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{CULTURA / FOTOGRAFíA}

'Me gusta fotografiar ese instante que te punza'

Carla Andrade está considerada referente de la fotografía innovadora española

De Carla Andrade dicen que formar parte de una nueva e innovadora fotografía española. Recuerda la polaroid que le regaló su padre y las horas visitando el álbum familiar como posible origen de que ahora la fotografía se haya convertido en algo vital para ella. Carla probó en sus procesos creativos las posibilidades de lo digital, pero no encontró lo que buscaba. La fotografía analógica, apunta, le acerca a la textura y al peso de la de la película y la imagen, al error, porque no vemos en tres dimensiones, no vemos de forma perfecta. Las series y los proyectos de Carla son sugerentes, transmiten emociones, juegan con las metáforas a través del paisaje. Son fotogrías poéticas, que ofrecen un discurso filosófico. El vacío, la relación del hombre con la naturaleza, el origen del universo o el mundo de los sueños son algunos de los temas sobre los que ha reflexionado desde su cámara. Ahora, da continuidad a su trabajo desde la Casa Singular de Villoslada de Cameros, la residencia artística que ha puesto la atención a su creatividad./Javi Muro

 

S.- ¿Cómo llegas a la fotografía?

Fue un poco por casualidad. Nunca había tenido un contacto directo con el arte. Es más, vivía en un pueblo donde el arte contemporáneo no existe, tampoco en Vigo. Las únicas referencias que tenía eran las que todos estudiamos en el colegio, arte antiguo digamos. Pero bueno, estudié Comunicación Audiovisual… me interesaba el cine, me interesaba la imagen, la comunicación a través de la imagen, la idea de la imagen en oposición con la palabra. Lo cierto es que tenía 18 años y no sabía ni lo que me gustaba. Acabé la carrera y trabajé como periodista. Trabajé en la Cadena SER, en la televisión de Castilla y León, en productoras de cine, en edición de formatos, todas cosas muy distintas. Empecé a hacer fotos relativamente tarde, con 25 años más o menos. Comencé sin ningún tipo de afán artístico como hobby. Recuerdo que mi padre me regaló una polaroid antigua que él tenía y que me gustaba mucho ver el álbum familiar, Mis padres y mis hermanos son mucho más mayores que yo y era una forma de encontrar mis raíces. Veía esas fotos una y otra vez; fotos con una textura tan nostálgica... Quizá por ese motivo había comenzado a hacer fotos.


S.- … y de esas fotos…

… trabajaba entonces en una productora de cine publicitario en Madrid, se realizaban producciones muy grandes. Al director le gustaban mis fotos y me propuso realizar la foto fija de los rodajes. Algunas de esas fotos las subíamos a internet y, de pronto un día, una revista holandesa se puso en contacto conmigo para entrevistarme porque les habían gustado mis fotografías. A partir de esa entrevista comenzaron a llamarme de otras publicaciones de fuera de España, pero no fue hasta 2010 cuando ya decidí realizar un proyecto coherente. Un proyecto fotográfico cerrado, que presenté en un festival que se llamaba Emergent Lleida. Un certamen que estaba muy bien, pero que lo cerraron. De allí salió mucha gente que ahora son los grandes fotógrafos emergentes. Publicaron mis fotos en Emergent y ahí comenzó todo, pero fue un poco sin querer… surgió...


S.- Creo que también has estudiado Filosofía. ¿Es importante para tu creatividad?

Sí. A estudiar Filosofía comencé más tarde, por la UNED. Estudio de forma muy, muy lenta, pero lo hago porque todos mis proyectos fotográficos tienen en su discurso una base filosófica. Tiene el objetivo de contar con una guía, un poco para crear discurso. Poco a poco voy sacando alguna asignatura, pero a veces me matriculo en una asignatura y me compro los libros de otra porque me interesan más.


S.- El certamen ‘Emergent fue determinante para decidir dedicarte a la fotografía…

Bueno,  nunca me decidí. Creo que todavía no he decidido si me voy a dedicar a la fotografía. Sí es cierto que allí recibí un feedback muy bueno. Ser seleccionada y finalista … mi primera reacción fue preguntar ¿yo? Creo que nunca he llegado a decidirlo, lo hago porque para mí supone una necesidad vital. Aunque no me dedique a esto seguiría haciendo fotos. Ahora estoy trabajando, cada vez más, en vídeo. No es tanto una decisión como una forma de vida.


