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{CULTURA / EXPOSICIONES}

Explorando el tiempo desdoblado

Carlos Rosales cierra 'Curioseando Artistas', la propuesta de PeepArt Project en Actual

Recuerda un proverbio –tal vez fuera chino- que la barca pasa pero el río queda. En el interior del estudio en miniatura, recorrido por múltiples mirillas por sus paredes, Carlos Rosales habla de Camus. Una reflexión del escritor y filósofo acompaña su encierro voluntario en la gran caja blanca que PeepArt Project ha denominado ‘Curioseando Artistas’ y que dentro del programa del festival persigue acercar los procesos creativos de los artistas a la gente. En la liberta abierta junto a la mesa de dibujo puede leerse: “…donde la tierra acaba… y el mar comienza…”.


Apunta Rosales que Marina Pascual –directora de la actividad- le propuso participar en ‘Curioseando Artistas’, “me invitó a mostrar cómo trabajo”. Con Carlos Rosales, Marina Pascual cerraba el círculo de los caminos para abordar la creatividad que se había propuesto al plantear el proyecto. Así, si Javier Jubera era la elegancia en el trazo, Rosa Castellot era la magia, y Carlos Corres, la expresividad; Rosales es el concepto. Ahí, en el planteamiento conceptual, sobre la vida, el tiempo del que disponemos y cómo la ocupamos, comienza a desarrollarse ‘Dispongo de Tiempo’, la obra que Carlos Rosales ha desarrollado durante las horas que ha permanecido expuesto a la curiosidad de los visitantes.

 

“Quería realizar un estudio –describe- sobre donde acaba la realidad y comienza otra distinta; sobre la forma en que tratamos entendernos y explicarnos. Hay un tiempo interior, dentro del estudio en el que trabajo, y otro exterior, el que se desarrolla fuera”. Para explicarse, acude al ejemplo de algunas de las obras que le rodean. Una vitrina enmarcada muestra la fotografía de una figura de ajedrez, un rey, y justo debajo, la tablilla de madera que representa la casilla del tablero que ocuparía. “Hablo –detalla- de la idea de durar; la fotografía en papel del rey no va a durar, sólo quedará la casilla, el lugar que ocupaba en el tablero. La figura desaparece, pero el lugar permanece”. La barca y el río.
Habla Carlos Rosales de una constante en su proceso creativo. “Pienso a menudo sobre qué hago con mi tiempo”. Recuerda que, de alguna manera, la serie ‘Agorafobia’, que expuso en la Sala Amós Salvador de Logroño, también contenía una reflexión al respecto. “Quizá –resalta- tenga que ver con la idea de encerrarnos, con el concepto de crear dentro del estudio, frente al tiempo exterior”. Justo detrás de la mesa de dibujo, en la que conviven la tableta, el lápiz electrónico, las láminas de papel y colección de lapiceros, una de sus obras parece querer pasar desapercibida. Ya en las manos de Carlos, la caja de madera muestra el dibujo de una piedra en su tapa, mientras al moverla acompasadamente, se descubre que oculta algo en su interior. “Con lo que comentaba sobre el tiempo en el estudio y el tiempo exterior me refería a lo que sucede con esta caja. Encontré una piedra que me llamó la atención, la llevé al estudio y la dibuje. Coloqué el dibujo en la tapa y la cerré. La piedra estará encerrada para siempre y sólo a través del dibujo entendemos cómo esa piedra, tan sólo a través de cómo yo la observé en ese momento”.

 

Las miradas se acumulan a través de agujeros que a diferentes alturas salpican las paredes del provisional estudio de ‘Curioseando Artistas’. Rosales se siente a gusto. “Era algo –indica- que ya me había planteado en alguna ocasión y cuando me lo planteó Marina no lo dudé. Coincido totalmente con el planteamiento que ha realizado en la propuesta, que está perfectamente definida sobre la idea de acercarse y observar al artista en pleno proceso creativo”. Para Carlos Rosales, iniciativas cómo ‘Curioseando Artistas’ son fundamentales: “Hacemos cosas, pero la gente no sabe cómo”. Si nos atenemos de nuevo a las piezas que acompañan el encierro del artista, el proceso quizá tenga algo de alquimia. Una piedra de oro así parece querer explicarlo. “No somos magos –dice-, pero es cierto que en el estudio de los artistas se produce algo parecido a la magia. Hay una lucha titánica contra los propios materiales y la imagen”.  Mientras dibuja, dos caballos de ajedrez enfrentados y un reloj medidor de partidas le escoltan. “Marina me ha regalado tiempo –recuerda- y ahora tengo que ver cómo lo utilizo, qué hago con él”. ¿Y los caballos?... “Es la figura más bonita, la que tiene un movimiento más bonito”… el concepto, pero también la estética, la belleza…/Javi Muro

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