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{CULTURA / LIBROS}

'El teatro está en crisis porque la vida y la sociedad también lo están'

Idoia Salguero representará 'Mientras dormías', dentro de los Escenarios Insólitos de Actual 2015

Idoia Salguero es actriz y estará presente en Actual 2015 con la obra ‘Mientras dormías’, dentro del programa teatral del festival ‘Escenarios Insólitos’. Idoia representará su montaje desde el balcón del Museo de La Rioja. Todo un reto, reconoce la actriz, tanto por el escenario, como por la historia que pone en escena. ‘Mientras dormías’ es un relato duro y lleno de actualidad. Sevillana de nacimiento, Idoia comenzó sus estudios profesionales de interpretación en la Escuela de Actores Mijail Chejov de Madrid. Apunta que fue Silvia Sáenz García, en la Escuela Dinámica Teatro de Logroño, quien despertó la idea de dedicarse al teatro. Comenzó su carrera en la compañía ‘El perro azul’, "gracias a Fernando Moreno". Ahora, Idoia tiene en marcha dos montajes infantiles de creación propia con la compañía ‘Membrillo y Mermelada’, y otros dos para adultos, ‘Mujer soldado’ y ‘Mientras dormías’. Idoia alimenta la conversación mientras deja que su mirada viaje más allá de la ventana, quizá en busca de la palabra exacta, quizá imaginando nuevas historias./Javi Muro


S.- ‘Mientras dormías’ sugiere algo que va a suceder cuando alguien no se da cuenta.

Sí. Lo que le pasa al personaje es que es muy joven y está en un momento muy inocente de su vida. La vida le ha propuesto una mala jugada. Su padrastro abusa de ella. En el colegio, los compañeros y los profesores ven el aspecto de siempre de la niña, pero lo que ella lleva dentro no lo perciben. La obra plantea cómo se siente esa persona por dentro a pesar de lo todos vemos por fuera. Para mí el teatro es lo que se ve y lo que uno lleva dentro, que es lo que cala en el público. Puedes aprenderte el texto muy bien, tener un control del cuerpo maravilloso, pero lo que llega al espectador es lo profundo, lo que está sucediendo dentro del actor.


S.- Es un tema duro, complicado y de absoluta actualidad…

Sí, muy actual. ¿Complicado de representar? Bueno, hay que tomárselo como una cosa muy normal porque hay gente, como vemos, a la que le pasan estas cosas. Hay gente a la se le maltrata y, aunque nosotros estemos viviendo en otra realidad, esto sucede. Cuando me pongo a trabajar este tipo de personajes no los juzgo, no creo que haya que juzgarlos, porque son situaciones que suceden. Te pones en la piel de un ser humano que está maltratado. Personas que salen a la calle, que hace sus vidas, que se toman un café, pero que llegan a sus casas y les suceden estas situaciones. Sin juzgar, trabajas ese personaje. No realizas ningún aspaviento, porque en la realidad sucede y el teatro muestra la vida.


S.- Utilizas la fachada de los edificios como metáfora. Lo que observamos desde fuera y lo que realmente sucede dentro.

Sí. La puerta se abre –el alma, el corazón, se abren- y ahí encuentras lo que sucede dentro. Yo siempre investigo mucho alrededor de los prejuicios, sobre las ideas preconcebidas. Miras la fachada del Parlamento –el edificio que se observa desde la ventana junto a la que se desarrolla la conversación- y ves un edificio importante y muy bonito, pero lo que sucede dentro y las decisiones que se toman son, a veces, un poco oscuras. Y eso ocurre, a pesar de lo bonita que es su fachada.


S.- ¿En qué medida afecta al actor –a la actriz en este caso- abordar la puesta en escena de un tema tan duro como el que cuenta ‘Mientras dormías’?

