5364

{ENTREVISTAS}

'Al realizar un autorretrato trato de curar una parte de mi vida'

Ginebra Siddal es fotógrafa

Ginebra Siddal es fotógrafa. Asegura que de pequeña quería ser escritora y que no fue hasta unos años después cuando encontró en la fotografía la forma de expresarse. En sus fotografías, Ginebra busca que exista un porqué, aunque huye de contarlo todo. En sus imágenes conviven metáforas y relatos abiertos, al mirarlas la imaginación entra en efervescencia. Surge la duda de si las fotografías de Ginebra hablan de la propia autora o de otros. Es un juego del que también disfruta la fotógrafa. "Me gustan los secretos", dice. La pintura, la literatura y la música clásica surgen con referencias en su trabajo pero que nadie busque la belleza perfecta en sus imágenes, el terreno en que se mueve Ginebra es poético, sugerente, narrativo y dotado de una sutil sensualidad./Javi Muro

 

SPOONFUL.- ¿Qué es la fotografía para ti?

Supongo que una manera de poder expresar detalles que me conmueven o realizar una idea que quiero transmitir.


S.- ¿Y cómo la percibes…. Cómo la búsqueda de belleza, como algo estético o como una herramienta para contar algo?

Huyo muchísimo de algo que represente una belleza externa, a mi nunca me ha funcionado que una fotografñia solo sea como una cáscara de huevo. Creo que me gusta cuidar ambas partes para poder contar ese algo, o al menos acercar alguna sensación al espectador para que lo comprenda.


S.- ¿Siempre quisiste ser fotógrafa? ¿Desde pequeña eras ya una niña creativa?

No, desde siempre no quise ser fotógrafa, quería ser escritora. Podría decirse que tenía mucha imaginación y siempre estaba dibujando o escribiendo algo nuevo. Escribir siempre ha sido algo muy íntimo para mi, mostrar un texto escrito por mi me supone una inseguridad mayor que la de mostrar una fotografía porque en ocasiones siento que una fotografía deja más a la interpretación mientras que la escritura te zambulle en la dirección que el escritor te lo muestra.


S.- ¿Cómo llegas a la fotografía?

Podría decirse que fotografiaba desde niña para obtener recuerdos y referencias en mis dibujos. Ese tipo de fotografías que hacía en mi infancia solo eran puntos en los cuales algo me había llamado la atención y trataba de capturarlo para tener la referencia para un escrito o un dibujo. Pero realmente no llegué a la fotografía como tal hasta pasados varios años cuando me di cuenta que había conseguido mezclar mis dos artes favoritas; la escritura y la pintura.


S.- ¿Recuerdas tu primera cámara? ¿Y la primera foto?

Recuerdo que mi primera cámara fue una pentax de carrete, muy simple, que me regalaron de niña para poder fotografiar plantas y animales. Y realmente mi primera fotografía fue la que le hice a mi perro de cachorro sobre la nieve, con la cámara de otro familiar. Posiblemente no era la primera vez que veía la nieve, pero era la primera vez de mi perro y quería recordarlo.


S.- ¿Y de esa primera cámara y de los primeros disparos cómo llegas a entender la fotografía como un medio de expresión artística? ¿Cómo es ese paso de hacer fotos a tener proyectos fotográficos?

Bueno, diría que desde aquello pasaron unos díez o doce años cuando comencé a tener más conocimientos en historia del arte y finalmente ver la fotografía como un medio artístico a través de obras muy significativas. No me considero una de esas personas para las cuales la fotografía desde niña había sido su forma de expresar el mundo, no. Mi forma de expresar el mundo era con palabras, que me hacían un nudo en el estómago, o que me partían por dentro. La fotografía en ese entonces para mi solo era una orilla de mar desierta que contenía palabras clave para seguir escribiendo. De niña no me conmovían las personas, no me provocaban en general nada, esa fue la diferencia que cambió que saltara a la fotografía, las personas comenzaron a darme picotazos en la garganta.
S.- Tus fotografías son muy sugerentes. ¿Cómo surgen? ¿Planificas mucho cada fotografía?

Sugerentes...varias personas me han mencionado que hay una cadencia sensual en mi fotografía pero para mi solo existe una cadencia de ese tipo en fotografías muy contadas y hechas adrede. Si hablamos del término sugerente desde el otro significado hacia lo que se cuenta o lo que no, se podría decir que me gusta jugar con ello, es divertido. Realmente algunas las planifico hasta el extremo en cuanto a variantes de color, otras veo un paisaje, o la persona que voy a retratar y según el impulso o la pasión me dejo llevar y pienso en el acto lo que voy a hacer. Creo que estas últimas casualidades o instantes de armonía son los que me estimulan mucho más, porque construyes de la nada algo que estaba ya ahi, como si una mano invisible lo hubiera preparado para ti y simplemente te da la oportunidad de observarlo. Todas las fotografías están ahi, en algún lugar, esperando que simplemente las mires con otros ojos.


S.- ¿Trabajas las fotos individualmente o forman parte de series de imágenes?

