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{ENTREVISTAS}

'Los escritores somos hijos de nuestra época, resulta casi imposible no reflejar lo cotidiano en lo que escribes'

Alaitz Leceaga sitúa su novela 'Las hijas de la tierra' en La Rioja y el 'Rioja' del siglo XIX

Alaitz Leceaga (Bilbaom 1982) es escritora. ‘El bosque sabe tu nombre’ fue su primera novela y su publicación supuso un enorme éxito literario, no sólo en España sino también en un buen número de países. ‘Las hijas de la tierra’ es su segunda novela en la se adentra en el relato de una gran saga familiar en La Rioja de finales del siglo XIX, cuando el sector del vino de ‘Rioja’ comienza a cobrar forma. Apasionada de las novelas victorianas y de terror, en ‘Las hijas de la tierra’ no podía faltar un misterio alrededor de las hermanas protagonistas de la historia escrita por Alaitz. “Ningún secreto -dice la cartela que acompaña la portada- permanece oculto para siempre” que recuerda que: “Hay algo que los hombres ansían más que el dinero, el poder. Algunos lo tienen, otros sueñan con él antes de dormirse y otros lo combaten. Tú eres una amenaza para el poder, Gloria, porque desobedeces y además eres mujer. El poder siempre buscará aplastarte, nunca bajes la guardia”./Javi Muro.

 

SPOONFUL.- ¿Cuando comenzamos a leer ‘Las hijas de la tierra’ con qué historia nos vamos a encontrar?

Cuenta la historia de una familia, de una importante familia de bodegueros, a principios del siglo XIX. Al mismo tiempo es la historia de tres hermanas. Tres hermanas pelirrojas, un poco como la que aparece en la cubierta del libro. Para mí es una historia de superación obstáculos; obstáculos propios, pero también del contexto histórico en el que viven. Obstáculos que se van encontrando a lo largo de su vida, en esa idea que ellas tienen de convertir su bodega en algo grande y en algo propio.

 

S.- La novela está ubicada en el siglo XIX y en el momento de desarrollo del sector vinícola y, de alguna manera, de lo que va a ser el ‘Rioja’.

Tenía la idea para la historia y tenía la imagen potente de las tres hermanas pelirrojas. Necesitaba la ubicación y todo encajó durante un viaje promocional de la anterior novela, ‘El bosque sabe tu nombre’. Contemplé el paisaje precioso, el cielo abierto, las grandes casas de piedra. Entonces tuve claro que la historia que ya empezaba a crecer en mi cabeza, y que la historia de esas hermanas pelirrojas tenía que suceder aquí.

 

S.- Imagino que la labor de documentación ha tenido que ser intensa. No es lo mismo el sector del ‘Rioja’ hoy que en el siglo XIX.

Es cierto. Reconozco que disfruto muchísimo con el trabajo de documentación. Me encanta investigar. Era consciente desde el principio que era necesario un trabajo importante de documentación. Es una parte del proceso de creación de la novela que recuerdo haberla disfrutado muchísimo. No fue algo pesado, sino emocionante porque iba descubriendo cosas y escarbando en ese contexto histórico y resultaba excitante.

 

S.- A partir de ahí, en la trama la familia, las hermanas y la tierra como elementos esenciales de la historia….

Sí. Además de describir ese momento histórico, ese boom de la industria del vino, que pasa a ser un sector moderno, es una historia con esa familia como protagonista. En la novela está su historia personal y su historia familiar.

 

S.- Hoy en día ya no quedan tantas grandes bodegas familiares, las grandes corporaciones se han ido haciendo con muchas de ellas, pero en aquella época la cultura del vino era muy familiar…

Tan ellas, las tres hermanas, como el resto del pueblo donde se desarrolla la historia se debaten entre seguir fieles a esa tradición de pensar y elaborar el vino y el paso a esa empresa nueva, a ese nuevo mundo que va a llegar y que, de alguna manera, va a acabar con ellos; va a arrasarles.

 

S.- Y también está en la novela la idea de igualdad; mujeres que quieren y pueden hacer lo mismo que los hombres…

Sí. Es un tema muy actual, realmente. Cuando nace esa primera industria del vino es cierto que muchas mujeres pasan a ocupar esos primeros puestos en la nueva industria y después, con el paso de los años, fueron desapareciendo. Cuando comencé a estudiar la historia sabiendo que quería contar una historia ambientada en esa época, me parecía interesante darles voz a todas aquellas pioneras. Y sí, no deja de ser un tema presente.

 

S.-  … y además, en la novela está de fondo el deseo de control, de tener el poder en el sector naciente…

Existe una lucha de poder importante, no sólo dentro de la protagonista por el control de esa bodega, sino también en el pueblo por impedir que ellas, las tres hermanas, no sólo retomen el control sobre su vida sino de la industria y de su propio negocio. Se producen luchas de poder entre quienes lo han ostentado hasta ese momento y esas nuevas personas que también quieren su control sobre su bodega y sobre su parte de la industria.

 

S.- Qué poco hemos cambiado, ¿no?

-Se ríe-, todos los autores somos hijos de nuestra época y resulta casi imposible no reflejar la cotidianidad en lo que escribes; es algo que resulta inseparable.

