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{ENTREVISTAS}

Retratos únicos desde el irrepetible directo

Alfredo Tobía expone 'Tele-Visiones', imágenes de los invitados al programa de TVE 'Alaska y Segura'

Los retratos que componen ‘Tele –Visiones. No volverá a pasar, no lo volverás a ver’ son fruto de una concatenación de triples saltos mortales entrelazados. Nada jugaba a favor para que el resultado fuera, como es, la espectacular colección de fotografías firmadas por Alfredo Tobía. Los arabescos en el aire sin red comenzaron allá por el año 2013, cuando el guionista y director de cine y televisión, Santiago Tabernero, ideó un programa de televisión en el que predominaban –como ya hiciera anteriormente en Carta Blanca- los protagonistas con cosas que contar, que desarrollaban proyectos de interés, con espacio para el debate y la cultura, con vocación de ilustrar, en el que los famosos por nada no tenían cabida. Fue ‘Torres y Reyes’ y lo presentaron la periodista Mara Torres y el humorista Joaquín Reyes.


A aquella primera serie de programas, siguió un segunda temporada presentada por Alaska y Coronas y un tercera conducida de nuevo por Alaska, pero en esta ocasión acompañada de Santiago Segura. Mantener un programa de dichas características en la parrilla televisiva de hoy en día tiene mucho de prodigio al alcance de unos pocos.


Es ahí, al poner en marcha la tercera temporada del programa, tal y como relata, Tabernero cuando comienza a fraguarse la exposición de retratos que ahora acoge la Casa de la Imagen de Logroño. Cuenta el director de 'Vida y Color' que “había quedado con Alfredo justamente en el José Alfredo, nuestro meeting point madrileño, para hablar de Alaska y Segura, el nuevo programa que TVE me acababa de encargar, continuando el formato iniciado con Torres y Reyes y Alaska y Coronas. Quería que, como en los anteriores, los invitados se llevaran un recuerdo especial de su paso por el programa, y me hacía ilusión que esta vez fuera una foto realizada por Alfredo Tobía”.

 

Recuerda Tabernero que le gustaba mucho la serie de retratos que Alfredo había hecho para el canal Divinity, “esa provocadora combinación de blanco y negro con rosa chicle, al servicio de una idea feliz donde los personajes, siguiendo la estela de sus célebres series Kikiriki o Adios Carnaval, encuentran en la impostura juguetona del disfraz su yo más auténtico. Pero Alfredo no quería repetirse, sino encontrar el concepto que expresara fotográficamente las señas de identidad de Alaska y Segura”. Un nuevo salto sin red estaba a punto de situarse al filo del trampolín.
  Tabernero comentó a Alfredo Tobía que, “junto a Fran Llorente –mi cómplice en todo el proyecto- nos habíamos propuesto hacer una televisión de momentos únicos, cuyo grito de guerra fuera ‘No volverá a pasar, no lo volverás a ver’”. Un instante después Alfredo Tobía ya tenía una propuesta. “Un idea romántica y descabellada –dice-, quería retratar a los invitados con un cámara minutero, la ‘Polaroid del siglo XIX, la definió Alfredo”. El director del programa recuerda que era una idea genial. “Un programa de momentos únicos iba a regalar a sus invitados una foto irrepetible”. Era además una declaración de intenciones en plena época del selfie, “reivindicaba la mirada autoral del fotógrafo frente al tsunami banalizador de Instagram”.


Y Alfredo no dudo en entrelazar su salto mortal al que ya daba, con doble tirabuzón, Alaska y Segura en la parrilla televisiva. La presencia del fotógrafo en directo para realizar el retrato que a los invitados mientras eran entrevistados fue una sucesiva cadena de dificultades. “Debía tomar la imagen situándome entre tres cámaras de televisión que estaban emitiendo en directo –describe Tobía- al tiempo que la regidora tiraba de mí para que no entrara en cuadro y portando una cámara que pesaba bastante y el correspondiente trípode. A todo eso había que añadir que lo correcto es probar con anterioridad la distancia y la luz y en este caso no había medidas previas, tenía una única opción… si salía mal me quería morir porque había una única copia para regalar…”.

