. La novela está muy inspirada en lo que cuenta la canción de Tom Waits. Fue una casualidad porque cuando comencé a escribir la novela, cuando comencé a desarrollarla internamente, no tenía presente es tema. La canción de Tom Waits la asocié mucho tiempo después. Me sorprendió mucho porque la historia la asimilé hace dos años más o menos. En aquel momento sentí una necesidad tremenda de escribir, fue de una forma muy pasional, me volví a encontrar con la música como algo que de nuevo era muy importante en mi vida. Pensé que el título de la novela podía ser un nombre de chica y fue entonces cuando surgió Tom Waits. Quizá porque Tom Waits me había inspirado mucho en algunos viajes solitarios en coche por la noche; ahí regresó la letra de ‘Martha’. Mientras escribía las primeras páginas pensé que era una señal del cielo. Me dije: “Esto concuerda”. Waits tiene esa melancolía, esa tristeza, esa añoranza, ese piano llorón, intenso, que es casi legendario en su primer disco.


S.- Escribiste ‘Acordes Rotos’, pero aquel libro estaba conectado, de alguna manera, con tu relación directa con la música, con el Blog ‘La Ruta Norteamericana’, con los artículos en El País. ¿Cómo te decides a escribir ficción? ¿Ha sido muy diferente la experiencia?

Son dos mundos muy diferentes. ‘Acordes Rotos’ fue una experiencia muy enriquecedora, pero me sentía mucho más seguro porque era un terreno que llevaba pisando mucho tiempo, que es el de escribir sobre música con elementos del periodismo y con elementos de la crítica musical. La ficción es un mundo que lo he abordado con mucha ilusión, pero también con mucho vértigo. Vértigo porque quieres escribir una historia que resulte verídica, que no te quede cursi, quieres que lo que cuentas no aparezca como imposible.


S.- Hablas de vértigo, pero asumiste ese desafío…

¿Por qué me lancé a escribirla? Sentí una necesidad muy fuerte, me volví a reencontrar con la música después de haber pasado un desierto ciertamente emocional. Uno escribe, no para el lector, ni pasa su ego, ni siquiera para brillar, en mi caso escribes porque lo necesitas. Llega un momento en que ese impulso y esa necesidad interior la tienes que transmitir de alguna manera y la realidad te va arrinconando. Llegó un momento en que dije quiero hacerlo y necesito hacerlo. Confiaba mucho en la historia y en el homenaje que iba a realizar a la música. Me puse a escribir con mucho vértigo, pero con mucha constancia y muy seguro que aquel proyecto que iniciaba me iba a llegar a algún sitio. Al final, como dice Galeano en ‘El Libro de los Abrazos’, “recordar es volver a pasar por el corazón” y yo volví a recordar con la música muchas cosas que me habían hecho sentirme la persona que siempre había querido ser, así que pensé: qué mejor cosa que volver a pasarla por el corazón.
S.- ¿Cómo definirías ‘Martha’….?

Me han dicho prácticamente de todo sobre la novela. Algunos críticos hablan de una historia de amor, pero, fíjate lo que te digo, creo es una historia de amar, no de amor. Hay una canción de Los Enemigos, no muy conocida pero que a mí me gusta mucho, que se titula ‘La carta que no’, que con esa lírica de Josele Santiago tan potente –es uno de los grandes letristas de este país- dice: “recibe esta carta, que no es una carta de amor, que es una carta de amar”. Habla de un hombre que está preso en una cárcel y no puede consumar su amor por su chica porque está encerrado. En el caso de la novela pasa algo parecido con Javi, para que haya amor tiene que consumarse. Conocemos la historia a través de los ojos de Javi, de la voz de Javi, que es el protagonista, que escribe en primera persona. Es una historia de amar, sabemos que llega un momento en que Javi termina mostrando y descubriendo todo lo que va sintiendo por esa chica, pero nunca sabes si por el otro lado sucede lo mismo. Tal vez debiéramos escribir otra novela mostrando la postura de Marta para saber si es una historia de amor. También, hay quien ha calificado la novela como literatura de iniciación, como pudiera ser ‘El guardián entre el centeno’. Puede ser que sea una novela de iniciación, pero al escribirla no pensaba en un género, sino en escribir una historia en la que la música fuera muy importante y estuviera presente una forma de vivir la vida.


S.- La música es protagonista en la novela., pero ¿a la hora de escribir, mientras desarrollabas la historia, la música también te acompañaba, ya fuera esa misma música que antes mencionabas u otra?

