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{CULTURA / EXPOSICIONES}

'Adoro no saber qué significa algo que se maneja en el plano de lo icónico'

Daniel Llaría expone en el IRJ 'Hazlo por las chavalas'

Daniel Llaría estudió Bellas Artes en Bilbao aunque ya mucho tiempo atrás aupuntaba que su camino estaba en la creación artística. Ahora expone en el IRJ (Instituto de la Juventud de La Rioja) dentro de la Muestra de Arte Joven y de las tres ayudas profesoinales que el certamen -y de carácter nacional- reserva para jóvenes artístas riojanos y que permiten idear un proyecto, desarrollarlo y exponerlo. La muestra se titula 'Hazlo por las chavalas' y reún vídeocreaciones, escultura y collage, que apuntan a una iconografía pop. Llaría a participado en importantes exposiciones colectivas y su obra resalta cierta rebeldía y experimentación con los materiales./Javi Muro

 

SPOONFUL.- ¿Qué contemplamos en ‘Hazlo por las chavalas’?

En la exposición hay escultura, vídeo, vídeo-instalación, collage ampliado a gran formato y documentación de un proyecto musical. Es material en proceso que he articulado en un espacio para entenderlo en sus interrelaciones.


S.- ¿Cómo llegas al mundo de la creación artística? ¿Ya desde crío estabas todo el día con los lápices de colores y los rotuladores?

Sí, he dibujado desde que tengo memoria. Me gustaba hacerlo frente de la tele. En mi caso creo que tuvo mucha importancia que, al ser lo que siempre hice para entretenerme, todo el mundo me identificó con el dibujo y finalmente yo también me identifiqué con él y, por extensión, con el arte. Es muy importante lo que se proyecta sobre ti cuando eres crío.


S.- ¿En qué momento decides que te quieres dedicar a desarrollar tus creaciones artísticas?

Estas cosas son paulatinas pero, si tendría que elegir un momento, sería cuando estando en el recreo de 4º de ESO, algien cool que ya hacía el Bachiller de Artes, y al cual me acababan de presentar, asumió que yo también iba a estudiarlo al año siguiente. Mi decisión vino en gran medida dada por la gente de la que me quería rodear. Me gustaba mucho mirar a la gente que estudiaba en la Escuela de Artes, así que decidí que ese iba a ser mi contexto y que debía mantenerme en él.


S.- En ‘Hazlo por las chavalas’ coinciden video, videoarte, pintura, pero –corrígeme si me equivoco- tus inicios están más próximos a la escultura, ¿no?

Sí, totalmente. Siempre me interesó el vídeo pero no así su departamento en la facultad de Bilbao. El departamento de escultura fue, en cambio, aquel donde realmente me formé en el arte. Me identifico con la escultura como disciplina y siento que mi forma de trabajar en cualquier técnica depende en gran medida de ella.


S.- En todo caso, la disposición de las obras en la sala tiene algo de instalación, las propias pantallas en las que se proyectan los vídeos ejercen de ‘esculturas’, por decirlo de algún modo, ¿no?

Cuando me enfrento a un trabajo (ya sea una exposición, una publicación o una pieza) suelo buscar pautas formales para estructurar desde un principio la operación. Para esta exposición una de ellas fue la de no utilizar los muros más que para la imagen vídeo. La decisión de colocar las pantallas en el suelo vino luego y sí, radica en que su presencia contribuya más a lo espacial que a lo puramente visual.


S.- En los vídeos eres protagonista de la propia obra. ¿Tiene ese protagonismo alguna intencionalidad, algún mensaje?

Lo tiene, por supuesto, aunque estoy tratando de que esta presencia no sea algo tan estructural. Ahora mismo estoy más interesado en generar técnica a la hora de grabar a otra gente. Grabarse a uno mismo tiene que ver con muchas cosas, a mi principalmente la que me interesa es lo claro de la relación sujeto-objeto cuando uno mismo maneja de manera manifiesta la cámara para representarse.


S.- Son actitudes fuera, se puede decir, de lo cotidiano. ¿no?

Están fuera de lo cotidiano aunque parten o participan de ello. Mi trabajo vídeo gráfico se basa en la inmediatez como mecanismo de representación y en el extrañamiento como posición frente a lo cotidiano.
S.- La estética de las obras expuestas en ‘Hazlo por las chavalas’ apuntan a una iconografía pop, los videoclips, los collage o, incluso, la referencia a los pantalones vaqueros…

La iconoclastica pop es la base de mi imaginario. Me interesa mucho la cultura del sampler y la resignificación, sea de un pantalón vaquero, de un texto de Genet o de imágenes del National Geographic americano.


