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{CULTURA / LIBROS}

'Al escribir hay que saber equilibrar que cada escena sexual tenga una motivación en la novela'

Caroline March ha publicado 'Si sólo una hora tuviera' y 'No todo fue un sueño'

Cuando concluye sus novelas y coloca su firma, Silvia torna en Caroline March, seudónimo que surge al enlazar cómo le llamaba su padre y el apellido de Jo March, la protagonista de Mujercitas. La escritora ha publicado cuatro novelas ‘Búscame en tus sueños’, ‘Mi alma gemela’ y más recientemente, ‘Si sólo una hora tuviera’ y ‘No todo fue un sueño’. Caroline escribe por la noche, cuando la tranquilidad llega a su casa. Las mañanas las dedica a su trabajo en un despacho, las tardes son exclusivas para sus hijos. Asegura que en sus primeras novelas escribía de una forma impulsiva y que, poco a poco, ha sido más consciente de lo que escribía y para quién lo escribía.


 ‘Si sólo una hora tuviera’ es su tercera novela, “es –describe- la más diferente de las cuatro que he escrito hasta ahora, ya que va un poquito más allá de lo que es la novela romántica, para mí es también la más especial; transcurre en Praga y es una historia de amor, pero no la típica historia de amor”. Es amor en diferentes modalidades, detalla la escritora. En su cuarta novela ‘No todo fue un sueño’, Caroline retoma la historia de los protagonistas de ‘Búscame en tus sueños’, Connor y Ginebra. “Es la segunda parte y la conclusión. Es una novela bastante más dura –indica-, dejamos a la protagonistas a las puertas de la rebelión jacobita de 1745 y ahora ya la metemos de lleno en la guerra”. Asegura que le costó escribirla al tratarse de una historia muy dura, “pero me gusta que los lectores lo reconozcan al leerla. No podemos olvidar que la protagonista vive en el siglo XXI, que sólo ha visto la guerra por televisión, y que ahora forma parte de un conflicto bélico, que de alguna manera la convierte en un soldado”.


S.- Describes ‘Si sólo una hora tuviera’ de “una historia de amor, que no es la típica historia de amor’.

Sí. Vemos a lo largo de la novela diferentes formas de amor; el amor adolescente, el de un hombre adulto, el amor entre hermanas, el amor entre amigas…


S.- ¿Qué percepción tienes del proceso de escritura de tus dos últimas novelas, respecto a las dos primeras? ¿Has notado cambios a la hora de abordarlas?

Digamos que soy más consciente de lo que escribo y para quien lo escribo. Antes era todo totalmente novedoso. Siempre he sido una escritora muy visceral, pero en las primeras novelas era aún más visceral. Ahora soy más contenida, pero también más irónica y creo que es algo que se nota, que se percibe.


S.- ¿Crees que tiene que ver con la evolución de la escritura o también es una cuestión personal?
Sí, tiene que ver también con la evolución de la persona. Sucede lo mismo cuando comienzas cualquier actividad, cuando empiezas en un trabajo nuevo, cuando inicias una carrera, o en el instituto… Hasta que pasa un tiempo no te adaptas, no te haces a cómo funcionan las cosas. Todavía soy una novata, pero poco a poco soy más conocedora del mundo de la romántica española, que al principio desconocía en absoluto. He conocido a muchas autoras, a muchas las admiro. Creo, como decía, que soy más consciente de lo que escribo y para quien lo escribo.


S.- Cuando hablamos hace un tiempo apuntabas que siempre escribes con música. ¿Qué música te ha acompañado durante la escritura de ‘Si sólo una hora tuviera’ y ‘No todo fue un sueño’?

Muchísima, soy muy ecléctica. Desde música clásica a lo último que suena en la radio, depende de mi estado de humor. Por ejemplo, cuando estuve imbuida en el libro de Praga escuché mucha música clásica relacionada con la República Checa, relacionándolo con algo más actual. Después, al abordar ‘No todo fue un sueño’ y regresar de nuevo a Escocia escuché más música celta, que me motivara para narrar algunas escenas que era muy duras.


S.- ¿Tenías claro que ‘Búscame en tus sueños' iba a tener una segunda parte y que iba a ser el cierre de la historia?

