2976

{CULTURA / FOTOGRAFíA}

Cuando la fotografía es actitud, recrear frente a registrar

La Galería Juan Naranjo de Barcelona expone la obra del fotógrafo de moda José Manuel Ferrater

Cuentan que en España, en los años 80, la fotografía de moda disfrutó de un buen momento. Una generación de jóvenes fotógrafos aportó una serie de miradas diferentes, nuevas e innovadoras a las propuestas de los diseñadores. Existía una determinación de llegar más allá del mercado nacional. Unos y otros deseaban ocupar las páginas de las publicaciones internacionales. Aquellos fotógrafos internacionalizaron su trabajo y publicaron sus fotografías en Estados Unidos y Europa. Así lo relata Juan Naranjo en el catálogo de la exposición ‘José Manunel Ferrater. Fotografías de Moda y Retratos. 1980-2017’, que acoge la galería ‘Juan Naranjo’ de Barcelona.  Menciona los nombres de Toni Bernad, Javier Vallhonrat, Alejandro Cabrera y José Manuel Ferrater, protagonista de la muestra.

 

Define Naranjo a Ferrater como un creador “inquieto y poliédrico”, que ha compaginado la actividad como fotógrafo de moda y de director de fashion films, con la de pintor, poeta y escultor. “Ha tenido una buena formación visual , de pequeño se familiar izó con el mundo del ar te, a través de su abuelo materno Manuel de Lámbarri, pintor que trabajó para la revista Vogue de París, en los años veinte como dibujante. Estudió en Eina, una de las primeras escuelas de diseño independiente que surgieron en España, su revolucionario plan de estudios fue un golpe de aire fresco, en la Barcelona franquista”.

 

Fue en Eina, donde -según relata Juan Naranjo, Ferrater empezó a familiarizarse con las corrientes de pensamiento innovadoras, con las nuevas teorías artísticas, frecuentó las charlas y conferencias que impartió Umberto Eco, Oriol Bohigas y las clases Alexander Cirici Pellicer, en este periodo, descubrió la fotografía y el cine a través de las de Román Gubern y Xavier Miserachs, que era uno de los referentes de la nueva fotografía en España. “Miserachs le trasmitió su particular forma de entender la fotografía y su pasión por el medio. En las clases de Miserachs, José Manuel Ferrater descubrió que la fotografía era la materia artística que más le seducía”.

Recuerda Naranjo que “los mecanismos para obtener una fotografía le eran muy familiares, muy próximos, la cámara fotográfica le sirvió para hacer una transposición con otro de los dispositivos que utilizaba, frecuentemente en la época, la escopeta que empleaba para ir a cazar, actividad que lo había familiarizado en el arte de la observación, en un juego de la espera, en la búsqueda del momento adecuado para actuar, para disparar, para capturar el momento, la pieza. Esta asociación que hizo no fue algo casual, en la época la caza era un deporte habitual y su práctica gozaba de prestigio social. Susan Sontag en su popular libro ‘On photography’ escribió: “Como las armas y los automóviles, las cámaras son máquinas que cifran fantasías y crean adicción ( . . . ) No obstante, hay algo depredador en la acción de hacer una foto. Fotografiar personas es violarlas, pues se las ve como jamás se ven a sí mismas, se las conoce como nunca pueden conocerse; transforma a las personas en objetos que pueden ser poseídos simbólicamente. Así como la cámara es una sublimación del arma, fotografiar a alguien es cometer un asesinato sublimado ( . . . ) Los cazadores empuñan Hasselblads en vez de Winchesters”. Continúa Naranjo su comparación: “Esta forma de entender la producción fotográfica también la podemos ver, de alguna manera, en las bases que Henri Cartier Bresson hizo para definir su concepto del momento decisivo”.

 

La época formativa de Ferrater coincidió con un periodo de revolución contracultural a la que se añadía una nueva forma de entender la sociedad.  “La actitud estuvo muy presente en ese periodo, fue uno de los símbolos de la rebeldía que iniciaron los jóvenes para marcar la diferencia, para alejarlos de los convencionalismos que rechazaban. La actitud es una de las cualidades que José Manuel Ferrater ha imprimido, de forma constante, a sus modelos y que ha hecho que se escapen de los convencionalismos de la época”.

Al terminar sus estudios, José Manuel Ferrater decidió dedicarse profesionalmente a la fotografía, “era un medio actual y popular entre los jóvenes, tenía una buena visibilidad en la esfera artística y cultural de la época, artistas pop como Andy Warhol o Richard Hamilton, realizaron obras en las que estaba muy presente la imagen fotográfica. Socialmente, la fotografía tenía una gran visibilidad, en los medios de comunicación, las revistas ilustradas estaban aún muy presentes en los salones de los hogares, y películas como ‘Blow Up’, de Michelangelo Antonioni o ‘La Pressonière’, de Henri-Georges Clouzot habían popularizado la imagen del fotógrafo moderno, relacionado con el mundo de la moda o del arte”. 