S.- Realizas tus fotografías en formato digital…

No, trabajo en analógico. Probé el formato digital al principio pero no me funciona. Me gusta la solemnidad que tiene la fotografía analógica. Piensas la foto y ya en ese momento se convierte en un acto solemne. En digital haces cincuenta mil fotografías con diferentes encuadres y después ya decides. Me gusta también el peso que tiene la materialidad de la película, no es algo virtual, lo tienes ahí. Tiene un peso y eso me interesa. Además, me siento más cómoda con el resultado que me da el analógico. Me parece mucho más real y me interesa mucho el error del analógico, las motas, el polvo, los rallazos de la película. Me parece más la visión real, humana, no vemos en alta definición ni de forma perfecta. También creo que esos errores, a mi modo de ver, son los que aportan cierta subjetividad a la imagen. La fotografía, por definición, es un medio muy objetivo –aunque luego no lo sea-, representa la realidad aunque luego no la represente y a través de esos errores de la película puedo aportar cierta subjetividad a la imagen.

 


S.- ¿Piensas mucho las fotografías? ¿Eres muy paciente antes de disparar?

No, soy bastante rápida. Soy bastante acelerada en general para todo en mi vida y eso se traslada también a la fotografía. Soy muy intuitiva, fotografío de una forma muy intuitiva. No suelo pensar “quiero fotografiar esto”. Sí que tengo una serie de ideas sobre lo que quiero representar, de lo que quiero hablar, pero luego cuando me enfrento a la realidad –fotografío la realidad, no intervengo- actúo de forma muy instintiva. Suelo decir que me gusta mucho la idea de imagen poética. La imagen poética como la definió Gastón Bachelard: “un resaltar súbito del psiquismo”. Es decir, ese algo que te punza, fotografiar ese instante. No pienso, soy rápida.
S.- ¿Qué es la fotografía, realidad, ficción…?

… ¡Uff! Que pregunta más difícil. La fotografía refleja la realidad tamizada por la conciencia del que la realiza, por el ojo del fotógrafo. No creo en la representación, la objetividad es imposible… seleccionas un encuadre, un momento, hay una elección, por lo que la objetividad es imposible. ¿Es ficción? No lo sé… déjame pensarlo un poco…


S.- … la retomamos al final de la conversación…

Sí…


S.- Hoy en día han surgido infinidad de aplicaciones relacionadas con la fotografía. Parece que hora todos somos fotógrafos. ¿Es así o lo que hay es mucha gente que toma imágenes y los fotógrafos siguen siendo los que siempre han sido?

Es un tema que lleva a controversia. Todos podemos ser fotógrafos y hay que quien hace con el móvil fotografías fantásticas. Haces unos años era una poco más reacia a todo esto, pero creo que he empezado a cambiar de opinión. Ahora ya se empieza hablar de post fotografía. Ahora, por ejemplo, hay una exposición en el Círculo de Bellas Artes, comisariada por Fontcuberta, ‘Fotografía 2.0’, que habla un poco de todo esto. Son fotógrafos que trabajan en lo que se llama post fotografía, que ya no es la fotografía sí misma. Entonces, sí, todos somos fotógrafos. Creo que la diferencia se encuentra cuando con tu trabajo quieres trascender más allá de un recuerdo.


S.- Quizá no vale con apretar el disparador, quizá hace falta una sensibilidad, ¿no?

Claro. Ahora que la fotografía se ha democratizado tanto, para que la imagen tenga ese valor artístico equiparable al resto de las artes tiene que ir un poco más allá, que no sea sólo una fotografía bonita o vistosa, que haya una intención, un doble sentido, que investigue, que explore la realidad. Como todo arte la idea es ordenar el caos o abrir los ojos a nuevas cosas que no se ven. Hacer visible lo invisible.


S.- Al hilo de lo que comentas, ¿la fotografía es arte? ¿Realmente se valora como tal?

Bueno, sí, creo que es equiparable al resto de las artes. Sí es cierto que a la fotografía le ha costado entrar, ha sido siempre la hermana pequeña de las artes. Hoy en día está mucho más valorada dentro de los agentes del arte contemporáneo, pero en la sociedad a la gente le cuesta más creérselo. El arte tiene que ver con las habilidades manuales, pero también está muy relacionado con la mente, con el pensamiento.