No afecta… bueno, afecta en la conciencia. Cuando investigo algunos temas te hacen ser consciente de las cosas que pasan. Igual que si tienes que interpretar a un juez y estudias cómo es la vida de los jueces descubres cómo es y aspectos relacionados con la Justicia. Igual en el caso de ‘Mientras dormías’, el maltrato y el abuso existen e interpretar este personaje te hace consciente. Tengo claro que para trabajar en el teatro hay que ser una persona muy observadora y muy consciente de las cosas que suceden en la vida. No se pueden tratar los temas a la ligera, hay que profundizar y conocerlos bien; el conocimiento es tu herramienta de trabajo. Afecta en la conciencia y eso te hace más fuerte, pero un actor tiene que tener su vida más allá de sus personajes.


S.- El preparar especialmente bien un personaje, más aún al abordar cuestiones tan duras, debe de ser esencial, ¿no? En cuestiones tan delicadas, no ser riguroso puede provocar que la trama decaiga…

Sí. Hay técnicas que buscan la verdad, el realismo, cuestiones personales para entregárselas al personaje, cada actor al final se hace su librillo. Ese tipo de técnicas –no voy a juzgarlas- trabajan los personajes desde las vivencias y recuerdos personales del actor, no imaginando que es otra persona y utilizando su cuerpo para expresar y representar la vida de otro. Esas técnicas me parecen muy peligrosas porque si tratas este tipo de temas, como en ‘Mientras dormías’, llegas a casa destrozado. Resulta muy complicado dejar ese personaje porque lo has trabajado desde tus recuerdos, desde tu poso real y ahí se queda.
S.- Aunque no te lleves el personaje a casa, cuando terminas el ensayo o la representación y te sientas en tu sofá, al encender la televisión o abrir un periódico está ahí, el personaje está ahí.

Sí, sí, está ahí. Hace nada escuché la noticia sobre una chica que con veinte años la violó y mató su padrastro. Ves esa noticia y dices ¡Madre mía! Esto es lo que voy a contar yo, pero hay que hacerlo porque las personas aprendemos mirando. El público tiene que encontrar entretenimiento pero también tiene que aprender, aunque sean cinco minutos a lo largo de la representación. El teatro está para entretener y enseñar. El hecho de que en el festival Actual la obra pueda verse desde la calle, que esté abierta a todo el mundo, es una oportunidad para quien quiera disfrutar de un cuarto de hora de teatro. Mi director, Claudio Casero, no me deja sufrir con el personaje. Hay técnicas para entrelazar el texto con el movimiento, trabajando ambas cosas por separado para luego juntarlas. De alguna manera, como actriz, le entregas tu cuerpo –tu forma de hablar, de pensar y de moverte- a alguien que no eres tú y ese alguien entra y te transformas totalmente. No eres tú. Cuando finalizas, dejas todo eso en el local de ensayo o sobre el escenario y te vas con tu vida, con tu propia vida.


S.- ¿Tienen que existir una gran confianza en esa persona, en el director?

Es básica, brutal, más que en ti mismo. Las marionetas son muñecos con hilos que tienen vida porque cuentan con un manipulador que se la da. Para mí, el actor es lo mismo. Una marioneta que se deja llevar por una persona que la ve desde fuera y le mueve…


S.- Algo pone el actor, ¿no?

Sí, la profundidad, el alma, pero las técnicas…


S.- En ‘Mientras dormías’ estás sola sobre el escenario, sobre un peculiar escenario…

Sola, sola ante el peligro. Sí, es duro. Lo más duro del teatro para mí es salir sola a escena. Es cierto que nunca estás sola porque siempre está el público, que forma parte de la representación. El teatro es un toma y daca entre actor y espectador, la comunicación entre el actor y el público es muy fuerte, muy intensa. Aun así, tener un compañero sobre el escenario, un sujeto al que mirar, que te entrega algo y al que tú das… eso, cuando no lo tienes es una dificultad. Al menos, para mí. En todo caso, en ‘Mientras dormías’ cuento con la compañía de Natalia Mota, una cantante soprano que cantará una nana escalofriante; Claudio Casero, que dirige el montaje; Rodrigo Fernández, técnico de luces e iluminación; y Bruno Calzada, que se encarga de los montajes audiovisuales del espectáculo.