Sí, durante los pasajes del libro la música estaba presente. Por ejemplo, en el capítulo seis que se cierra con Van Morrison y ‘Astral Weeks’. Tarde en escribir ese capítulo un mes y pico y estuve escuchando esa canción de forma compulsiva. Y eso me sucedió con ‘Astral Weeks’, pero  también me ha ocurrido con Los Rodríguez y ‘Mi Rock Perdido’ o con Springsteen con ‘Born to Run’ y ‘Backstreet’, o ‘La chica de ayer’, de Antonio Vega. La música ha sido una muleta en la que me apoyaba. Ahí aparecían las emociones que poseen esas canciones. Esas emociones intentaba captarlas de una forma imposible, trataba de plasmarlas en la historia. Trataba de buscar el tono de esas canciones, es decir, ese tono que transmite, por ejemplo, ‘Astral Weeks’ para un pasaje en concreto. El tono de ‘Martha’ de Tom Waits está presente a lo largo de todo el relato, persigue esa idea que también transmite el música de extraer una enseñanza a todo su pasado.


S.- Un tono que también retrotrae a esas canciones de Bruce Springsteen en las que el protagonista va a buscar a la chica con el coche, para huir en busca del futuro, porque en la ciudad no hay trabajo…

Sí, sin duda. Decía Bod Dylan que todo su ideario, su devocionario, venía de las canciones con las que se había educado. “Me creía a Hank Williams –decía- cuando cantaba ‘I sow the ligth’ (Vi la luz)”. A partir de ahí se creyó a Elvis Presley de tal manera que Dylan abandonó su pueblo de Minessota para viajar a Nueva York para perseguir su sueño. Ahí nació Bod Dylan. Me ha pasado igual con las canciones, mi devocionario, mi filosofía, casi mi religión diría, está en todas esas canciones. De Dylan, de Springsteen, de tantísimos músicos, del propio Quique González. Música que han formado parte de mi educación y de la formación sentimental de mi vida. En el caso de Springsteen, esos paisajes que cuenta en esas canciones, esas historias que Elvis cuentan en los 50, Dylan en los 60, Springsteen en los 70 y Lapido en los 90, no caducan porque siguen siendo historias que forman parte de los sentimientos.


S.- De alguna manera, le prestas tus canciones a los protagonistas de la novela…

Esas historias están, de alguna manera en el libro, porque son mi devocionario. Springsteen es importante en un pasaje del libro porque Javi comenta que le hubiera gustado revivir ‘Born to Run’ con la chica. Es un disco impresionante, maravilloso, con Bruce en la portada con su chupa de cuero. Un disco que cuando lo descubrí mostraba toda la inocencia y toda la pasión, y la exuberancia del rock and roll y lo que supone, y lo que te empapa. Está la nostalgia de Tom Waits por un lado, y el hecho de formar parte de algo, de la idea de que te vas a comer el mundo, de que vas a hacer realidad tus sueños, como ‘Bor to Run’: “Nena, los vagabundos como nosotros hemos nacido para correr. Agárrate a estas alas…”. Son un poco, el yin y el yang de la novela.


S.- De alguna manera, a los protagonistas de la novela los vamos conociendo, se describen, a través de las canciones…

Sí, así es. Los protagonistas ya se conocían, pero son las canciones las que los conectan y, al mismo tiempo, vamos descubriendo a Javi y a Marta, a través de esas canciones. Las canciones sirven para conectar con uno mismo, pero también para conectar con otra persona. Es un lazo de fantasía y es un lazo de unión. A veces la música habla por nosotros mejor que nosotros mismos. Por eso, en la historia está presente el cassette. En mi generación –y en otras-, a veces no sabías cómo decirle a la chica que te gustaba y le hacías una selección de canciones rebobinando con el bolígrafo, diciéndote ‘si pongo esta no puedo poner esta otra’, no era lo mismo poner ‘Born tu run’, que poner ‘Backstreet’, que es una canción casi de desesperación. Esos cassettes hablaban por nosotros mucho mejor que nosotros mismos. En la novela, las canciones dan voz a Javi, y en el caso de Marta lo hace la poesía.


S.- La música para encontrarse…

Como pasa en la vida real, y como dice Marta en un pasaje de la novela, “hay momentos en que nosotros dos nos encontramos”. Lo cuenta la película de Sofía Coppola ‘Lost in translation’, con Bill Murray y Scarlett Johansson, cuando dicen: “todo el mundo en la vida merece ser encontrado”. Javi y Marta, a través de sus canciones y a través de sus poemas, comparten algo muy chulo.
S.- Es una novela muy urbana y también muy actual, ¿no?

Claro, es un viaje desde el presente al pasado a través de las canciones. En ese presente, Javi se mueve en un contexto que es el actual, con muchos años en continua crisis. Una crisis que no es económica solamente, sino una crisis de valores. Dicen que Saramago antes de morir en una discusión sobre la crisis económica, los bancos, los rescates, los recortes sociales, se levantó –estaba muy débil ya- y dijo: “esto no es una crisis económica, es una crisis de valores”.


