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{CULTURA / FOTOGRAFíA}

Dahl-Wolfe y la fotografía de moda y el retrato hayaron caminos desconocidos

El CBA de Madrid expone las imágenes de la artistas norteamericana dentro de PhotoEspaña

Louise Dahl-Wolfe (San Francisco, 1895- Nueva Jersey, 1989) fue una de las grandes fotógrafas norteamericanas que modernizó la fotografía de moda de su tiempo, además del retrato hollywoodiense. Sus imágenes de moda compitieron con las de prestigiosos fotógrafos de la época como Edward Steichen, Horst P. Horst, George Hoyningen-Huene, Irving Penn o Martin Munkácsi e influyeron en otros, como Richard Avedon. "El grueso de su carrera fotográfica lo desarrolla -apunta el dossier de la exposición que acoge el Círculo de Bellas Artes de Madrid en el marco de PhotoEspaña- entre 1936 y 1958, años en los que trabajó para la revista Harper’s Bazaar". Y es que en ese lapso de tiempo, la revista americana le publicó más de seiscientas fotografías en color, 86 portadas y cerca de tres mil fotografías en blanco y negro. Apunta la muestra retrospectiva que Dahl-Wolfe tuvo la suerte de coincidir con un gran equipo: Carmel Snow, editora jefe, Alexey Brodovitch, director de arte y Diana Vreeland, editora de moda.


Cuando en 1936 Louise Dahl-Wolfe entró a trabajar en Harper’s Bazaar, la fotografía de moda estaba todavía en un estado incipiente y, por tanto, quedaba espacio para la innovación. "Condé Nast, dueño de Vogue, introdujo la fotografía en las revistas de moda americanas -resalta el catálogo- y Baron Adolphe de Meyer, que trabajaba para las revistas Vogue y Vanity Fair, fue en buena medida el responsable de transformar el retrato de sociedad en fotografía de moda". De Meyer se había unido a Harper’s Bazaar en 1922 pero, cuando llegó Carmel Snow en 1932, sus fotografías de moda, vaporosas, suaves, suntuosamente decoradas, se habían quedado en buena medida anticuadas. Con el nuevo equipo, la revista se orientó en la búsqueda de un nuevo look acorde con una imagen nueva y moderna de la mujer.


En ese contexto, Dahl-Wolfe entró en la revista y se le abrió todo un mundo de posibilidades. Experimentó con la fotografía de moda en blanco y negro y en color y fue una de las primeras en hacer fotografía de moda en localizaciones exteriores, situándolas en emplazamientos diversos (Arizona, desierto de California, Miami, Hawái…) y llevando a sus modelos a lugares alejados, situados en África del Norte (Kairouan, Hammamet), América (México, Cuba...) o Europa (España, París, Italia…).


Tras su retiro en 1960, su obra se sume en el olvido hasta la década de los ochenta en que publica su libro de memorias A Photographer’s Scrapbook, 1984 y, es animada por Stanley Wise a exponer en su galería de Nueva York. A partir de ahí, comienza el reconocimiento y su obra es objeto de exposiciones en The Grey Art Gallery, New York University, Nueva York, 1983; el Museum of Contemporary Photography, Columbia College, Chicago, 1985; el National Museum of Women in the Arts, Washington, 1987 y 2009; el Fashion Institute of Technology Museum, New York  y el Center for Creative Photography, Tucson, Arizona, 2000.


Retratos

Durante su trabajo con Harper’s Bazaar, Louise Dahl-Wolfe tuvo la ocasión de trabajar en el retrato, algo que junto con los bodegones siempre quiso realizar y a lo que ya se había dedicado durante su estancia en Tennessee en 1932. En 1938, la revista Harper’s Bazaar la envió, por primera vez, a Hollywood para retratar a estrellas de cine. En esa época seguían imperando los retratos de estudio, que fabricaban iconos y dispensaban glamour a base de focos y todo tipo de retoques. Ello le dio la oportunidad de experimentar también con el retrato hollywoodiense, utilizando luz natural y haciendo posar a sus retratados en localizaciones exteriores. A partir de ese momento, Dahl-Wolfe fue enviada a Hollywood cada año para retratar a los grandes nombres de la creciente industria cinematográfica.
La fotógrafa norteamericana retrató a numerosos actores y actrices, como Vivien Leigh, Marlene Dietrich, Carole Lombard, Bette Davis, Ginger Rogers, Orson Welles o Charles Boyer, sacándolos del estudio y fotografiándolos al aire libre y con luz natural con su Rolleiflex. "Los retratos relamidos y artificiales a los que acostumbraba la industria del cine, haciendo de los actores y actrices ídolos inalcanzables, pasaron a ser, en manos de Dahl-Wolfe, sencillos retratos de personas famosas". En 1943, tras fotografiar a Betty Bacall y aparecer en la portada de Harper’s Bazaar , la joven modelo de 17 años fue descubierta por el director de cine Howard Hawks, quien firmó un contrato con ella, le cambió el nombre por Lauren y le dio el papel en su película 'Tener y no tener' (1944), protagonizada por Humphrey Bogart. Fue el comienzo de su gran carrera como actriz.


El retrato fue un género que la artista continuó frecuentando a lo largo de su carrera y que no se redujo a los actores o actrices de Hollywood, ya que también recibió encargos regulares para retratar a candidatos políticos y personajes de la cultura y del arte. Dramaturgos, compositores, artistas, directores de cine, escritores, poetas, cantantes pasaron por su cámara, a veces de forma individual y otras en pareja: Jean Cocteau, Colette, Lotte Lenya y Kurt Weill, Christopher Isherwood y W.H. Auden, Edward Hopper, Isamu Noguchi, Carson McCullers, André Malraux, Yves Montand… En estos retratos se percibe la comodidad de sus modelos, que posan ante la cámara de forma natural./SPOONFUL

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