En mi mente la historia siempre ha estado cerrada, sabía cómo iba a concluir antes de que estuviera escrita físicamente, estaba escrita en mi cabeza. Al final decidí dejar la primera parte con un final abierto. Sí que tenía un epílogo que dejaba claro que la historia iba a acabar bien, porque en la novela romántica las historias siempre tienen que acabar bien. Lo que sucedió es que, al poco tiempo, la gente que la había leído comenzaba a preguntarme qué pasaba después. Me pedían que continuara el relato y me animé a dar continuidad a esa historia y a esa parte del relato que tenía en la cabeza desde el principio. Así surgió la cuarta novela, ‘No todo fue un sueño’, la segunda parte y definitiva, la historia ya no continúa.


S.- Cuando hablamos con motivo de la publicación de tu segunda novela comentabas que leías de todo, no sólo romántica. A la hora de escribir, ¿percibes que te influye el estilo y el tono de los libros que has leído o estás leyendo?

No, no creo. Por ejemplo, el último libro que he leído es ‘La ladrona de libros’ y claro, no me influye para nada a la hora de escribir novela romántica. Tampoco en el estilo, creo que no influye. Es complicado porque, en el tiempo que a mí me cuesta escribir una novela, igual me leído veinte diferentes y de géneros y estilos muy diversos…  Cambio tan rápido de género que es muy complicado percibir esa influencia. Además, tengo por manía, llamémosle así, leer lo que he escrito anteriormente antes de ponerme a escribir. algo nuevo Lo hago para meterme en la historia. Además, releer lo escrito viene muy bien, incluso las novelas anteriores, porque en muchas ocasiones las lectoras te preguntan los motivos de un pasaje y hay veces que tú te preguntas… ¿cuándo y dónde escribí yo eso?...
S.- ¿En qué novela te quedarías a vivir de las que has leído?

Creo, si pudiera saltar en el tiempo, que serían muchas. Me encantaría haber conocido a Escarlata O’Hara, me parece que es un personaje de una novela maravilloso; también me pasaría por la casa de las hermanas March; haber conocido a la ladrona de libros… Hay muchísimas novelas que me han marcado mucho. Me hubiera gustado pasarme por todas ellas, pero sabiendo que podía escapar.


S.- Y de tus cuatro novelas, ¿en cuál de ellas te quedabas a vivir?

Creo que las he vivido tanto, porque realmente cuando escribo vivo tanto los personajes, que tengo la sensación de que he estado en ellas. He vivido sus historias, he sufrido con ellas, me he reído con ellas y las he disfrutado… en cualquiera de ellas.


S.- Cómo comentábamos antes, la música es importante para ti; también el cine. ¿En qué película y en qué canción te quedarías a vivir?

¡Ufff! Aquí me lo pones mucho más difícil. Ahora, estoy dándole fuerte al inglés y llevo una temporada viendo  películas subtituladas, tratando de mejorar el acento. Creo que me hubiera gustado pasar por películas de diferente género, algunas clásicas, algunas actuales, y también algunas futuristas. La verdad es que cuando me engancho a un género, me engancho de verdad. ¿Y música? Creo que no hay música que no me guste, excepto el reggaetón. No llego a pillarlo. Del resto, todo. Tan pronto voy a ver ballet, como a un concierto de U2, o de folk irlandés.


S.- En la novela romántica, en tus novelas. ¿Hay o puede haber amor sin sexo y sexo sin amor?

Claro, siempre. No tiene porque llevar una cosa a la otra. Es lógico que cuando es una historia de pareja, al final, acaban en la cama, pero no tiene porqué… Hay grandes novelas románticas que no tienen escenas de cama. Todos conocemos a Jane Austen, las hermanas Brontë y son novelas que no tienen contenido de sexo. Creo, además, que si existe demasiado contenido en sexo puede malograrse una buena historia. Hay que saber equilibrar que cada escena sexual tenga una motivación en la novela.


S.- Hablas de equilibrio en un país en que somos muy aficionados a etiquetar y, rápidamente, una novela romántica puede pasar a ser considerada erótica. ¿Lo ves así?

Sí, sí. Hay que buscar el equilibrio, pero es muy difícil encontrarlo. Hay historias que te piden mucho sexo por el carácter de los personajes y otras que hasta los últimos capítulos no llegan a intimar. Recuerdo una anécdota de la novela ‘Mi alma gemela’, en que una amiga me decía que no puodía dejar de leer, "dejo de leer -decía- cuando se den el primer beso". Le escribí y le contesté: mejor vete a la cama, descansa, y ya seguirás leyendo mañana. Creo que hasta en el caso de las novelas eróticas, las mejores, son las que llevan una historia de los personajes detrás, que no son personajes planos, que no son los típicos protagonistas ricos, con una mezcla de carácter agresivo pasivo y las protagonistas sin personalidad alguna. Las lectoras cada vez somos más inteligentes y pedimos otro tipo de novela.

