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{ENTREVISTAS}

'Quizá lo difícil es saber a dónde mirar, dónde está la foto que merece la pena'

El fotógrafo Rafael Lafuente expone en la Galaría Spectrum 'Lugares intermedios'

Rafa Lafuente expone sus fotografías en la Galería Spectrum de Zaragoza. No se trata de una lugar cualquiera. Spectrum es la Sala dedicada a la fotografía más antigua de España y conjuga, desde los años 70, la función formativa y expositiva. Allí se pueden ver tres series de imágenes realizadas por Rafa Lafuente enlazadas bajo el título 'Lugares intermedios'. "Se trata -explica- de espacios que tienen un origen en la realidad y que han sido reinterpretados posteriormente, iluminados y, nuevamente, fotografiados". Un juego entre realidad y ficción. Asegura  que su dedicación profesional a la fotografía ha sido un poco casual. Durante unos años puso su cámara al servicio del periodismo, tiempo que recuerda interesante: "todo el día cámara en ristre correteando por la ciudad". Si echa la mirada atrás comprueba que su fotografía ha pasado por diferentes etapas, "ahora -asiente- me he centrado en una dirección, con continuidad"./Javi Muro

 

S.- Eres Licenciado en Historia del Arte, ¿cómo emprendes el camino hacia la fotografía?

Prácticamente soy fotógrafo antes de iniciar la universidad; cuando comencé con la fotografía estaba aún en el instituto. Con 15 o 16 años ya me interesaba, me compré una cámara réflex como pude y me monte mi laboratorio en blanco y negro. Fue después cuando me interesó la Historia del Arte y después han ido discurriendo en paralelo.


S.- ¿Cómo fue ese paso de aficionado a decidir que la fotografía iba a ser tu vida?

Tampoco me lo planteé, de hecho no realicé estudios de fotografía con la intención de dedicarme profesionalmente. Ha sido un poco casual. Empecé a trabajar en prensa y nunca lo hubiera pensado porque no era un tipo de fotografía en la que me hubiese fijado especialmente. Surgió la posibilidad y al final he estado unos cuantos años trabajando en prensa.


S.- Compaginabas la fotografía de prensa con tus trabajos personales, pero ¿da la actualidad personajes para lucirse?

De la prensa tengo un buen recuerdo porque fue un momento especialmente floreciente dentro de lo que es la comunidad y había un cierto ambiente interesante. En las ruedas de prensa surgía la posibilidad de conocer a mucha gente y también de acceder a sitios que de otra manera no podrías ver. Sí que da juego. Estar todo el día cámara en ristre correteando por la ciudad es interesante. Lo que es complicado es tratar de compaginarlo con cualquier otra cosa. Mis trabajos personales trataba de hacerlos por las noches, en ratos y como podía.


S.- Quizá es un debate infinito, pero ¿la fotografía es arte o es más periodismo?

La fotografía es un medio y se puede aplicar a usos diferentes. Puede servir desde para llevar nuestro DNI, como algo que nos identifica, o describir un hecho, o para generar un ficción. Es una de las cosas que más me interesa de la fotografía, el que tenga usos tan diversos. Es un medio que siempre está bajo sospecha en el sentido de cómo se relaciona con la verdad. Desde la idea periodística de que la fotografía no puede estar modificada de ninguna forma, tiene que ser objetiva, aunque nunca lo puede ser… con todas las decisiones que se toman a la hora de fotografiar algo ya estás registrando esa huella de lo real y desde ahí hasta la fotografía como ficción.


S.- Desde tu experiencia en prensa… ¿una imagen vale más que mil palabras?

(Pide tiempo, n d r). No sabría que decirte. Lo que tiene es su propia forma de narrar y tienes que ser muy preciso. Tienes que tener muy claro los parámetros y el punto de vista, porque un centímetro que te desplaces ya lo cambia todo. La fotografía tiene su propio lenguaje y sí que de alguna forma condensa esas mil palabras pero también hay que hacerlo con mil pequeñas decisiones. A veces parece que una fotografía es sólo un instante –y es verdad-, pero la fotografía siempre la hemos pensado antes, está en nuestra cabeza.


