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{ENTREVISTAS}

'Quería reflexionar sobre la vulnerabilidad del personaje público cuando emite un mensaje a la masa anónima'

Carlos Villar Flor ha publicado su quinta novela 'Descubre por qué te mato'

Carlos Villar Flor es profesor universitario y escritor. Su última novela se titula 'Descubre por qué te mato', una historia que pone en marcha el cronómetro cuando un profesional del periodismo recibe una amenaza y un plazo para que se ejecute. Apunta Villar Flor que la historia surgió de su reflexión y preocupación por la vulnerabilidad de un personaje público cuando emite un mensaje a una masa anónima. Tras 'Hay cosas peores que la lluvia. Trece relatos insomnes', 'Calle Menor', 'Mientras ella sea clara', 'Sólo yo me salvo y otros relatos del tiempo sobrante', el escritor santanderino pero asentado en Logroño se adentra en thriller aceptando el reto que le proponía la chispa que dio pie a la novela. Poco maniático, reconoce que escribe primero a mano, "en papel reciclado que es más comprensivo y paciente que el exigente ordenador'./Javi Muro


SPOONFUL.- ¿Comenzamos a leer ‘Descubre por qué te mato’ y en qué historia nos estamos adentrando?

Entramos en una especie de thriller en el que no ha habido asesinato material pero sí una amenaza de muerte al protagonista. Por inversión de roles, la posible víctima se convierte en el investigador de su propio (posible) crimen. Quizá uno de los inconvenientes del thriller clásico es que la víctima muere en los comienzos sin dejar al lector tiempo para empatizar con ella, y, por tanto, se malogra un recurso que podría generar un interesante dramatismo. Mi protagonista, en cambio, siente en todo momento la proximidad de su muerte, y esto favorece que al lector no le deje indiferente.

 

S.- Corrígeme si me equivoco, ‘Descubre por qué te mato’ es tu quinta novela. ¿Cómo surge la chispa que desencadenan las historias que escribes? ¿Cuál fue esa chispa que dio pie a ‘Descubre por qué te mato?

Esta es la quinta novela que escribo, pero la cuarta que ha visto la luz. Cada una es fruto de una chispa diferente que prende en mi imaginación. Esta, en concreto, surgió de considerar la vulnerabilidad que tiene un personaje público (sea su popularidad pequeña o grande) cuando emite un mensaje ante una masa anónima. A esta idea se añadió pronto el planteamiento de la escena inicial: un desconocido que parece cordial concierta un encuentro y, al término de este, te amenaza de muerte sin dar suficientes explicaciones. Me pareció un arranque potente.

 

S.- En la novela el cronómetro se pone en marcha y el tiempo corre a lo largo de las páginas. ¿Es el tiempo protagonista principal de ‘Descubre por qué te mato?

El tiempo es una dimensión clave de nuestra vida, así como un motivo literario perenne, pero también es un elemento vital de la narrativa. En mi historia el protagonista tiene un plazo de cuatro semanas para descubrir quién puede querer matarle y por qué, así que no tiene tiempo que perder. Para dar cuerpo a esta agitación he estructurado la historia en cuatro partes, una por cada semana, y he presentado los sucesos día a día, sin grandes elipsis.


S.- También encontramos en tu novela una reflexión sobre la exposición pública de las personas –de unas más que otras, pero en general– que protagoniza el siglo XXI, ¿no? ¿Es un tema que te preocupa?

Antes me refería a ello como la chispa desencadenante de la historia. No es necesario ser muy popular para estar expuesto a amenazas desde direcciones desconocidas. Hoy en día cualquier persona puede emitir mensajes ante un público anónimo a través de las redes sociales. Hay una fatídica ingenuidad en el modo en que millones de personas publican fotos familiares o íntimas sin conocer quién las va a observar. Esta cuestión me interesa y me preocupa, y configura una línea argumental en la investigación de mi protagonista, quien, como profesional del periodismo, reúne este perfil de notoriedad pública, y consiguiente exposición.

 

S.- Y eliges Santander cómo escenario. ¿Tu ciudad natal encajaba en la atmósfera que imaginabas para recrear la novela?

En efecto, la atmósfera es otro elemento clave, y la ambientación de la ciudad en que se sitúa una historia debe ser convincente. Mi ciudad natal sirve muy bien a este propósito, porque me resulta harto conocida, pero a la vez no vivo en ella el día a día, por lo que media con ella una cierta distancia vital y emocional.

S.- Te adentras en el género negro. ¿Te apetecía probarte en el thriller? ¿Asumiste la escritura como un reto?

El género negro es en el que mejor encajaba la historia que me rondaba la cabeza y los temas que giraban a su alrededor. Pero me gusta demasiado la libertad, y esto, llevado a planteamientos genéricos, implica que no me considero atado por los requisitos clásicos del thriller; o, al menos, no por todos. Y sí, el reto consistió en comprobar si me veía capaz de desarrollar toda una novela a partir de la escena inicial, la de la amenaza de muerte por un misterioso desconocido con un plazo determinado y un acertijo por delante.

 

S.- ¿…por qué… la novela negra es ya Literatura con Mayúsculas o sigue siendo un subgénero? 

