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{ENTREVISTAS}

'El nivel de vigilancia en nuestra sociedad es mucho más alto que en la antigua Unión Soviética'

Richard Stallman, padre del software libre, apunta las amenazas a la libertad en la Sociedad Digital

Richard Stallman se atusa el pelo largo y rizado, revuelto del viaje, antes de sentarse antes los medios de comunicación. Acaba de descender del coche que le ha traslado hasta el campus universitario. En la mano derecha porta un maletín de ordenador en el que esconde un pequeño gran tesoro. Mundialmente conocido por fundar en 1983 el movimiento por el Software Libre y por el desarrollo del sistema operativo GNU, Stallman es también un activista a favor de la libertad en la red hasta que sea reconocida como un Derecho Fundamental más que añadir a la Declaración Universal./Javi Muro


El cartel anuncia sobre las puertas de acceso al edificio Quintiliano de la Universidad de La Rioja el título de la conferencia, ‘Por una Sociedad Digital Libre’ y en un instante se apelotonan conceptos alrededor de la idea de internet, las redes sociales, la piratería, el acceso a programas, las restricciones de los fabricantes, la neutralidad de la red, el internet de dos velocidades, el control de nuestras comunicaciones, Wikileaks, Snowden e, incluso, el esparadrapo que de un tiempo a esta parte todos hemos colocado sobre la cámara de nuestro portátil.


Tras las presentaciones, Stallman activa el micrófono y no pierde ni un segundo en dejar clara la finalidad de su lucha. “En nuestro uso de la informática –denucnia- merecemos libertad. Existen muchas amenazas que llevan a los usuarios de la informática a perder la libertad, ya que se ven sometidos al control por parte de empresas e incluso de los Estados. Nuestro movimiento trata de defender los Derechos Humanos frente a esas tendencias negativas”.


Stallman tiene claro que la libertad en la informática comienza dentro de la propia computadora. Así, explica que para ser libre en su ordenador, el usuario tiene que tener el control sobre el software que utiliza, individual y colectivamente. “Pero esto sólo no basta –advierte- porque la mayoría de los usuarios no sabe programar. Si sólo tuvieran el control individual estarían perdidos. Por eso hace falta el control colectivo, que la comunidad de usuarios tenga también el control de un determinado programa. Todos los usuarios tienen más o menos los mismos intereses; es decir, que el programa respete su libertad”.


... pero ¿qué es y cómo funciona el software libre?. “El software libre es el que respeta libertad de la comunidad de sus usuarios. Con cada programa se dan dos posibilidades, o los usuarios tienen el control del programa o el programa tiene el control de los usuarios, el primer caso es el software libre”.


Para que un programa sea software libre deben darse las cuatro libertades esenciales que describe Stallman. La libertad cero de ejecutar el programa cómo quieras y para cualquier fin. “Hay programas privativos –explica- que prohíben a sus usuarios esta libertad, que restringen cómo se pueden ejecutar o para qué”. También debe darse la libertad uno, la posibilidad de estudiar el código fuente del programa y cambiarlo. “Estas dos primeras libertades –apunta- proporcionan el control individual, pero hace falta también el control colectivo. Es decir, que cualquier grupo de individuos –empresas, organizaciones o Estados- puedan colaborar ejerciendo el control del programa”. Este control colectivo requiere de dos libertades esenciales más. Por un lado, la libertad dos, la de hacer copias exactas para vender o regalar a los demás cuando quieras y, por otro, la libertad tres, la posibilidad de hacer copias de versiones modificadas de los programas.


Como puede verse –detalla-, el software libre no necesariamente tiene que ser gratuito; libre y gratuito son dos conceptos diferentes e independientes. Yo no lucho por el software gratuito, para mi recibir una copia de un programa gratis o pagando es un detalle secundario sin gran importancia ética. Lo importante es qué tienes cuando recibes ese programa, si respeta tú libertad o no. Si no respeta mi libertad pagaría por no tenerlo, trabajaría por no tenerlo. Lo he hecho. Me he escapado del software privativo. Se llama privativo porque priva de la libertad a quienes lo usan. Es una injusticia porque somete y porque falta a las libertades esenciales”.


Stallman reitera que si un usuario no tiene el control del programa es el programa el que tiene el control y su dueño, el control general. "El programa privativo es un yugo, un instrumento de poder del dueño sobre los usuarios. El software privativo no debiera existir. La meta del movimiento que represento es acabar con el software privativo, que todos los programas sean libres para que todos los usuarios sean libres”.

 

Richard Stallman recuerda que ya cuentan con un sistema operativo que funciona únicamente con software libre, “ya tenemos computadoras que funcionan totalmente con software libre como ésta –saca de sus maletín un ordenador, el pequeño gran tesoso-, en la que hemos reemplazado el software privativo por libre. El sistema operativo esGNU con Linux, que es libre y las aplicaciones son libres. Me he escapado totalmente del software privativo”.