 

S.- La fotografía parece que ya todo el mundo la considera también un arte, pero ha costado, ¿no?

Sí que le ha costado. Desde los orígenes de la fotografía ya estaba este debate. Cuando apareció la fotografía lo que sorprende es su capacidad de representar lo real con muchísimo detalle. Hasta ese momento sólo teníamos la pintura como medio para representar de forma real. La gente ve que la fotografía la hace una máquina y deja una huella de lo real exacta y entones sólo por eso no la podemos considerar arte y ahí comienza la lucha de los fotógrafos por lograr que fuera considerada una de las bellas artes. El problema es que al principio lo van a intentar a través de la corriente pictoralista, una fotografía con muchos velos, muchas texturas, con la que intentan copiar a la pintura. Ese no era el camino correcto. Después, poco a poco, los fotógrafos van buscando la propia expresividad de la fotografía hasta llegar a la actualidad en que la fotografía se encuentra en el mercado del arte y en las galerías.


S.- Hoy en día, con las cámaras digitales, todos nos creemos fotógrafos e incluso artistas, ¿Cómo ves esta situación?

Sí. Por un lado es fantástico porque es muy democrático; algo que ya sucedía cuando se inventaron las cámaras de carrete, la polaroid instantánea. Todos estos usos domésticos de la fotografía para construir nuestra memoria son fantásticos. Ahora, en los teléfonos móviles tenemos unas cámaras estupendas, pero… no sé… da la sensación de que hacemos demasiadas fotos y que estamos saturados de imágenes. Quizá lo difícil es saber hacía donde tenemos que mirar, donde están las fotos que merecen la pena. Hay demasiada imagen, demasiada información, un exceso de todo. Pero bueno, no deja de ser alucinante que puedas hacer una foto y al momento compartirla con un familiar tuyo que está en cualquier país del mundo.


S.- ¿Qué tipo de fotografía es la que más te gusta, la que te atrae? y ¿Cuáles son tus referentes?

Vas pasando por diferentes etapas. Sí que me gusta usarla como discurso de la fotografía como ficción. Como espectador me interesan cosas muy diversas. Me gusta tanto la fotografía documental como los fotógrafos que realizan trabajos más escenificados, que montan su pequeña escenografía. Por mi trabajo sí que me alineo un poco más con estos últimos. Lo que yo hago es construir algo que después fotografío. Si que históricamente se pueden separar dos corrientes, por un lado documentalistas, y por otro, fotógrafos de creación. Pero bueno, tampoco la distinción es muy clara porque luego hay fotógrafos que te gusta lo que hacen y no se encuadran en una cosa ni la otra. Admiro muchísimo, por ejemplo, al fotógrafo de calle, a Walter Evans, Stephen Shore; y, por otro lado, por el de la fotografía construida, me gusta James Casebere, un fotógrafo que construye espacios y tiene también algo de cinematográfico. Fotografía lugares en los que podría ocurrir algo.


S.- ¿Cómo te inspiras para realizar tu trabajo fotográfico?

No me gusta pensar en una fotografía en concreto o en una foto aislada porque es como ¿qué hago con esto? Trato de pensar en un todo, un trabajo, me siento más cómodo así. Creo un pequeño proyecto y ahí me muevo con más libertad. Quizá porque has creado ya un camino; con una foto sola no sabría qué hacer con ella. Trato de delimitarme yo mismo el espacio. A partir, más o menos del año 2000, me tomé la fotografía de otra forma. No hacer sólo las fotos que me apetezca sino poner en marcha pequeños proyectos, con la idea de poder concentrarme más en ellos y que tengan un sentido. ¿En qué me inspiro para hacer una serie? Bueno para empezar tomo una idea y desarrollo un proyecto y a partir de ahí comienzan a surgir imágenes. Suele ser el espacio más cercano, en el que te mueves, pero transformado.


