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{CULTURA / FOTOGRAFíA}

Del blanco más puro, al negro absoluto, el fotógrafo más grande de nuestro tiempo

La Casa de la Imagen de Logroño acoge una muestra con la obra del fotógrafo japonés Jun Shiraoka

Del blanco más puro, al negro absoluto. Dicen que la fotografía de Jun Shiraoka se entiende, de alguna manera, como el caminar por un pasillo en penumbra, sin ventanas, en el que es preciso esperar a que las pupilas se dilaten y faciliten la visión de las paredes y permitan dar el siguiente paso. Las imágenes del fotógrafo japonés piden tiempo al situarse frente a ellas. No lo exigen -es posible disfrutar de la primera impresión-, pero si quien las observa les concede un instante y consiente que la fotografía le agarre y le introduzca en su interior, entonces, descubrirá el universo del artista. “Simple en su diseño -describe Michel Dieuzaide, fotógrafo y Chevalier des Arts y des Lettres-, bastante sencilla en su concepción, pero con el toque específico de un muy elaborado trabajo de laboratorio, con una deliberada utilización de todo lo que lo argéntico permite a la impresión”. Y es que como reitera Diuzaide, “tener un universo propio es lo mínimo para un artista”. La obra de Shiraoka lo tiene. “Si casi siempre parece prevalecer la oscuridad de la imagen, también puede mostrar un transparente camafeo de tonos blancos”.

 

La obra de Jun Shiraoka llega ahora a Logroño de la mano de la Casa de la Imagen, a través de la exposición ‘¿Puede esta luz devolvernos todo el mundo? Jesús Rocandio, director del centro logroñés, apunta el lujo que representa mostrar las fotografías de Shiraoka. “Es un honor exponer la obra de un autor de culto a nivel mundial”. El fotógrafo riojano invita a disfrutar de unas fotografías que “rechazan toda conce¬sión. Sus imágenes son de una densidad apenas descifrable, y exigen una extremada atención. La sombra y la luz ad¬quieren una profundidad tal que se presentan a la vez como espacio para el sueño y como espesor táctil. Gracias a ello, son intensamente fotográficas”.

 

Para Rocandio observar las imágenes de Shiraoka es “como arrojarse a un océano de oscuridad y luz, nadar entre olas que te sumergen en un orbe acuoso y denso. El autor no es de términos medios y pasa de un mundo oscuro a otro luminoso, en el que la luz es lo temático, proyectándonos a lo onírico y celeste”.

Aprecia el director de la Casa de la Imagen que “Shiraoka es lenguaje en estado puro, su pensamiento rima con lo fotográfico y hace de las imágenes de plata su verdadera naturaleza. Caer en una fotografía de Shiraoka es entrar en una narración mágica, en una película en la que de fondo llegan ecos de temas como OTO de Sakamoto o DROP de Cornelius, eso sí sin perder de vista el influjo el sol naciente”.

 

Jean-Claude Lemagny, antiguo director de la sección de fotografía y grabados de la Biblioteca Nacional de Francia y uno de los críticos más influyentes de fotografía contemporánea, no tiene dudas. “Jun Shiraoka es el fotógrafo más grande de nuestro tiempo”.

 

Jun Shiraoka (1944-2016) nació en Nihama (Prefectura de Ehime. Japón). Diplomado en Física por la Universidad de Shinsya y en Fotografía por la Tokio-Sôgo School of Photography, en 1972 emprendió un largo viaje por Europa que concluyó trasladándose a vivir a Nueva York, donde continuó sus estudios de fotografía con Lisette Model (New School for Social Research). A lo largo de 1979 vivió en París hasta mediados del año 2000. En la primavera de ese año regresó a Japón y ejerció de profesor universitario a lo largo de casi una década. Su obra ha protagonizado un centenar de exposiciones en las principales galerías y museos del mundo, y forma parte de más de una veintena de colecciones públicas. 

Henry Bellan-Huchery, uno de los principales coleccionistas del trabajo fotográfico de Jun Shiraoka, alude al verso del poema de Rainer María Rilke que dan título a la exposición al reflexionar sobre el fotógrafo japonés. “¿Puede esta luz devolvernos todo un mundo? Estos versos siempre me parecieron que correspondían a lo que decía Jun, unos años antes de su fallecimiento, de sus imágenes las cuales muchas veces las presentaba con una breve frase que evocaba una sensación o una emoción. Frases como: “Brisa marina de primavera”, ‘Después de la tormenta”, “Forastero”, “Esas imágenes que he visto,resentidas y pensadas”… Shiraoka reivindicaba el carácter físico de sus emociones que le llevaban a tomar fotografías”.   

 

Recuerda, Bellan-Huchery que esas fotografías, “podían ser casi secretas, hasta preguntarse el porqué. En ese instante miraba a través de su cámara y disparaba. A veces, las imágenes latentes las guardaba un tiempo sin revelar. Más tarde venía el tiempo de la oscuridad del   laboratorio y recuperaba intactas las sensaciones. Jun decidía a través de su ampliadora y partiendo siempre de un negativo perfectamente expuesto, dar mucha luz para las imágenes negras y muy poca para las blancas. En un difícil y complicado cálculo. Entonces ‘el mundo’ de Jun Shiraoka nos era devuelta”. Javi Muro

 

Casa de la Imagen

Inauguración: viernes 10 de mayo de 2016. / 20:00h. Estarán presentes Henry Bellan-Huchery, coleccionista de Jun Shiraoka, y de Michel Dieuzaide, Fotógrafo, y Chevalier des Arts y des Lettres. Ambos expertos en la obra de Jun Shiraoka.

 

Fechas: del 10 de mayo al 10 de julio de 2016.

 

Horarios: de 18:00 a 21:00h (de lunes a viernes). 

 

Visitas guiadas: Concertar :941 209 6663.

 

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