S.- ¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Cómo pones en marcha una de tus series fotográficas?

Leo sobre temas que me interesan, busco autores, y a raíz de esas lecturas van surgiendo los proyectos. Hay temas que me interesan, por ejemplo, ahora estoy indagando alrededor de la idea de vacío, que me interesa mucho. Así que me estoy documentando mucho sobre el vacío, leyendo mucho a autores orientales para los que esta idea tenía un valor fundamental. Después profundizo sobre esos temas de forma visual, de forma plástica; se trata de materializar las ideas, sea en formato fotográfico o de vídeo, y, al mismo tiempo, de idealizar la materia. Por lo general, cuando concluyo un proyecto a raíz suyo me surgen otras ideas para el siguiente. Mis proyectos no son narrativos, no cuentan una historia en sí mismos, pero sí que funcionan todos como eslabones de una cadena. Hay proyectos que tienen una fotografía del anterior, juntos sí que pueden generar una secuencia narrativa.


S.- Dices que tus fotografías no son narrativas, pero al observarlas sugieren historias, la imaginación se pone a funcionar…

Eso está bien. No lo sé… me encanta que la gente al ver las imágenes piense eso. Me gusta mucho buscar el misterio y claro, donde hay misterio queda abierta la imaginación para que ahí surja una historia, pero no busco lo narrativo porque son series muy fragmentarias, series que tratan temas y cada imagen puede ser una historia distinta, no hay un hilo conductor.

S.- Hablando de tus series de fotografía, creo que el último proyecto que has desarrollado es ‘Geometría de ecos’ y junto a las imágenes se pueden leer frases como “creo en lugares que se caracterizan porque allí no hay nada”.

La frase no es mía. Todo mi trabajo tiene una dimensión poética importante. Me interesa mucho ilustrar pero de una forma muy poética. En todos mis trabajos trato de profundizar en la parte insondable, en la parte irracional de la realidad, en el universo de los sentimientos, de las emociones. Mi trabajo no es científico, ni empírico, al contrario, se sustenta en las emociones y en lo poético. Me interesan esos aspectos porque son infinitos, inabarcables. Lo relaciono con la naturaleza. Trabajo siempre con el paisaje porque relaciono la naturaleza con esa parte misteriosa de la realidad. La naturaleza es un elemento que el ser humano desposee, a pesar de nuestras intenciones de dominio. Esa frase acompaña muy bien a las imágenes para hablar sobre el vacío, la nada y sobre el tiempo. ‘Geometría de ecos’ reflexiona sobre la representación del vacío en el espacio, en este caso en concreto en el paisaje. Todo surge, de alguna manera, de una afirmación de John Berger que dice que “el verdadero contenido de una fotografía es invisible porque no se deriva de una relación con la forma sino con el tiempo”. La fotografía muestra lo que ya pasó. El simbolismo en ‘Geometría de ecos’ se encuentra en la representación del vacío en el color blanco de la nieve, de la niebla, de la bruma. El blanco es una nada en la que todo puede suceder, es una nada llena de posibilidades.

 

S.- Otra de los proyectos se titula ‘Caminos hacia la Tierra’. Corrígeme si me equivoco, pero son imágenes que tienen una atmósfera cinematográfica…

… no sé, puede ser. Mis referencias siempre han sido cinematográficas, casi más que fotográficas. Me gusta mucho el cine y casi soy más de cine que de fotografía. Tarkovski es muy importante para mí, o Passolini… sí que tengo mucha influencia cinematográfica. También cineastas estructurales americanos actuales.
S.- ¿Cómo surge ‘Caminos hacia la Tierra’?

Viajé de Nigrán a Islandia en coche. Viajo mucho siempre y pensaba constantemente en la idea de carretera, de camino, son miles de kilómetros realizados por carretera. ‘Caminos hacia la Tierra’ es una reflexión ontológica sobre la idea de camino, camino entendido como metáfora de la vida, en la que controlamos sólo una parte. Podemos controlar lo que ha pasado, pero no lo que va a suceder. El final es impredecible. También me interesaba la idea de camino como refugio del ser humano para poder introducirse en la naturaleza. El ser humano necesita de lo artificial para poder llegar a lo natural. Islandia es un lugar virgen, poco explotado por el hombre, y gracias a que había caminitos podía llegar a los sitios que quería ver, sino era imposible. Mi reino por una carretera que no estuviera llena de nieve.