S.- Arquitectura, espacios, rincones, geometría, interior de edificios, habitaciones en las que puede pasar algo, puede entrar o salir alguien, ausencias, cierto misterio…  ¿reconoces tu fotografía?

Sí. De alguna manera el juego, el modus operandi, del que parto en mis proyectos sí que surge de ahí. Tampoco es siempre el mismo, ya que como decía antes la fotografía se encuentra siempre entre el documento y la ficción; siempre tienes que fotografiar algo que pertenece al mundo real, pero si ese algo es un doble de la realidad –una maqueta- estamos poniendo en marcha ese juego entre realidad y ficción, como un lugar intermedio. De ahí el título de la exposición ‘Lugares intermedios’, la maqueta como un lugar intermedio entre la realidad y la ficción. Al trabajar parto de fotos que forman parte de mundo real, en esa serie eran parkings en las afueras, en centros comerciales, y en una segunda parte, en base a esas imágenes, construía los espacios –las maquetas- que luego volvía a fotografiar. Y después, jugando con la luz y las sombras, se crea ese misterio al que te referías. Eso lo construyes todo ya en el estudio. Vemos un espacio representado en la foto que resulta un poco extraño, que tiene que ver también con la pintura e incluso con el cine, que tiene una cierta irrealidad producto de que es un doble.


S.- Al exponer tus trabajos, ¿buscas que quién los observa tenga la misma percepción que tu al realizarlos?

No, no. La foto tiene que transmitir sensaciones. Yo no puedo estar al lado de quien mira una fotográfica o una serie dándole la chapa. Me parece que lo importante es que todo este andamiaje sirva para transmitir algo al espectador. Lo que no sé es si se consigue o no. A veces se producen respuestas inesperadas y sorprendentes; es normal, porque cada uno miramos las cosas desde nuestro bagaje y sensibilidad. Además, como en mis fotografías no hay personas representadas me gusta pensar que el espectador se sitúa en ese sitio, que ocupa ese lugar, durante el espacio/tiempo que esté mirando la foto. Que sea un poco como el actor que va a entrar en ese escenario y ocuparlo y darle sentido; yo claro que ya le he dado el mío…


S.- Desde tu primera exposición, en 1999, ‘La memoria inventada’ a hoy, ¿has notado una evolución en tu fotografía?

Sí. Al principio haces muchas cosas diferentes y muchas pruebas. Esa primera exposición la hice en Salamanca. Acababa de leer un libro de Joan Cuberta, uno de los grandes maestros, en el que hablaba de la idea de fotografía y verdad y en la exposición había fotomontajes, fotogramas y otra diversas técnicas fotográficas de la época de las vanguardias, que entonces me interesaban mucho. He pasado por etapas, pero sí parece que con las últimas series me he centrado en una dirección, con una continuidad.


S.- ¿Qué vemos si nos acercamos a la sala Spectrum de Zaragoza dónde se expone tus fotografías?

Tres series fotográficas realizadas entre 2007 y 2009 y que se corresponde a esos lugares intermedios de los que hemos hablado. Lugares que tienen un origen en la realidad y que han sido reinterpretados posteriormente mediante una maqueta, iluminados y, nuevamente, fotografiados. He tenido la suerte de que la exposición se ha visto en diferentes ciudades y galerías. Son fotografías en las que si te detienes a mirarlas compruebas que faltan detalles, elementos, texturas, cosas de la realidad… Exponer en 'Spectrum' me hace mucha ilusión por la historia que tiene esta galería.


S.- ¿Qué fotografía te gustaría hacer que no hayas realizado?

Muchas, siempre hay proyectos en el cajón. Varias series que todavía sólo existen como ideas o como bocetos, pero es imprescindible que tengan una historia.



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