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{CULTURA / EXPOSICIONES}

Xubero y la propia tierra como paraíso y refugio

La Sala Amós Salvador de Logroño acoge la muestra 'La Rioja, el último paraíso'

Desde la cristalera de la puerta de acceso a la Sala Amos Salvador de Logroño se adivinan tres grandes fotografías. Luis Xubero aparece en las imágenes tomando apuntes a carboncillo desde una colina, en la orilla de un riachuelo y con la vista fija en un valle. Es posible que los instantes captados congelaran el reloj cerca de las siete o las ocho de la mañana o quizá volteara las agujas del reloj y fueran las siete o las ocho de la tarde, es posible. El pintor asegura que a las seis de la madrugada ya está en marcha y que no echa el cierre al estudio antes de las nueve de la noche. “Así –presume- todos los días, sábados, domingos y festivos; hasta en Noche Buena”.


‘La Rioja, el último paraíso’ es el título de la exposición y corona las tres fotografías que retratan al artista en acción. Dice en el catálogo el doctor en Arte e Historiador, José Luis Labandívar, que tal nominación tiene que ver con el lugar al que Xubero aspira como refugio. Un abrigo que ha cobrado forma a través de 35 óleos, 22 dibujos y tres esculturas que muestran, en palabras del galerista, Pedro Torres, “una bellísima y delicada sutileza”, así como una gran riqueza de tonos –azules, ocres, verdes- “ejecutados con gran maestría”.


Recuerda Xubero que han sido cinco años y medio de trabajo. “Cuando adquieres un compromiso con un Sala como la ‘Amós Salvador’ –detalla-, difícil de ocupar y con un gran prestigio, no puedes tener prisa por sacar adelante el desafío adquirido”.


El propio artista, al igual que Torres y Labandívar en su texto, adoptan una postura a la defensiva a la hora de explicar la pintura de Xubero. “Quizá no sean temas demasiados curiosos –dice Luis-, pero sí apasionantes, apasionantes como es mi tierra, nuestra tierra. Creo que nunca se ha realizado un homenaje desde el arte así a La Rioja, al margen de la calidad y de que a unos les guste menos y a otros mucho menos, eso es inevitable” y recuerda que “yo tengo muchos enemigos… afortunadamente”.


En la muestra de la Sala Amós Salvador están los siete ríos y los siete valles, los árboles, los bodegones, y dentro de cada capítulo los puentes, las llanuras, las montañas, las colinas y los montículos, la tierra y los campos de labranza, los remansos, las pozas y los recodos que dibujan los riachuelos al transitar por esos rincones que sólo encuentra quien tiene una sensibilidad especial.

 

Los textos de Labandívar y una colección de sonetos que el artista comparte con Adrián Pérez, Julio Armas y Santiago Vivanco, acompañar a las pinturas, los dibujos y las esculturas. La poesía enlaza con la percepción de Pedro Torres al observar los cuadros de Xubero. “Hay un gran amor a la tierra –explica-; es un pintura que muestra la representación poética de la tierra, es pintura figurativa. Estamos ante un realismo imaginario, Xubero coge los elementos que le emocionan y los traslada a su obra; es su imaginación, no se trata de un realismo frío”.

El debate sobre realidad y su representación lo abre el director general de Cultura, José Luis Pérez Pastor, “en esa reflexión el artista observa y a partir de ahí explora”. Pérez Pastor considera que Luis Xubero debe de ser reconocido no sólo por ‘La Rioja, el último paraíso’, “sino por toda su carrera, que se sustenta en la exigencia que se aplica a sí mismo, trabajando desde la paciencia y desde el perfeccionismo”.


El artista señala que rara vez aborda temáticas de las que busca el gran público. “Me interesan –dice- los rincones perdidos, que son los más bellos”. Y es que a Luis Xubero no le gusta representar las cosas tal cual, “las interpreto”.


Ahí surge de nuevo la idea de la hostilidad hacia su estilo. “Cuando dicen mis enemigos ‘esto ya está pintado’, yo les digo ‘mentira’, esa percepción es quedarse en la epidermis de mi pintura. La buena pintura no pasa”. Xubero apunta al motor y la energía que generan las emociones. “Cuando veo algo que me emociona, algo que me gusta, me voy al estudio a pintarlo”.


Esa agitación que le mueve a pintar también sala a relucir al hablar de los proyectos a emprender. Hay dos. De uno de ellos no puede hablar aún. El otro tendrá forma de gran exposición de dibujos en grafito a color y versará sobre el caballo, “desde el centauro al caballito de feria”. Mientras, hasta el 8 de diciembre, expone ‘La Rioja, el último paraíso’ en la Sala Amós Salvador, “en la que hace gala de su dominio de la pintura, el dibujo y la escultura desde el perfeccionismo”, reivindica José Luis Labandívar.


El doctor en Arte e Historiador define y defiende a Xubero como “lo opuesto a clichés placenteros,  edulcoradas postales y nunca entregado a temáticas facilonas” y recuerda –citando a Alex Colville- que para ser un buen realista hay que crearlo todo./Javi Muro

 

* Sala Amós Salvador. Hasta el 8 de diciembre.

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