S.- Y visto lo visto, igual no andaba desencaminado…

Es verdad, lo que hemos vivido en los últimos años ha demostrado que muchas cosas que parecían firmes se han tambaleado y se han desmoronado y hemos tenido, prácticamente, que resetearnos como sociedad y como individuos. Estamos viendo fuerzas políticas nuevas que van a tener muchos votos, estamos viendo a muchos políticos desacreditados y una sociedad que permite que haya un cincuenta por ciento de paro juvenil, que dos generaciones de jóvenes tengan que buscarse la vida en el extranjero, una sociedad que trata como trata a los inmigrantes. En definitiva, una sociedad con unos valores muy cuestionables. Ese presente está cuestionado en la novela. Javi vuelve a encontrar sus verdades y su ética a través de las canciones. La reflexión aborda a esas generaciones que pensábamos que el futuro estaba ganado, que esta sociedad era la del milagro económico español, que todo iba a ir bien como decía el presidente del Gobierno, Aznar, pero de repente todo ha explotado y se ha desmoronado. Las canciones le dan a Javi la oportunidad de decir quién quiere ser. Cito la novela de ‘Matar un ruiseñor’, de Harper Lee y esa idea de “ser valiente, a pesar de que uno sabe que va a perder”. Creo que es algo fundamental.


S.- Hay muchas derrotas que son victorias…

Lo decía Billie Hollyday. A veces es mejor una derrota que una victoria. A veces sacamos más enseñanzas de una derrota que de una victoria y eso en la vida es esencial. En la novela hay un pequeño homenaje al Quijote y a Cervantes. Lo decía Goytisolo hace unas semanas al recibir el premio Cervantes: “los contaminados por Cervantes no nos resignamos con la injusticia”. Lo comentaba también la anterior galardonada, Elena Poniatowska, “quiero que mis personajes viajen con los ilusos, con los destartalados, como Sancho Panza viajaba con El Quijote”. Es bueno que haya quijotes, ilusos, quizá que sufran pero que hagan avanzar las cosas, alguien que haga lo que es correcto sin que eso sea lo que vaya a triunfar.


S.- 'El Quijote' está muy presente últimamente, en dicursos, arqueología, la literatura y ‘El Quijote’; el periodismo, la serie de televisión ‘The Newsroom’, surge la conexión…

Sí, el Quijote como motivador para poner en marcha el proyecto de los informativos y el director de la cadena que tiene a don Quijote como referencia en The Newsroom. En el último capítulo, cuando muere, tocan una canción espectacular en el garaje de su casa durante el funeral, ‘That´s how I got to Memphis’, es un tema mítico country, que tiene una letra maravillosa y que viene muy a juego a la novela, “si algún día te preguntan cómo llegué a Memphis, fui a buscar a la mujer amada, a buscar mi sueño”. Tiene un punto también quijotesco.


S.- Hoy en día también hay quijotes, ¿no?

Sí, no hace falta ser un héroe de Hollywood. En la vida cotidiana, una persona que es capaz de mantener una ética en un momento determinado, cuando una situación le pide traicionar sus valores, es alguien admirable. Lo vemos en una película como ‘Esencia de Mujer’. Hay un discurso final cuando el personaje de Al Pacino-que es ciego- va a defender al estudiante que le ha cuidado. El chico tiene un dilema ético, traicionar a sus amigos y salvarse o arriesgarse a que le echen de la universidad. Al final son sus amigos los que le traicionan apoyados en unos padres poderosos, pero el mantiene su ética. Al Pacino dice una frase: “siempre he sabido cuando tenía que hacer lo correcto en la vida, pero no siempre es el camino más fácil”. Hay muchos Quijotes en nuestra sociedad peleando por unos derechos y libertades sociales, manteniendo unos valores, formando parte del Banco de Alimentos, o introduciendo una determinada papeleta con un voto, que también tiene mucho de trascendental.


S.- ¿Con ‘Martha’, con tu novela, has escrito la letra de tu canción más larga y completa?
(se ríe)… podría ser, la novela es como la canción que he escrito a la música que me ha inspirado en la vida, a lo que me ha hecho sentirme persona y a la magia de la música, que es su capacidad de hacerte soñar y la de abrirte brechas emocionales… puede verse como una canción que une todas esas sensaciones, desde Tom Waits a Los Enemigos, pasando por Antonio Vegam Gabinete Galigari, Los Rodríguez, Dylan o Springsteen, o Van Morrrison… La música saca lo mejor de nosotros mismos. La música te conecta contigo mismo y desde ahí tienes mucho ganado…




Autor: Javier Muro

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