Si consideramos la narrativa como género, la novela negra es un de sus variados subgéneros, pero esto no obsta para que pueda alcanzar cotas artísticas notables, en estilo, caracterización, estructura, ritmo, adecuación entre forma y temática, etcétera. La narrativa puede ser tan artística como la poesía, aunque tiene menor reputación estética porque admite mejor la ingerencia de criterios mercantilistas. Y la novela negra es de las modalidades más populares, y por ende, comerciales, por lo que tiene mayor peligro.

 

S.- Variar de género es también una forma de no acomodarse en un estilo, ¿no?

En efecto. Mi consuelo ante la constatación de mis limitadas ventas es que disfruto de una gran libertad creativa como autor. No tengo que contentar a nadie ni dar cuenta de mis éxitos en el mercado. Llegar a ser un superventas conlleva escribir para públicos masivos, y creo que es difícil conseguirlo sin renunciar a una parte de tu esencia creativa.

 

S.- ‘Descubre por qué te mato’ está avalada por el premio de Novela Corta José María Pereda. ¿Los galardones impulsan a la lectura de una novela o impulsan al autor a seguir escribiendo?

Más lo segundo que lo primero. En cualquier caso, hay galardones grandes, medianos y pequeños. En los grandes, los que financian los más poderosos grupos editoriales, se mezcla tanto la mercadotecnia que parecen muy poco fiables como garantes de buena literatura. Hay que partir una lanza a favor de los medianos, que suelen ser más imparciales, menos interesados y, por tanto, más capaces de descubrir textos meritorios. Pero, paradójicamente, el público general no se entera de estos, y sí de los primeros,, que copan las noticias culturales, los suplementos, y los espacios en las librerías. Por ejemplo, ningún diario nacional dio la noticia de la concesión del XX premio de Novela Corta José María de Pereda, ni, de momento, ninguno de sus suplementos literarios ha mostrado interés por reseñar la novela ganadora. Sencillamente no existe. ¿Cómo podemos los autores locales salir de nuestro entorno si no se nos conceden oportunidades?

 

S.- ¿Tienes manías a la hora de escribir?

Las imprescindibles. La soledad de mi despacho en casa, silencio, bolígrafo pilot; escribo primero a mano hasta completar la historia, luego yo mismo lo paso a ordenador, cambiando cada frase. Mucha artesanía, o quizá inseguridad, mucha revisión…

 

S.- ¿Primero a mano y luego al ordenador?

Sí, el ordenador se me antoja demasiado exigente, acaso impertinente. El papel reciclado que uso es mucho más comprensivo y paciente.

S.- ¿Siempre escribes en el mismo lugar, en el mismo espacio?

Sí, en mi despacho de casa. Alguna vez escribo en exteriores, incluso a una playa. pero más como forma de aprovechar la ola (nunca mejor dicho) que como hábitat natural.

 

S.- ¿Te acompañas de música a la hora de escribir? ¿Qué escuchas?

No, nunca. Solo cuando dibujo o hago trabajo manual. Para escribir necesito silencio, y las menos distracciones posibles.

 

S.- ¿Relees y corriges mucho tus textos? ¿Eres muy perfeccionista en el estilo? Tengo entendido que incluso el título de la novela ha variado…

Demasiado. Mi perfeccionismo no me deja dar por terminado un texto hasta verlo impreso. Y ni aún así me contento. Ya estoy pensando en hacer segundas ediciones corregidas de obras impresas. Por ejemplo, me gustaría revisar mi primera novela, Calle Menor, e incluso contemplo cambiar el título. Y sí, esta cuarta novela ganó el premio como 'Descubre por qué te persigo', y lo modifiqué in extremis.

 

A veces pienso que lo mejor que podríamos hacer los escritores de cara a la posteridad es producir un puñado limitado de novelas, no más de cinco o seis, y dedicar el resto de nuestra vida a pulirlas y mejorarlas. La historia de la literatura nos lo agradecería, y así quizá los pérez-revertes dejarían un poco más de espacio mediático a los autores desconocidos que acaso escriban alguna obra tan meritoria (o más) que las suyas. Pero esto es utópico, porque la industria vive de las novedades, aunque sean bodrios, y de los nombres que se han ido haciendo, sea por razones literarias o no.

S.- ¿Te influye lo que lees a la hora de escribir? ¿Quiénes son tus referentes?

Las lecturas me influyen, como no puede ser de otro modo, pero de una forma progresiva, orgánica y con frecuencia misteriosa. No soy consciente de tener modelos a los que busque imitar. Subyacen clásicos ingleses como Dickens, Wilde, Evelyn Waugh, Muriel Spark, Graham Greene, autores contemporáneos como Kazuo Ishiguro, o novelistas españoles como Eduardo Mendoza, Lorenzo Silva, Carmen Martín Gaite, Rubén Abella…

 

S.- … y volviendo a ‘Descubre por qué te mato’… para saber si en tu novela negra hay un muerto es preciso leer hasta el final, ¿no?

…o saltarse las páginas intermedias. Algún lector me ha confesado que le han entrado ganas de hacer trampa. En ese caso, yo recomendaría volver a empezar. Hay muchos hilos en la novela de los que se puede tirar y escenas que conviene releer, aunque ya se conozca el desenlace.



Autor: Javier Muro

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