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{ENTREVISTAS}

'Cuando algo me hace daño me hace escribir mejor'

Raquel Villar publica 'El palacio de las paredes verdes', su cuarta novela

‘El palacio de las paredes verdes’ es la cuarta novela de Raquel Villar. Tras las trilogía que forman ‘La libreta roja’, ‘El inventor de melodías’ y La sonrisa de Lúa’, la escritora logroñesa ha cambiado de tercio. Asegura que cuesta abandonar a unos personajes con los que ha convivido tanto tiempo, pero también que necesitaba abordar una historia diferente. ‘El palacio de las paredes verdes’ se desarrolla en un centro para enfermos mentales, un lugar lúgubre pero al mismo tiempo lleno de vitalismo donde sus pacientes tratan de recuperar el sentido de sus vidas. En la trama hay un asesinato, pero que nadie piense que Raquel ha escrito una novela negra./Javi Muro.


SPOONFUL.- ¿Qué cuenta 'El palacio de las paredes verdes'?

La trama se desarrolla en un centro para enfermos mentales. El relato comienza con un atropello, pero la historia principal tiene como protagonista a un señor que es médico y que sufre un derrame cerebral e ingresa en el centro. Allí va conociendo a diferentes personas. Siete personajes con problemas mentales diferentes. Todos tienen algo en común y van definiendo una trama paralela que puede estar relacionada con un asesinato. Son siete los personajes porque están relacionados con los siete pecados capitales.


S.- Da la impresión de que has cambiado el registro con respecto a tus tres novelas anteriores, ¿no?

Sí, la historia no tiene nada que ver con las novelas anteriores. Imagino que mi forma de escribir se mantiene, que eso no cambia. Mi editor, Emiliano Navas, me dijo que tenía que cambiar de tercio. Acabada la trilogía yo también quería romper un poco con los personajes de las novelas anteriores. Da un poco de pena romper con esos personajes después de tanto tiempo, pero me apetecía iniciar una historia diferente.


S.- Corrígeme si me equivoco, aunque ‘El palacio de paredes verdes’ aborda una temática dura como es la que se vive en un centro para enfermos mentales también desprende optimismo.

Sí, esa es la idea. La idea surgió porque tenía un tío que falleció este verano y que también era médico. El protagonista de la novela está inspirado en él. Mi tío ingresó en una residencia después de pasar por hospitales. Mi intención era dedicárselo a él y que el llegara a verlo, pero al final fue imposible. Mi tío era una persona muy especial para mí y en la residencia, cuando lo visitaba, conocí a mucha gente de su entorno, personas muy peculiares. A mi tío le dijeron que iba a vivir horas y aguantó tres años. En ese centro hay muchas personas luchando por superar sus enfermedades.


S.- ¿En qué género situarías ‘El palacio de las paredes verdes’?

No lo sé, porque novela negra no es a pesar de que exista una trama paralela sobre un posible asesinato… No lo sé. Nunca he sabido situar mis novelas en un género en concreto. Me pasó igual con las tres anteriores.


S.- Recuerdo de conversaciones anteriores que comentabas que siempre llevas contigo una libreta o un cuaderno en el que tomas notas de ideas para tus novelas. ¿Con qué tomas esos apuntes, lápiz, portaminas, bolígrafo o pluma?

Siempre llevo la libreta encima. Las tramas de las novelas las suelo escribir durante el verano, en el periodo de vacaciones. Pero una novela no se escribe en dos meses, hay que dedicarle tiempo y algunas de las mejores ideas surgen cuando estás ocupada durante la semana. En cuento tengo un segundo las anoto. Y uso bolígrafos. Me han regalado un par de veces plumas. Son muy bonitas y estéticas, pero a la hora de escribir rápido resultan complicadas.


S.- Imagina tu casa en llamas –sin personas dentro- ¿qué salvarías?

Mi portátil. Todo lo que escribo está ahí. El ordenador para mí es muy importante. Al final en casa tienes ropa, la tele, los muebles, son todo bienes materiales… los libros… en el portátil está todo lo que escribo.


S.- Siendo consciente de la dedicación que exige escribir una novela, de los momentos de soledad que requiere, ¿desde ese conocimiento de lo que significa ser escritora crees que podrías tener una relación con otro escritor?