Practicamente trabajo cada fotografía como una obra concreta, como un cuadro. En pocas ocasiones hago series y es en lo que trato de trabajar este año y mejorar. Pero sigo pensando que si en una foto tengo toda la historia y todos los colores que van a transmitirlo todo, realizar una serie sería algo que me distraería. Por eso si hago una serie es solo porque siento que hay detalles que puedan complementar a la obra. Asi que en mi trabajo por ahora no hay muchas series.


S.- La mujer es protagonista en tu fotografía, ¿no?

Por ahora eso parece, pero en mi fotografía también hay hombres. Muchos estan escondidos por sus manos, sus detalles. Mi mundo no es completamente femenino tal y como parece, me gustaría verlo sin género. Pero ahora mismo si que he fotografiado más mujeres que hombres, porque ellas me quieren contar cosas que muchos hombres se han cerrado a contarme pero otros me lo han contado todo tan solo con sus manos en una fotografía.


S.- Mujeres con miradas profundas y a la vez poderosas; miradas que pueden ser un abismo…

Me resulta bonito que consigan transmitir eso, admito que me obsesionan mucho los ojos de las personas y el brillo que se percibe sobre el iris. Aunque a veces las manos cuentan también mucho en conjunto con las miradas, son las no miradas que dejan una sensación.


S.- Corrígeme si me equivoco, pero tus imágenes presentan un sensualidad contenida, que anuncia y sugiere más que mostrar. Una sensualidad rebosante de metáforas.

Como dije antes para mi la sensualidad es algo que solo está en pequeños detalles, solo he hecho fotografías sensuales en pocas ocasiones adrede. No quisiera que mi fotografía se viera como mujeres sensuales u hombres, creo que dentro de esa sensualidad hay muchas variantes que sin darme cuenta llevo a la fotografía tales como la sensación de un roce, una mirada, las notas de un cuerpo o la luz. No me di cuenta de que mi fotografía o yo misma tenía un componente sensual hasta que me lo dijo mi amiga Ana Becerra, también fotógrafa y muy buena por cierto. Me costó mucho asimilar ese hecho porque siempre he sido inconsciente de ello, y al ser un poco consciente me pregunté si alguien más tendría esa percepción de mi trabajo.
S.- En todo caso, son fotografías que resultan muy narrativas. Invitan a adentrarse en la escena y descubrir qué sucede…

Me gusta que exista un porque aunque muchas veces no sea muy evidente o parezca que no existe, aún me queda mucho trabajo y esfuerzo por delante para conseguir una mejor narrativa y más metáforas, ya no solo para el espectador sino para conmigo misma. A pesar de todo creo que no hay que tratar de narrarlo todo para dejar un final abierto, como ocurre con muchas cuestiones en la visión japonesa.


S.- ¿Les das muchas vueltas a lo que quieres representar antes de comenzar a componer la imagen?

Cuando es una idea concreta si que doy varias vueltas, desde como representar la idea hasta la composición, iluminación y colores que debería tener. En otras más improvisadas me dejo guiar por impulsos.


S.- Contienen también poesía, ¿Son importantes para ti otras disciplinas artísticas como influencias?

Muchísimo, sobre todo la pintura, la escritura y la música clásica.


S.- Utilizas modelos para tus fotografías, pero también –creo- en ocasiones eres tu modelo y fotógrafa. ¿Sientes pudor en esas ocasiones?

Si, así es, hago bastantes autorretratos, para mi es algo terapéutico. Durante una gran parte de mi vida no quería aparecer en ningún tipo de fotografía claramente por pudor y porque quería huir de mi misma, por eso me obligué a posar como modelo para otras personas para poder afrontar mis miedos, mi timidez y abrirme. Cuando hago algún autorretrato es porque estoy tratando de curar alguna parte de mi vida y estoy orientándola de la manera correcta. Mucha gente ve el autorretrato como un acto de egoísmo u narcisismo y lejos de eso es una vía para canalizar emociones. Siempre dirijo a mis modelos en ciertas poses en base a como lo transmitiría con mi propio cuerpo. Sobre todo con las manos.


S.- ¿De alguna manera tus fotografías cuentan sobre ti? ¿Te podemos conocer a través de tus fotografías?

En cierta medida los colores susurran muchas cosas por culpa de mi sinestesia, pero prefiero que se quede en una duda si las fotografías hablan de mi o de otros, me gustan los secretos.


S.- Ginebra es un nombre muy bonito… tiene algo que ver con las leyendas artúricas… Si me dices que Camelot aparece en tus fotografías me lo creo…

¿Verdad? Me gusta mucho ese nombre, uno de sus significados que tiene es acerca del blanco tan puro que se forma en la espuma de las olas. Ojalá saliera más a menudo Camelot en mis obras, pero creo que ese tipo de fantasía construida con los elementos que hay a mi alrededor es muy estimulante. En ocasiones para que algo sea onírico o fantasioso no tiene porque venido de la mano de hadas, unicornios y duendes. Aunque ayudan.

 

* Descubre las imágenes de Ginebra Siddal en la galería de imágenes.

 

* Ginebra menciona en la entrevista a la también fotógrafa Ana Becerra.



Autor: Javier Muro

Suscripción a la Newsletter Enviar