 

S.- La trama de ‘Las hijas de tierra’ está envuelta en un cierto misterio, ¿no?

La familia protagonista oculta un gran secreto; un secreto terrible. No destripo la historia. Ese secreto va a marcar la vida de las tres hermanas para siempre, pero no sólo… cuando ese secreto salga a la luz va a marcar la vida de todo el pueblo y de toda la región.

 

S.- Cuentas que te gusta la novela victoriana, los relatos de terror, ¿si tuvieras que situar ‘Las hijas de la tierra’ en un género cuál sería?

La novela tiene una gran carga de saga familiar, tiene también un componente de misterio importante y, me comentan los lectores, que algunos pasajes les generan esa inquietud que produce un thriller.

 

S.- Mencionas a los lectores. ¿El contacto con los lectores es algo habitual, cotidiano como escritora?

Sí, la verdad es que a mí es algo que me gusta mucho. Disfruto encontrarme con los lectores y comentar la novela después del viaje que ha supuesto para mí el proceso creativo, documentarme y escribirla. Los encuentros con los lectores y con la prensa los disfruto mucho.


S.- ‘El bosque sabe tu nombre’, tu anterior novela tuvo un extraordinario éxito. ¿A la hora de escribir una nueva historia representa mayor responsabilidad, mayor tranquilidad y seguridad?

‘El bosque sabe tu nombre’ fue un éxito no sólo aquí en España sino en otros países, pero cuando comencé a escribir ‘Las hijas de la tierra’ lo que sentí es la emoción de iniciar una nueva historia, el deseo de querer dejarte arrastrar por unos personajes nuevos. También, es cierto, la responsabilidad de que todas las personas que habían disfrutado de ‘El bosque sabe tu nombre’ encontraran de nuevo todo aquello que les había agradado en esta nueva historia. Más que como una responsabilidad mal entendida, era una responsabilidad hacia el lector por las expectativas que tiene creadas. Quieres que el lector vuelva a tener esa esperanza sobre la historia que escribes.

S.- ¿Por qué escribes?

Escribo de siempre. Primero relatos cortos que iba publicando en internet. ‘El bosque sabe tu nombre’ comenzó como un relato, pero al poco tiempo, mientras lo escribía, me di cuenta de que era demasiado extenso para un relato. Fue el momento de aceptar que era material para algo más largo, para una novela. Así fue como di el paso de algo pequeño, algo que podía controlar, a una novela de casi seiscientas páginas. Después otra y otra en la que ya estoy pensando. Escribir es una pasión; como lo es también leer.

 

S.- ¿Escribes todos los días?

Siempre que puedo. Hay momentos en que es imposible. Tengo un hábito de escribir un número concreto de palabras y hasta que no llego a ese límite no me levanto.

 

S.- ¿La pasión por escribir te llega desde la lectura?

 Sí, del amor que tengo a la lectura procede, en mi caso, el amor por escribir.

 

S.- ¿Recuerdas algún libro que leíste y al terminarlo, o mientras lo leías dijiste, “yo también quiero hacer esto”?

Es bastante evidente para quien lea ‘El bosque sabe tu nombre’ o ‘Las hijas de la tierra’ las influencias que tengo como lectora. Cualquiera desde las Hermanas Brorntë o Isabel Allende, porque dotan de ese universo mágico que a mí también me gusta recrear en mis novelas.

 

S.- Escribir es para ti una pasión, pero por lo que cuentas tienes claro que también es trabajo, ¿no?

Por supuesto. Cuando te planteas escribir una novela con muchas tramas y subtramas necesitas tener claro el orden y hasta dónde vas a ir, porque tienes que conseguir que el lector tenga esa sensación de libro redondo. Soy muy meticulosa. A pesar de ser muy apasionada, tengo claro que hace falta cierta preparación antes de escribir, me gusta investigar, me gusta preparar todo el capítulo antes de lanzarme a escribir. Antes de escribir hay un proceso previo que me gusta tener muy claro.

S.- ¿Y manías? ¿Tienes manías a la hora de escribir?

No -se ríe-, me gusta la tranquilidad, creo que como a todos los autores. Hay escritores que son capaces de escribir en librerías como esta, en cafeterías, lo envidio profundamente porque no soy capaz. Necesito tranquilidad.

 

S.- ¿Y escribes con música?

No, no soy de las que escriben con música. Sí, por ejemplo, que para releer me gusta el acompañamiento de la música, pero mientras escribo no.


S.- ¿Primero escribes a mano y luego al ordenador?

No -vuelve a reírse-, una vez que tengo la escaleta y sé por dónde va a ir la historia comienzo a escribir directamente en el ordenador. Luego corrijo un millón de veces.

 

S.- ¿Y siempre escribes en el mismo lugar?

Sí, siempre en el mismo sitio, en mi despacho.

 

S.- … y, para terminar, ¿en qué novela te gustaría quedarte a vivir?

Qué buena pregunta… igual me repito, pero siento pasión por esas grandes novelas gótico victorianas, con esa meteorología cambiante, con esos personajes con claro oscuros, son novelas en las que podría estar como espectador contemplando lo que sucede.

 

 

 

 

 

 



Autor: Javier Muro

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