Sí, porqué no. Al final hago una vida normal. Escribir me lleva tiempo pero igual que a otra personas se lo puede quitar una afición diferente. Habrá gente que dedique su tiempo libre a leer, a ver series de televisión, a los videojuegos… No, no le vería problemas.


S.- … y ¿un personaje literario con el que te puedes identificar?

De ‘Los hombres que no amaban a las mujeres’, de la trilogía Millenium, Lisbeth Salander me parece un personaje increíble. Sin llegar al extremo radical del personaje de Stiag Larsson pero sí es un personaje que me atrae.


S.- ¿De qué libro harías una campaña para que lo leyera todo el mundo?

Del mío –se ríe. Igual suena egoísta, pero al final quieres que lo lea cuanto más gente mejor.
S.- ¿Qué es lo que más te ha costado escribir de ‘El palacio de las paredes verdes’?

El final no me ha costado nada porque lo tenía pensado desde el principio. Cuando no tienes claro el final concluir la novela se convierte en una locura. Quizá, la parte que corresponde con el guitarrista, un personaje que le sucede algo muy duro. La historia de amor que hay en la trama está relacionada con él. Desarrollar esa historia con el problema que él tiene y que suene bonito y optimista a pesar de todo me costó mucho.


S.- ¿Escribes de noche o de día?

Cuando puedo. Creo que escribo mejor de noche que es cuando más tiempo saco a lo largo del año.


S.- ¿Si en esta entrevista te cedieran una pregunta que te preguntarías a ti misma?

Pasaría de todos esos convencionalismos de cuántos ejemplares piensas vender, dónde los vas a vender y todas esas cosas comerciales que no me van. Algo más personal. ¿Qué te ha llevado a escribir la novela? ¿Qué te inspira? O algo que tenga que ver con el porqué un escritor escribe.

 

S.- ¿Y por qué escribe Raquel Villar?

Creo que los escritores como es mi caso escribimos para nosotros no para el público. Igual si tienes una editorial grande detrás te van marcando el camino y presionando más.


S.- Tiene que existir una lucha interior entre escribir para un mismo y, después, una vez publicada la novela querer que la lea cuanto más gente mejor…

Es posible. En mi caso, cuando escribí la primera novela no tenía ninguna intención de publicarla. Entonces no hubo otro planteamiento que escribir para mí misma. Las demás sí que los escribí siendo consciente de que se iban a publicar. Igual si es cierto de que tratas de que las tramas sean más dinámicas y no te recreas tanto en aspectos que igual son más exclusivos para el propio autor.


S.- Hablabas antes de que te daba cierta pena abandonar a los personajes que te habían acompañado en las tres novelas anteriores, ¿puede una escritora –un escritor- 'enamorarse' de sus personajes?

Tanto como enamorarse no sé, pero sí en el sentido de echarlos de menos. Cuando le dedicas tanto tiempo y de una forma tan intensa cuando lo dejas claro que lo echas de menos. Dejar a los personajes de la trilogía me dio mucha pena. Creo que pasa igual que cuando lees un libro que te gusta mucho y al finalizarlo tienes ciertos sentimientos o afecciones hacia los personajes protagonistas.


S.- ¿Cuál es el último libro que te ha dejado resaca literaria?

Después de leer la trilogía de Millenium me quedé mucho tiempo sin leer nada que me atrajera, pero también me ha pasado con un libro que leí el verano pasado ‘La nieta del señor Linh’. Una novelita corta que me gustó mucho. He leído otras cosas que también me han gustado, pero al escuchar la pregunta me ha venido a la mente la novela de Philippe Claudel. Me pasó también con ‘Como agua para chocolate’.


S.- ¿Un truco para enfrentarte a la hoja en blanco?

Va a sonar un tanto pedante, pero nunca me he encontrado ante ese problema. Como no tengo presión para escribir esa situación no se da. Supongo que si ganase una barbaridad por escribir y tuviera a alguien detrás exigiéndome novela tras novela me encontraría ante ese problema, pero por el momento no me ha pasado. Espero que no me pase.


S.- Imagina que tienes que elegir a un escritor o escritora para escribir juntos una novela, ¿a quién escogerías?