S.- En tus fotos los caminos son auténticos personajes…

Sí, los caminos están relacionados con la vida, tienen un carácter orgánico y quizá por ese motivo parecen personajes.
S.- ‘Paisaxe Suspendida’ es otra de tus series de fotografía. De nuevo la naturaleza. Aquí, las montañas aparecen como lugares sagrados.

El título está en gallego porque paisaje en gallego es femenino y me gustaba esa idea de contenedor del paisaje en el que todo puede suceder y esa condición es femenina. No pretendía realizar una tipología de montañas, no es una aproximación cartográfica a la idea de montaña, pero sí poética. La montaña como gigante pétreo, como icono espiritual, como ser poderoso entre la naturaleza. Dentro de lo efímero que es todo, las montañas, aunque no son permanentes al cien por cien, son elementos mucho más estáticos. Otro de los elementos que aparecen en mis trabajos es la idea del tiempo y, en cierto modo, la montaña desafía al tiempo. Desafía también a la gravedad, ‘suspendida’, como paisaje colgante. La montaña casi como referente espiritual. Y es un proyecto que aborda la montaña desde un punto de vista muy naif. Las montañas son casi triángulos geométricos, me gusta esa simplicidad de líneas.
S.- Existe una relación muy directa entre ‘Paisaxe Suspendida’ con tu trabajo anterior, ‘Última vuelta’, ¿no?

Sí, totalmente. Todas las series tienen conexión con la anterior. Sí, en este caso, ‘Última vuelta’ es una reflexión sobre el origen del universo. Me baso en la teoría del Big Bang para hacer fotografías que podrían asemejarse a ese inicio del universo, que al mismo tiempo es también su fin. Ahí habló también de aspectos que me interesan como la insignificancia del ser humano ante la naturaleza. Como ves en mis trabajos se reiteran las reflexiones sobre unas mismas ideas. ‘Última vuelta’ tiene un cierto mensaje catastrofista, pero sólo uno poco porque yo no soy catastrofista. No me gusta hablar de ecología o de temas evidentes, pero en las fotografías sí reflexiono sobre la idea de que pretendemos dominar el universo pero que debiéramos darnos cuenta de que no podemos, que la naturaleza tiene unas leyes y el ser humano debería respetarlas. El ser humano siempre ha querido destruir, controlar, reformar la naturaleza para sentirse por encima.


S.- Quizá hemos llegado a un punto en que esa idea ya no es un mensaje catastrofista sino realista, ¿no?

Claro. En las fotografías trato de mostrar ese inicio del mundo que no se diferencia tanto de su fin. Son imágenes de figuras humanas perdidas en el paisaje, en la grandiosidad del paisaje y donde son prácticamente insignificantes. Es también la idea de que ser el humano no es más ni menos que el resto de los elementos de la naturaleza, sino que está al mismo nivel.
S.- ‘Biocentrismo del sueño’ es otra de tus proyectos fotográficos. ¿Son sueños fotografiados? Eso es ser la mejor fotógrafa de la historia…

(se ríe)… Son mis sueños o son los de cualquiera…


S.- ¿Se pueden fotografiar los sueños?

No.


S.- Vaya, pensaba que responderías que sí…

...pues, sí. Bueno, se puede hacer lo que uno se proponga. Lo que buscaba en las fotografías de ‘Biocentrismo del sueño’  es que tuvieran un carácter onírico. La naturaleza la asocio mucho al inconsciente porque entiendo la naturaleza como la vuelta a los orígenes, a nuestro yo natural, más primitivo, más salvaje. Es algo que tiene que ver mucho con el inconsciente y en el inconsciente es donde está el mundo de los sueños. El mundo de los sueños no está censurado por la razón. Busco en las fotografías ese carácter onírico, como si fuesen casi sueños. En algunas imágenes lo consigo más que en otras. Se titula biocentrismo porque es lo contrario antropocentrismo; es decir, lo contrario a un mundo corrompido por el hombre que se cree el centro del universo. Se trata de sacar al hombre del centro de la escena y ponerlo al mismo nivel que el resto de los elementos de la naturaleza.