S.- ‘Mientras dormías’ es también un reto por el espacio elegido por Actual 2015 para la representación de la obra.

Sí, es una aventura actuar en un balcón, en la calle y dentro del festival Actual. Son un montón de elementos que se juntan y que constituyen un retro. ‘Mientras dormías’ se va a representar desde el balcón del Museo de La Rioja, en la plaza de San Agustín, un lugar emblemático de Logroño. Además, en una representación abierta al público, sin entrada. Es un reto.


S.- El teatro ha llegado al festival Actual.

Es muy importante que el teatro esté en el festival Actual. Es un logro increíble, pero además todas las compañías son riojanas y se ha creado un foro y un diálogo entre ellas, que ha generado una gran colaboración. ¿Qué necesitas? ¿Un extra? ¿Vestuario? ¿Un micrófono? El compañerismo que se ha gestado, a través de las reuniones que hemos mantenido entre las compañías y el propio Gobierno de La Rioja, me parece un avance necesario.
S.- ¿Por qué eres actriz?

Creo que lo he sido siempre. Era algo que tenía dentro y creo que, al final, uno enfoca sus pasos hacía lo que es. Luego hay circunstancias, claro está, pero aunque la vida te va proponiendo cosas si lo llevas dentro. Soy actriz porque creo que lo he sido siempre, desde pequeñita. Siendo una cría ya imitaba a los personajes de la tele, con cuatro o cinco años ponía el televisor en silencio y a mis hermanos mayores y a mis padres les contaba chistes, cantaba… Siempre he sido actriz. He trabajado en un montón de cosas, pero siempre vuelves porque es tu manera de vivir, de pensar. Y la recompensa es enorme cuando contemplas que lo que has representado a calado, por ejemplo, con los niños y ‘Membrillo y mermelada’. Es algo complicado también porque la vanidad siempre está ahí, acechando, pero es una entrega, te olvidas de ti mismo. A mí me hace muy bien estar en el teatro.


S.- Hablas de vanidad y de entrega, pero a todos nos gusta que nos digan que hemos hecho bien nuestro trabajo, ¿no?

Una cosa es que salga bien y otra es la responsabilidad como trabajador y como persona. Una cosa es que esté bien hecho y otra buscar el reconocimiento. Con la práctica cada vez haces mejor tu trabajo y eso es una responsabilidad y un respeto hacia quien va a consumir un artículo de prensa, una obra de teatro, un disco o una cambio de la grifería de casa. Lo haces bien porque es tu responsabilidad, pero el tratar de hacer algo por el reconocimiento entonces ya entre en juego la vanidad. Claro, es más complicado cuando tú eres la herramienta de trabajo. Entonces, existe el peligro de trabajar más por uno mismo que por entregar ese trabajo, ese personaje. Lo haces por el público y si presientes que estás cayendo en esa auto adulación tienes que decirte ¡Cómo puedo quererme tanto, pero si esto lo hago por el público!


S.- ¿Ha sido el teatro siempre tu objetivo, o has pensado en actuar en otras disciplinas, sea cine o televisión?

No lo sé. Como decía, ser actriz es algo que vas haciendote y de repente te das cuenta de que estás ahí, representando una obra. No sabes si lo has elegido tú o te ha elegido el teatro a ti. Digo esto porque ha sido el teatro el que me ha elegido a mí en varias ocasiones. Es muy duro el ser constante, el aprendizaje, el volver atrás, el no tener dinero y trabajar poniendo copas y ganar un buen sueldo y tener una vida ordenada, pero otra vez el teatro te llama y de nuevo estás ensayando y escribiendo. Como en tres o cuatro ocasiones he sentido la llamada. Como decía, estás ahí y aunque la vida te propone lo contrario lo haces. No sé si yo lo elijo o es el teatro el que me ha elegido a mí. El teatro lo recoge todo. Me gusta mucho bailar, cantar, pero el teatro lo recoge todo. Tienes que tener una conciencia de tu cuerpo, una presencia, una voz, reúne todas las disciplinas.