Creo que a Andrés Pascual. Es de aquí, de Logroño, y al conocerlo un poco personalmente le coges cariño. No es lo mismo leer un libro de un autor que no conoces que leer una novela de alguien que sabes quién es. Con Andrés he coincidido en alguna ocasión. Resulta tan cercano y agradable que no me importaría escribir a medias con él.


S.- ¿Si sólo le pudieras dar un consejo a otro escritor cuál sería?

Escribe para ti. Al final, creo que es lo mejor. Aunque al trabajar la novela trates de que sea dinámica y que resulta atractiva para el lector, el ochenta por ciento de lo que escribes es para ti. Cuando me siento a escribir las ideas que surgen son porque a mí me dicen algo. Creo que es la única forma de conseguir que lo que escribes merezca la pena. No quiere decir que lo que escribo sea sobre mí, sino para mí.
S.- Hay autores que asegura que ser escritor es, de alguna manera, como ser un súper héroe. ¿Cuál sería tu kriptonita?

Cuando algo me hace daño, sea motivo de tristeza o decepción, me hace escribir mejor, no peor.


S.- ¿Cuál es tu palabra favorita?

Verdad me gusta mucho, no tanto como suena pero sí lo que significa. También fe, no me refiero a la religión sino a la confianza y la creencia de que las cosas van a ir bien. Arte, también me gusta mucho.


S.- ¿El mejor consejo que te han dado como escritora?

Cuidar el portátil. Antes lo he comentado porque cuando ya tenía el borrador de ‘El palacio de las paredes verdes’ terminado estaba trabajando con el ordenador –lo uso para el trabajo, para escribir, para el baloncesto, para escuchar música, para todo…- y le cayó agua encima. No había forma de encenderlo. Las fotos, la música, te da rabia perderlas, pero la novela… ¿Qué hago? Sólo estaba ahí el borrador. Al final, gracias a un amigo informático, conseguí sacarlo del portátil. Así que un consejo muy práctico es guardar una copia de seguridad en otro sitio además del portátil. Además, insisto… escribir para uno mismo.


S.- ¿Qué sentiste cuando se publicó tu primera novela? ¿Se repite esa sensación al ver publicadas las siguientes?

Siempre es la misma sensación. Quizá con la primera sea más especial por ser la primera. Es algo que no se puede describir. Es una sensación muy, muy especial. Es algo tan tuyo, que se presenta en forma de libro, pero que realmente no tiene forma. Es algo que va mucho más allá y cuando alguien –editores, maquetadores, ilustradores- le ponen forma y lo ves descubres un producto nuevo y al mismo tiempo muy tuyo. Es una de las mejores sensaciones que he tenido en mi vida.


S.- ¿Recomendarías a alguien un libro que no te ha gustado?

No. Pero por ejemplo ‘Nada’, de Carmen Laforet, que lo leí siendo muy jovencita, me pareció muy duro y estoy segura que siquiera llegué entenderlo del todo. No lo he vuelto a leer quizá por miedo a entenderlo, pero sí lo recomendaría porque a mí me marcó mucho. Lo recomendaría aun a riesgo de que la otra persona se enfadara conmigo.


S.- ¿Estás enganchada a alguna serie de televisión? ¿Te parecen que siguen pautas literarias?

Ahora no estoy enganchada a ninguna. Sí, siguen una línea literaria, de hecho creo que cada vez más. ‘Perdidos’, por ejemplo, me encantó y seguir la línea temporal de la historia de una forma coherente para el espectador es un trabajo de los guionistas, un trabajo literario, aunque el final a casi nadie le gustó.


S.- ¿Un placer culpable?

No es que lo siga todos los días, pero hay noches que necesito simplemente entretenerme con algo que no requiera esfuerzo y veo Gran Hermano. No es mi programa favorito, si quiera sé la hora a que lo emiten, pero si está ese canal en ese momento lo veo y me entretiene. Mi padre me dice cómo puedo ver esas cosas, pero después de todo el día de trabajo y estresada simplemente necesito entretenerme.


S.- ¿Se puede vivir de la literatura?

Creo que sí. Al menos, se debiera poder vivir. Debiera estar más valorado, hay gente viviendo de otras cosas que valen mucho menos.



Autor: Javier Muro

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