Remarca, que lo importante no es que él se haya escapado, sino el haber creado el camino para que todos los usuarios se escapen. Ese ordenador, ese pequeño gran tesoro, fue el primero vendido con sólo software libre, “es el orgullo de nuestro movimiento, pero habrá otros”.


El movimiento por la libertad de la sociedad digital que abandera Stallman critica la conducta de muchas empresas y, como es lógico, encuentra resistencia. “Hay empresas que tratan de sustituir el concepto de software libre por el de código abierto. Tratan así de evitar plantear los asuntos éticos. Quieren presentar el asunto únicamente en términos prácticos, de comodidad. Tienen derecho de presentar su punto de vista, pero es muy diferente a nuestros planteamientos, no estamos por el código abierto. Nuestra filosofía es la del software libre y la libertad de los usuarios”.


Cree que una buena vía de concienciación se encuentra en la Educación. “Evidentemente, todas las acciones educativas, desde el jardín de infancia a la universidad, deben de ensañar únicamente el software libre porque tiene la misión social de educar a buenos ciudadanos. Enseñar un programa privativo es sembrar dependencia a una empresa o al dueño de ese programa. Tiene que ver con el espíritu de lealtad al espíritu de la educación”.


Desde el punto de vista de las Administraciones, Stallman también apunta medidas imprescindibles en su opinión. “El Estado debe de usar solamente software libre ya que sus sistemas informáticos funcionan por y para el pueblo. No cuenta con esos sistemas por su propio placer, sino por el pueblo y tiene la responsabilidad de mantener el control de su informática, el control de los programas que ejecuta y no cedérselo a terceros”.


El desarrollador de GNU resalta que “el Estado para mantener la soberanía informática del país debe de rechazar firmemente el software privativo. Si lo usan en agencias de funciones críticas, como el ejército, la policía o el transporte público, entonces perjudica la seguridad nacional. Porque hoy en día, es habitual que los programas privativos tengan funciones malévolas. Son lo que se conoce como malware. Cuando el Estado usa Windows, hemos leído como ésta empresa enseña a la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) los errores de seguridad en el sistema antes de corregirlos, es casi un sabotaje al usuario”.


Surge ahí la idea de espionaje a los usuarios, a las Estados, a sus responsables políticas o a empresas estratégica. Aunque ya teníamos sospechas, el caso Snowden mostró una fotografía a todo color de la intervención de comunicaciones. “Sí, pero ya sabíamos antes del caso Snowden que cada teléfono móvil tenía una puerta trasera universal. Es decir, que a través de esa puerta trasera, que es una funcionalidad en el software, quienes quieren espiar y controlar conversaciones tienen el poder de cambiar el software, pueden imponer cualquier modificación a distancia, cuando quieran y a través de la línea telefónica”. Así es posible transformar teléfonos móviles en dispositivos de escucha. “Te escuchan todo el tiempo y transmiten toda la conversación que oyen. No hacía falta Snowden para decirnos que esto sucedía. Lo que sí sabemos tras el caso Snowden es que la NSA sigue los movimientos de los teléfonos y saben que dos personas se conocen porque sus móviles están cerca”.


Además, Stallman advierte que la libertad en informática va más allá de la propia computadora. Hay otras amenazas como el espionaje general a los usuarios. La acumulación de historiales sobre qué ha hecho, qué ha dicho, dónde ha ido o con quién ha hablado cada uno de nosotros. “Tenemos un nivel de vigilancia en nuestra sociedad mucho más alto que en la antigua Unión Soviética. Le llamo el sueño de Stalin”.


El temor a la vigilancia y el control ha llevado a Stallman a realidad algunos sacrificios. “Es por ese motivo –dice- que no tengo teléfono móvil. No quiero decirle al Gran Hermano donde estoy en cada momento. Hoy en día hay hasta cámaras en las calles, cámaras que permiten vigilar desde lugares remotos. Debería de ser ilegal que una cámara que apunta a un lugar público sin una orden de los tribunales”.


El portavoz del movimiento por el Software Libre cree que es necesario legislar sobre todos los sistemas digitales para que no se puedan acumular historiales sobre cada uno de nosotros. “Si utilizas un servicio informático debes de poder pagar anónimamente por cada uso, evitando que el servicio sepa cuantas veces fuiste tú el usuario”.


Y, por supuesto, recomienda dejar de ser usuarios de Facebook. “Yo no soy usuario de Facebook. Rehúso. Cuando quiero publicar algo lo hago en mi sitio stallman.org, no hace falta publicar a través de una empresa malévola, una empresa espía. Todavía existen sitios web en los que cuando uno quiere puede publicar”.