S.- Y después de repasar algunas de tus series y proyectos, ¿cómo defines tu fotografía?

… ¿Cómo defino mi fotografía? Le doy mucha importancia a la parte formal de la fotografía, le doy mucha importancia a la forma no exenta de contenido. Trabajo mucho con las experiencias estéticas. Definir tu propia fotografía es una pregunta muy difícil.
S.- Te incluyen dentro de la nueva fotografía española y al referirse a tus trabajos los califican de fotografía innovadora…

No sé. Es cierto que me están pasando cosas fantásticas que nunca había imaginado. Ahora estoy exponiendo en PhotEspaña en la sección oficial, he expuesto en el Guggenhein, en el Marco de Vigo… Me han pasado un montón de cosas muy buenas, pero… no sé… A mí lo que me interesa es hacer una fotografía honesta, hago lo que realmente creo que tengo que hacer, lo que realmente me interesa, jamás he pensado en lo que va a gustar o lo que está de moda. Hago lo que realmente me sale de dentro, creo que esa es la clave para realizar un buen trabajo. Hay que ser honesto que contigo mismo y fiel a uno mismo. Me gusta salirme de lo que debería ser, me gusta la radicalidad pero entendida como provocarme a mí misma. Entiendo la fotografía como una necesidad vital, es como una forma de adaptación a la realidad. Conocer el mundo que me rodea, de cuál no entiendo nada, y conocerme también a mí misma. Seguiría haciendo fotos aunque no viviera de esto.


S.- ¿Cómo ves el mundo de la cultura en el que te mueves? ¿Se puede vivir de la fotografía?

Es muy, muy difícil. El mundo de la cultura lo veo muy mal. Vivir de esto lo veo muy difícil, tienes que combinarlo con otras cosas, dar clases, ser comisario, editor… Me voy manteniendo, pero bueno es que yo tengo una vida muy… viajo de residencia artística en residencia artística, no tengo familia, no tengo grandes gastos, no tengo responsabilidades… Ahora, puedo vivir de esto, no es que sea rica sino que soy pobre, pero vivo dignamente. La cultura está mal en España porque el arte contemporáneo no se valora, se entiende como una broma, nadie lo entiende. Si se valorara un poco más desde las instituciones, si se empezase a valorar, no sólo el arte, sino el universo de las humanidades… Es algo apartado, la cultura está en un segundo plano, relegada, porque como no aporta beneficios inmediatos del sistema de mercado.


S.- ¿Qué tal estancia en la Casa Singular de Villoslada?

Es un proyecto fantástico. Están haciendo un montón de cosas. Ayer desarrollamos un taller con niños del grupo Pioneros y fue una experiencia muy gratificante. Mañana tenemos otro taller con niños discapacitados. Allí, estoy en plena exploración intuitiva de Villoslada de Cameros y de sus alrededores. Aún no sé que me va a inspirar. También quiero trabajar con el material que he realizado en Nepal, que es donde acabo de estar, y la Casa Singular es un lugar ideal porque es tranquilo y tengo tiempo para leer, para escribir, para trabajar ese material. Y claro me gustaría hacer algo aquí. Supongo que tendrá continuidad con lo que he hecho en Nepal donde fui con la idea de continuar con la idea de vacío y me encontré con el caos absoluto. Muchísima gente y llegué a la conclusión del vacío por desbordamiento. Mi interesaba la idea de vacío de la filosofía budista. Ellos el vacío lo asocian con la soledad interior, es un estado de plenitud que se consigue a través del estar lleno, sin problemas, ya nada te puede hacer daño. Creo que aquí voy a seguir por esta línea. El otro día me perdí por la sierra Cebollera y encontré lugares con esa exuberancia.


S.- …. Quedaba pendiente ¿realidad o ficción?...

… Creo que no es ni una cosa ni otra…

 

S.- A una pregunta parecida, el fotógrafo Jesús Rocandio, director de la Casa de la Imagen y Galardón de las Artes dijo que  la fotografía es “siempre realidad imaginada”...

Está muy bien esa definición, iba a decir que es crear tu propio universo, para alguien puede ser ficción pero para mí es mí realidad, mi propia realidad.

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