 

S.- ¿Es sencillo escribir esas escenas? ¿Cómo encuentras ese equilibrio del que hablas? ¿Te autocensuras?

La verdad es que son las escenas que menos me gusta escribir. Creo que son las más planas, realmente, de la novela romántica. Creo que soy mejor escribiendo cualquier diálogo, que narrando una escena de sexo. Hay que tener un cierto vocabulario, ser elegante, pero es lo que comentaba antes, depende del tipo de novela y de la historia y los personajes. Tienes que valorar.


S.- Cambiando de tema, ¿te reconoces en tus personajes?

No, pera nada. Me preguntan mucho ¿Quién eres de los personajes protagonistas? No soy ninguno, pero seguro que tengo mucho de cada uno de ellos, o ellos tienen mucho de mí. Creo que una autora, un autor, cuando escribe siempre termina volcando algo de sí misma, siempre. Lo quieras o no, en algún comentario, en alguna opinión. En mi caso, suelo tender a reflejarme más en los personajes secundarios que en los principales, creo que les doy bastante importancia. Creo que en mis novelas tienen bastante valor los personajes secundarios. Les cojo más cariño a los secundarios que los principales.


S.- Dicen que en el cine cuando los secundarios son buenas, la película es mejor.

Sí, yo les cojo mucho cariño y en ocasiones me ha costado desprenderme de ellos, más que de los protagonistas.


S.- ¿Papel u ordenador para escribir?

Ordenador, siempre ordenador. Además, hago algo que dicen que no se debe hacer, cuando no me gusta algo lo borro. Nunca lo guardo en otra carpeta por si acaso en otro momento me sirve algo de lo escrito. Da igual la extensión, si leo algo que he escrito y no me gusta automáticamente lo borro y comienzo de nuevo.


S.- Eso es valentía y confianza…

No lo sé… eso no quiere decir que luego salga bien o mejor, quiere decir que lo borro y lo vuelvo a intentar.


S.- ¿Para leer, papel o ebook?

Tengo y leo libros en papel, pero tengo que reconocer que es mucho más cómodo leer libros en ebook. Llevo el ebook siempre conmigo, así que si tengo que hacer alguna gestión y tengo que estar esperando o por la noche en casa, antes de dormir siempre tengo que leer un poco y el ebook tiene luz propia y así no molestas a nadie. Tengo de los dos, papel y digital, obviamente, como escritora me gusta más el papel. La sensación de pasar las páginas, de volver hacia atrás, de tener algo físico en tus manos, eso no se debe perder.


S.- ¿Escribir por la noche tiene que ver con el tiempo disponible o con la atmósfera, la novela romántica, la noche, la pasión…?

(Se ríe) No, no, la mayor parte de mis novelas transcurren durante el día. Creo que para escribir estoy más despierta por la noche. Por las mañanas trabajo en un despacho, las tardes son exclusivas para mis hijos y cuando se acuestan ya me siento frente al ordenador y puedo dejar libre la mente. Durante el día trato de no pensar en absolutamente nada de lo que tengo que escribir, si me asalta alguna frase o alguna escena trato de anotarlas en un post-it o en una libretita, que me permita recordarla por la noche. Sigo escribiendo por la noche. Creo que hay personas que son diurnas y personas que son nocturnas, siempre he sido más nocturna. En el momento en que cae el sol, enciendo el ordenador, la casa está en silencio, la música bajita, me concentró mucho mejor. Es extraño porque cuando estudiaba la carrera me pasaba totalmente al contrario. Tampoco podía estudiar con música. Manías adquiridas.


S.- ¿Las escritoras de novela románticas buscan o crean príncipes azules?