 

José Manuel Ferrater realizó, en sus inicios, todo tipo de fotografías, hasta que descubrió el mundo de la moda al ejercer como modelo ocasional y realizar una fotografías para la firma de pret a porter Ferrer y Sentís, que tenia en aquel momento a Claude Montana como diseñador, y desfilaban en París. Las fotografías de Ferrater causaran una gran impresión en el diseñador y lo contrataron durante varias temporadas para realizar su imagen fotográfica. “Su conexión con la fotografía de moda fue la que le hizo reconocerse como creador, la que le sirvió para desarrollar su particular visión y condicionó la dirección que tomó su producción fotográfica. La moda era una de las prácticas que permitía a los fotógrafos desarrollar un lenguaje personal y poder hacer un trabajo más libre, que se escapase de los convencionalismos. Cuando se inició en la fotografía de moda, su concepción y su forma de hacer fotografía dio un gran giro, pasó de registrar a recrear”.

 

Asegura Juan Naranjo que Ferrater, como gran lector y amante de la literatura y de la poesía, utilizó sus inquietudes, miedos obsesiones para crear la narración, para seleccionar los escenarios, la atmósfera de sus fotografías, conectándole, de forma precisa, con la sensibilidad del momento, con el carácter vanguardista de la época. “Como los buenos directores de cine, también supo extraer a los modelos cualidades que desconocían, como nos narra la célebre ensayista Patricia Soley-Beltran: “La mirada de Ferrater es la de un asesino contemplando la descomposición de su presa. Nada escapa a su ojo ciclópeo. Yo le conocí en otra vida, cuando inicié mi carrera de modelo. Él supo enseñarme mi fuerza en una memorable sesión de fotografía. Bajo la mirada circular de los viandantes del Paseo de Gracia barcelonés, la joven adolescente que yo era se transformó en la mujer que desea. Trabajamos juntos en muchas ocasiones, pero entre nosotros siempre medió una cámara. Décadas más tarde, he conocido al hombre tras la cámara, al pintor y al poeta”.

Resalta el comisario de la exposición que el punto de vista de Ferrater, “la actitud rebelde, desafiante y rompedora que confirió a sus fotografías de moda le llevaron a estar presente en las iniciativas más interesantes del momento. Colaboró, de forma asidua, en la revista ‘Y Moda’, que dirigía Maria Casanova que fue la plataforma de difusión de la nueva moda promocionando los diseños de Sibylla, Toni Miró, Roser Marcé entre otros. En ese periodo, también empezó a colaborar con la firma Armand Basi, cuyo diseñador era Chu Uroz, que imprimía a sus colecciones un aire radical, totalmente diferente a las producciones del momento. Armand Basi supo crear una imagen contemporánea, internacional, recurrió a diseñadores gráficos como Paty Núñez y Alfonso Sostres y fotógrafos como José Manuel Ferrater para recrear los escenarios industriales, urbanos, retro futuristas para mostrar las colecciones”.

 

Las fotografías que Ferrater publicaba regularmente en la revista ‘Y Moda’ le sirvieron para iniciar su proceso de internalización, Gisela Borioli descubrió en sus páginas sus imágines y le invitó a participar en las revistas que dirigía, junto a su marido, Donna y Mondo Uomo de Milan, que eran uno de los referentes del momento. “Los cambios  que se habían producido en la forma de entender la moda, hicieron que, poco a poco, la alta costura fuese perdiendo fuerza e interés frente al pret a porter que empezó a vivir su momento dorado. El surgimiento de firmas como Armani, Versace, Gianfranco Ferrer,...propició que la ciudad de Milán fuese ganando protagonismo frente a París, que había sido una de las grandes capitales de la moda, y se convirtiese en uno de los nuevos centros de creación de los proyectos más actuales. Milán le sirvió a Ferrater de trampolín para iniciar su proceso de internacionalización, empezó a viajar de forma regular entre ciudades como Barcelona, Milán, París, Londres, Nueva York y Berlín. Fue un momento de gran plenitud y le sirvió para desarrollar su particular visión, publicando sus fotografías en revistas como Glamour, París y Nueva York, Arena en Londres o los Vogues alemanes. Trabajó con algunas de las modelos más relevantes de la época como Naomi Campbell, Cindy Crawford, Claudia Schiffer, Monica Bellucci, Tony Ward, Linda Evangelista, Amber Valleta, Carmen Kass, Carolyn Murphy, o Laetitia Casta”.

En este periodo expandió su actividad, empezó a realizar retratos para el Vogue alemán en el que compartió espacio con Irving Pen, fotografió modelos, empresarios, interioristas, arquitectos y gente del mundo de la moda, entre los que estaban Bettina, Valentino, las hermanas Ferragamo, Benedetta o artistas como Enzo Cucchi. “También empezó a utilizar los conocimientos que había adquirido en las clases de Roman Gubern y compaginó su actividad como fotógrafo con la de director de spots para televisión y de fashion films”.

 

La intensa y prolífica actividad que Ferrater ha mantenido durante más de cuatro décadas, “el desarrollo de un estilo personal, transgresor, dinámico, oscuro, irónico, sensual, atemporal hacen que las fotografías actuales sigan conectadas con las corrientes de pensamiento, con los intereses con la estética más actual, situándolo entre los fotógrafos de moda más innovadores y lo convierten en uno de los faros de la fotografía de moda en España”./SPOONFUL

Suscripción a la Newsletter Enviar