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{CULTURA / EXPOSICIONES}

Luz y lápices para visitar futuro y pasado

Arturo Sarramián expone sus dibujos 'Objetos simulados' en Planta Baja

“Si no puedes cambiar el pasado al menos huele las flores”. Por alguna inexplicable conexión que tan sólo sucede al acceder a una sala de exposiciones, en ocasiones, una serie de dibujos te traslada al instante al universo estético de una película, una canción, o un libro. Así ocurre al situarte en el centro del espacio Planta Baja y observar ‘Objetos simulados’. Ahí, en ese momento, es posible que la imaginación enlace con los artilugios que pueblan ‘Brazil’ o Doce Monos’, las películas de Terry Gillian. De alguna manera, Arturo Sarramián también busca en su obra lo extraordinario en lo cotidiano, a través de la transformación de la identidad de las cosas.

 

Habla Sarramián de simular, de representar algo fingiendo o imitando lo que no es. “En mi proceso creativo –describe- empleo objetos del día a día y les doy un nuevo valor”. Un camino que el artista logroñés desarrolla desde la escala, el encuadre y la luz. “Juego con los objetos, algunos de deshecho, recuperados cuando ya han sido desahuciados. Monto escenarios y los fotografío, a partir de esa imagen inicio el dibujo”. Porque las obras que expone Sarramián en Planta Baja son dibujos, aunque la condición del soporte –dada su nitidez- sembrara dudas por su perfección hasta en los comisarios de la muestra. Y es que Aurora y José Miguel León –responsables del espacio cultural- Conocieron a Arturo a través de Félix Reyes. Un artista presenta a otro y les habla del joven dibujante. “Poco tiempo después –recuerdan Aurora y José Miguel- recibimos imágenes de su obra. No nos casaba lo que nos había descrito… ¿fotografías en blanco y negro?”. Volvieron a juntarse y todo se aclaró. “La obra de Arturo Sarramián está realizada con muy buena mano y con un rigor admirable –relatan desde Planta Baja- y como siempre ocurre cuando coinciden estas actitudes, estas no se suman de forma literal, sino que su efecto se multiplica exponencialmente".
Apuntan Aurora y José Miguel que el motivo del trabajo del artista constituye un “pequeño mundo de cosas”. Algunas tan dispares como una placa de ordenador y un cesto, como una cartulina sobre una silla, un flexo o un cartón de huevos. Nuevos objetos tan reales o más que los anteriores. “Visto los objetos con un disfraz a través de la luz –resalta-, algunos se ven claros y otros no dejan ver de forma tan nítida su nueva identidad; a veces la transformación es evidente y otras sugerente”.


Dentro de cada uno de las obras de Arturo conviven diferentes historias que se combinan a partir de técnicas clásicas y contemporáneas. Y es que el dibujo supuso un cambio drástico para el artista riojano. “Cambié del color al dibujo en blanco y negro. No quería ni podía estar haciendo siempre lo mismo, así que cambié al papel y el lápiz. Primero fue el color y ahora es la luz, se trata de sacar partido a lo que tengo más a mano”. En los dibujos de Sarramián los claro oscuros cobrar protagonismo y se convierten en narradores. “La luz tiene una trascendencia esencial ya que te introduce en el juego entre lo evidente y lo intuitivo, despierta nuestra imaginación”. Es la invitación de Arturo Sarramián a tener otra mirada sobre aquello nos rodea. “Creamos un mundo que no es de verdad para un mundo naturalista y realista, pero es verídico”, palabra de Gilliam./Javi Muro

 

* Planta Baja. C/La Cigüeña 10. Logroño. 'Objetos Simulados'. Hasta el 3 de junio de 2016.

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