S.- También se intuye un puto de rebeldía y reivindicación en tu obra. ¿Es así?

Sí, por supuesto. Este es un tema muy complejo, como artista intento que las imágenes que produzco estén posicionadas pero no definidas ideológicamente. Es decir, no me interesa caer en la literalidad de la reivindicación política.


S.- Una rebeldía que se transmite también a través del no uso de cartelas ni de textos explicativos en el catálogo de la muestra… ¿hermetismo? ¿huida de convencionalismos? ¿un intento de dejar sólo al espectador ante la obra?

Es un poco de todo eso. Es un posicionamiento expositivo sencillo basado en el hecho de que al ser una exposición sin figura comisarial o institucional -que seleccione contenidos y los articule en base a un determinado objetivo expositivo- puedo permitirme el lujo de hacer una que no pase por códigos museísticos que, considero, restaría unidad a la operación espacial.


S.- ¿Cómo es tu proceso de trabajo? ¿Cómo ideas una obra o decides que quieres iniciar un proyecto?

Eso depende de cada disciplina. No es lo mismo jugar con recortables para hacer un collage que plantearte un proyecto de vídeo en el que contarás con actores. Sí que puedo asegurar que mi forma de trabajo es mucho más procesual que proyectual. Proyectar es algo que muchos hacemos porque es la forma establecida para el trato con la institución y, aunque a veces es útil, personalmente prefiero no tener que diseccionar el deseo que llevan a querer empezar algo. Godard decía algo como “un artista no hace por el deseo de decir algo sino de verlo”. Me identifico con eso.


S.- ¿Cómo trabajas los collage?

En realidad he comenzado a trabajar el collage como técnica este año, aunque gran parte de mi obra en otras disciplinas funciona con una lógica parecida. Es una técnica genial que recomendaría a todo el mundo. Mi proceso con ellos se compone de dos partes diferenciadas: por un lado compro revistas y acumulo recortables en clasificadores de plástico. Por otro,  cuando me apetece juego un rato creando disposiciones hasta que encuentro una que me interesa y la escaneo. Para que una me interese tengo que, uno, sentirme atraído por la imagen resultante y  dos, no tener claro que es lo que significa. Adoro no saber qué significa algo que se maneja en el plano de lo icónico.


12.- … el proceso de vaciado de las esculturas…

Las esculturas parten de algo sencillo que es remitir a la acción que las creó.
S.- Te gusta que en tu obra se contemple también, se deje ver, el proceso de trabajo, ¿no?

Sí, algo que hila todo mi trabajo es crear representaciones que remitan a la acción o al mecanismo que las ha constituido. Decidir encofrar objetos aleatorios sin hilo temático –y entre ellos hacerlo en una prenda tan connotada como el vaquero- resta relevancia a la forma exterior y se la confiere al propio material (cemento) y la acción tanto de llenar (del sujeto) como de contener (del objeto).


S.- Ahora, expones en el IRJ, dentro de la Muestra de Arte Joven, ¿cómo valoras estos programas?

Son positivos, por supuesto.  Especialmente cuando se centran en dar medios y visibilidad -como ha sido el caso de este proceso- y no en mediatizar la forma de trabajo y los resultados, como es el caso de muchas lógicas institucionales en la actualidad respecto al arte joven.


S.- Has expuestos en espacios realmente prestigiosos, ¿no? ¿Cómo es la sensación de ver tu obra en esos lugares?

En mi caso siempre me impone más la gente con la que trabajo que los espacios en los que lo hago. Ha sido emocionante participar en exposiciones inter generacionales en las que también lo hacían artistas a los que admiro mucho. Trabajo teniendo en cuenta las connotaciones que un determinado espacio expositivo tiene pero intento que estas no se impongan en el proceso.


S.- Ahora, te ha concedido una beca Fulbright y vivirás en Nueva York durante dos años, ¿qué esperas de esta nueva experiencia?

La verdad es que trato de no proyectarme demasiado y cogerlo como venga. Profesionalmente el objetivo principal es producir arte fuera de mi zona de confort creativa (Bilbao y el contexto vasco) y ver como esto afecta a la evolución de lo que hago. También quiero aprender a trabajar con las lógicas institucionales y comisariales que rigen el sistema del arte de una manera más productiva para mi trabajo. Y hacer música y formar una banda.

 

* Hasta el 25 de junio. IRJ. Muro de la Mata 8. Logroño.

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