Bueno, quizá lo que así hacemos es ponderar una serie de cualidades que igual el hombre real no tiene. Es decir, te enamoras en la vida real igual que sucede en un libro, pero igual, al cabo de un año, ese amor ha cambiado. Igual ese hombre perfecto ya no es tan perfecto, ya empiezan a molestarnos algunas cosas de él, o la mujer perfecta ya no es tan perfecta. En la novela romántica dejamos la historia justamente en el momento álgido. Ahí, en ese punto en que el amor es el amor y ya está. Obviamente, creamos personajes que se hacen querer, ya sea por su carácter o, en el caso de mis novelas, creo que se caracterizan también por tener sentido del humor. Creo que eso es una de las cosas más valoradas en una persona, yo al menos lo valoro mucho. Y claro, obviamente, mejoramos ciertas cualidades… siempre son atractivos, tienen cierto éxito, son cariñosos y tienen sentido del humor… saben hacerse querer…


S.-  Si en vez de finalizar la historias en el punto álgido tuvieran continuidad, quizá también escribirías novela negra…

Sí –se ríe- si escribiera la continuación de la relación igual me pasaba al género de la novela negra, igual terminábamos como en ‘La guerra de los Roses’…
S.- Hablabas del humor, de lo importante que es en tus novelas…. ¿Es por eso que decís –y sobre lo que hay muchas dudas- de que los hombres que os atraen son los que os hacen reir?

Sí, puede ser. A mí me conquistó mi marido porque me reía mucho con él. Me parece importantísimo; creo que es fundamental que en una pareja estar cómodos el uno con el otro. Ahí, las risas son fundamentales y el humor es fundamental en la vida. Trato de reflejar esa convicción también en mis novelas.


S.- ¿Frases como ‘la fuerza del amor lo puede todo’ son tópicos?

Pues date cuenta que el amor es la más peligrosa de las emociones, ya sea para bien o para mal. Ahora es mucho más moderna la idea de que no hay nada más viral que el odio, pero realmente no es que el amor lo pueda todo, es que lo podrá todo… ¿No han caído reinos por grandes amores? Ya no hablo del amor entre una pareja, sino del amor por tus hijos, por tus padres o el cariño que se puedan tener unos amigos. ¿Si no tienes amor en tu vida qué tienes? Una televisión en casa… no, no lo sustituye…


S.- ¿En tus novelas se dice más ‘te quiero’, ‘te deseo’, ‘te añoro’ o se actúa más que se habla?

No lo sé, creo que los personajes actúan mucho, pero también hablan mucho. En mis novelas, ellas no son realmente las románticas, los románticos son ellos. Siempre caen ellos antes que ellas. No soy de expresiones comunes.


S.- ¿Qué ‘el amor quita la respiración’ no es demasiado dramático?

…. Sí, a eso se le suele llamar asma –se ríe. Reconozco que hay veces que al enamorarse surge la química, el amor es química, se liberan endorfinas, estás más feliz… los expertos dicen que ese estado de euforia inicial duran un determinado tiempo, luego se calma. Es como la frase ‘te quiero más que ayer, pero menos que mañana’, es cierto, pero no es el mismo amor.


S.- ¿Tus novelas son para todos los públicos?

Mi hija tiene siete años y me pregunta qué cuando le voy a dejar leerlas… le digo que dentro de unos quince –se ríe-, igual exagero un poco. Creo que hay alguna que es más dura que otra, las que son más suevas se pueden leer con 16, 17 o 18 años, pero también creo que hay ciertas formas de escribir, de percibir la ironía y el sarcasmo que nos las percibes sino tienes una formación como lectora. Nos ha pasado a todos cuando con veinte años hemos leído libros que nos parecían la octava maravilla del mundo y lees después y dices… ¿qué le encuentro yo a este libro…? Y al contrario, lees un libro siendo muy joven y no terminas de entenderlo y al releerlo después lo encuentras genial. Todo depende del momento y la madurez. Mis novelas no son libros infantiles.


S.- Mantienes mucha relación con tus lectoras y lectores, ¿te piden consejos?

Sí.  La verdad es que es una de las cosas más bonitas de ser escritora. Nunca he sido mitómana y eso me sorprende. Me han gustado actores, películas, pero nunca me he puesto en la disyuntiva de ponerme en contacto con ellos. Que ocurra es algo muy enriquecedor porque te dan ideas, te dan ánimo, estoy en las redes sociales para interactuar con las lectoras.


S.- ¿ ‘Si sólo tuvieras una hora?

La pasaría con mi familia, con mis hijos, con mis padres y con mi marido. No pediría nada más.


S.-  y ¿’No todo fue un sueño’?

No. Me cuesta poner títulos. Por ejemplo, ‘Si sólo una hora tuviera’ me lo propuso una amiga mía. ¿’No todo fue un sueño’? Quería dar a entender que se trata de una historia real, con muchas licencias históricas y fantásticas… no todo en la vida puede ser un sueño…

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