 

Stallman recuerda que sobre la sociedad digital también pende el problema de la censura. “En muchos países, la censura en la red ha avanzado hasta el punto de bloquear el acceso a una lista de sitios sin siquiera un proceso judicial. España es uno de ellos. Esta censura es horrible e intolerable y hay que denunciarla en cada oportunidad que tengamos. En muchos países que fingen ser libres, pero no hay un acceso verdadero a internet”.
Hilando con la privacidad, surge el debate sobre los datos personales que solicitan los sitios web. “Rehúso darles datos personales, no me identifico salvo si estoy colaborando con alguien”. Y es que Stallman tiene claro que todos esos datos se combinan. “Una empresa recoge una gran lista de datos de cada usuario y ofrece esa lista sin nombres a otras empresas, éstas, utilizando datos obtenidos por otro lado, determinan el nombre al combinarlos. Y todos estos datos están disponibles para el Estado, para la represión de disidentes o minorías o, incluso, de periodistas y sus fuentes. Hay que cambiar el funcionamiento de todos estos sistemas”.


También encuentra una amenaza en el voto electrónico. “No se debe confiar en las computadoras para guardar los votos porque el fraude grande es tan sencillo como el pequeño. No ocurre así con los papeles, con las papeletas el fraude más gran también es más visible, pero dentro de una computadora modificar el resultado final por mil es tan sencillo como hacerlo por uno. Ya se sospecha que en los Estados Unidos se han robado elecciones por este tipo de fraude”.


En su enumeración de amenazas contra la libertad de la sociedad digital, Stallman detalla también la guerra contra compartir. “No quieren que gocemos de los beneficios de la informática libremente y un beneficio es compartir copias de las obras publicadas. Uno tiene que tener esta libertad, hay que legalizar la práctica de compartir. Compartir es bueno, es una forma de colaboración mutua en la sociedad”.


Cree que para combatir la práctica de compartir, únicamente se han puesto en marcha castigos crueles y draconianos. “Por ejemplo, La Ley Sinde, una normativa totalmente injusta, con la que hay que acabar”.


Satallman considera el término pirata un insulto, que forma parte de una acción propagandística y critica lo que considera un ataque al principio básico de la Justicia que dice que ningún castigo puede imponerse sin un proceso justo. Asegura, al mismo tiempo, que tiene propuestas para apoyar a los artistas, “porque si queremos disfrutar de las artes tenemos que apoyar a los creadores”.


El hecho de que para estar activo en internet debamos contar con una serie de empresas como un proveedor de conexión, de un registro de dominios y de un servicio de hospedaje, forma parte de los acosos que sufren los usuarios de la sociedad digital, según relata. “Más o menos –apunta- pueden cortarte el servicio arbitrariamente”.


Stallman apunta un caso concreto. “Conocemos lo que sucedió cuando, por ejemplo, el Gobierno de los Estados Unidos intentó expulsar de internet a Wikileaks de una manera extrajudicial porque no había cometido ningún delito por el que acusarle. No tenían posibilidad de acudir al tribunal, así que lo hicieron por intimidación a las empresas que proporcionaban servicio a Wikileaks. Amazon le proporcionaba hospedaje, pero intimidada decidió que Wikileaks había violado las condiciones contractuales. Era una excusa”.


Stallman concluye su exposición, rellena el vaso de agua e invita a las preguntas.


S.- Las multinacionales de la informática no le tendrán en mucho aprecio cuando le escuchen, ¿no?

Depende. Porque de vez cuando aprovechan nuestro trabajo y no estamos en contra de que aprovechen nuestro trabajo de software libre. Queremos que una empresa tenga el control de su propia informática y no lo ceda a otras empresas. Sí es verdad que por lo general para restablecer la democracia tenemos que acabar con el poder político de las grandes empresas.


S.- ¿Ha mantenido alguna reunión con este tipo de empresas, con Bill Gates, por ejemplo?

Nunca con Gates. Una vez me reuní con Jobs, cuando era jefe de la empresa Next Computers, durante el periodo que salió de Apple.


S.- Si se reuniera con Gates, ¿cree que podría convencerle?

No. Estoy seguro de que Gates comprende bien sus intereses de ganancia y no creo que esté muy interesado en nuestra idea de libertad.


S.- ¿Se siente amenazado?

Me siento amenazado por el hecho de ser espiado como todo el mundo, no más que eso. Ya es bastante amenaza. Hay que luchar contra el hecho de que espíen a todo el mundo y sepan con quien se comunica cada uno. Pueden controlar con quien hablan los periodistas y conocer cuáles son sus fuentes. Estados Unidos ya está tratando de hacerlo y descubrir a las fuentes y encarcelarlas. Una fuente está prisión porque el Gobierno analizó las listas de llamadas de decenas de periodistas de Associated Press. Al descubrir el nombre de una persona que trabajaba en una agencia gubernamental en esas listas supieron que había sido él. Si pueden identificar a las fuentes, no habrá fuentes para los periodistas y el Estado podrá hacer cualquier cosa secretamente, y no habrá democracia.


S.- Pero estamos conectados constantemente…

 Yo no, la lección es dejar de ser estúpidos.

 

Fotografías: Nacho Torra.



Autor: Javier Muro

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