 

El espectador pudo ver al fotógrafo en acción en algunos momentos del programa. “Era una delicia ver a Alfredo manejarse en las distancias cortas –señala el director de ‘Presentimientos’-, donde es un consumado estratega, pues sabe seducir al invitado nada más saludarle y, antes de que se entere, robarle el alma”.
No salieron mal los retratos, pero el sistema terminó siendo incompatible con los ritmos de un programa en directo. “Decidimos guardar la Polaroid del siglo XIX para mejor ocasión –recuerda Tabernero-, pero Alfredo mantuvo vivo el empeño de conseguir fotos irrepetibles de momentos únicos”. Cuenta el fotógrafo que lejos de desanimarse, “las dificultades que encontramos para realizar los retratos me estimularon a buscar la forma de plasmar esos instantes únicos”. La experiencia se prolongó durante los cincos primeros programas y desde aquella Polaroid del XIX surgieron los espectaculares retratos de Leo Basi, Arturo Fernández, Carmen Machi, Verónica Forqué y Javier Gurruchaga.


A partir de ese momento las dificultades no desaparecieron, se trasladaron en el tiempo y el espacio. Tobía comenzó a retratar a los invitados entre maquillaje y su entrada en directo, aprovechando cada segundo que le concedía el regidor. “Un auténtico campo de minas”, describe Tabernero.

 

El resultado es espectacular, como muestra la exposición que acoge la Sala de la Casa de la Imagen es espectacular. Una selección de retratos tomados con la urgencia del caos que supone la emisión de un programa de televisión en directo, cuyo resultado final nada tiene que envidiar a una laboriosa sesión de estudio. “Buscaba –describe Alfredo- que esas fotografías, dentro de la caja televisiva, tuvieran expresividad y fuerza, que transmitieran, ya que era consciente de que la televisión no es el lugar idóneo para la fotografía, para la imagen sin movimiento”.
Así, Alex de la Iglesia, Carlos Areces y Santiago Seguro muestran sus múltiples personalidades ante la cámara –ya digital- de Alfredo. Junto a ellos, Luis Tosar invita al barco de papel a navegar por sus ideas; Dani Rovira se transforma en un sabueso; José Coronado mantiene su reinado; y Ricardo Darin saluda gentleman con un leve tocado de sombrero. Enfrente, Alaska, Johny González, Anni B. Sweet, Loquillo y Pepe Rodriguez mantienen la mirada al fotógrafo. Más allá, Asier Etxaendia ha comenzado a transformarse en un guerrero maorí, Javier Cámara saluda por bulerías y Santiago Auserón hace de Santiago Auserón. Posan también, los Toreros Muertos y Pablo Carbonell en solitario, Pablo Berger, Vinila Von Bismark, y Joe Crespúsculo.


Asegura el fotógrafo que ninguno de los invitados le impuso condición alguna a la hora de tomar las imágenes, al tiempo que agradece la confianza mostrada por Tabernero. “Santi es –dice- un gran percursor de ilusión”. ‘Tele-Visiones. No volverá a pasar, no lo volverás a ver’ son retratos extraordinarios, fotografías de copia única, que persiguen y capturan instantes irrepetibles. Algo que como reconoce el director de la Casa de la Imagen, Jesús Rocandio, sólo lo logran aquellos que son capaces de hacer suyos a los personajes. “Alfredo lo consigue y eso es muy difícil”. Los juegos de luces y sombras acompañan a los últimos retratos realizados –anuncian el final de la tercera temporada del programa. Ahí, Tomasito se muestra desde la penumbra. La colección de imágenes que compone la exposición confirma que los saltimbanquis de la televisión cayeron de pie./Javi Muro

 

* En la Casa de la Imagen hasta el 4 de Febrero de 2016
   Horario: Lunes a viernes de 16:00 a 18:30h.



Autor: Javier Muro

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