S.- …cine, televisión…

No, no es lo que me apetece. Cuando le das vida a una persona no puedes cortar. La televisión me resulta mucho más ficticia, más fría. Cuando trabajo un personaje para mí es todo, cómo se mueve, qué siente, a qué hora se levanta, es mordiente, todo…


S.- Quizá existe una cierta adicción a la cercanía al público…

Bueno, el público es súper importante. En el cine, la vida que le das al personaje tal cual se la quitas. El director te dice: “Mira así, camina hacia allí; corten. Siguiente escena”. No hay continuidad, ‘corten’ y cambiamos de escena. Tengo esa percepción del cine y la televisión. Para mí es muy importante el público, quién está contemplando la representación, porque se genera una energía físicamente en el teatro que no te la da el cine, ni la televisión. Por ejemplo, en ‘Membrillo y mermelada’ tenemos sesenta representaciones y ha ido evolucionando, y de cómo empezó a cómo es… Y esto ocurre porque observamos qué ritmos, qué movimientos y qué volumen, es necesario para que se genere la conexión con el público. Eso, la televisión no te lo da.
S.- ¿También escribes las obras a representar?

Sí, me gusta mucho escribir. Soy actriz, pero no soy una actriz de ‘mi sueño es ser Julieta’ en la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Si un día represento ese papel estaría fenomenal, pero mi deseo como actriz es contar cosas que suceden en la vida y poder llegar al público para que miren, para reflexionar sobre qué se pude hacer para mejorar esta sociedad. Una sociedad en declive. Hacer Julieta está muy bien y como autores son maravillosos –Shakespeare, Chejov…- para entender y aprender, pero a la hora de mostrar, de llegar al público, a mí me parece que lo que necesitamos ahora mismo es otra cosa.


S.- ¿Se puede vivir del teatro?

Creo que sí. ¿Qué significa vivir? ¿Qué es lo que necesitamos para vivir en esta sociedad? Yo no necesito mucho, depende de tus necesidades. Si tus necesidad son comer -compro barato y fresco todos los días en la Plaza de Abastos-, una ducha calentita, una cama para dormir, salir a la calle para estar con la familia y los amigos y trabajar –estar en el local ensayando-... No necesito el mejor coche, renovar mi teléfono cada tres meses… no lo necesito. Sí se puede. Si lo que quieres es tener dos teles de plasma, una casa gigante, un coche maravilloso… si necesitas todo eso para vivir, entonces, no.


S.- Siempre se dice que el teatro está en cri sis.

La vida está en crisis, la sociedad está en crisis. En el momento en que se producen cambios, cuando las cosas van mal… Si no hay más que verlo, si la gente se está tirando por los balcones porque los desahucian, porque no tienen donde dormir. En el momento que estas situaciones de crisis se producen en la sociedad, afectan y llegan al teatro.


S.- ¿Cómo se consigue que la gente se enganche al teatro?

Creo que si el teatro no engancha a la gente es problema de los que hacemos teatro, no de la gente. El teatro –el teatro teatro, de verdad- es responsable de llegar al pueblo, y si hay que hacerlo en la calle se hace. Si tú tienes un buen trabajo y confías en cómo lo haces, hazlo. Independientemente del dinero que recibas por hacerlo e independientemente de dónde lo hagas, porque si te dedicas al teatro lo primero es llegar a la gente, lo demás viene después. Sino enganchamos a más público es porque falta quien haga teatro para la gente y no para su bolsillo o para su reconocimiento social. Me parece fenomenal la programación del teatro Bretón y me encanta que acuda la gente, pero para mí no deja de ser un teatro irreal. Son montajes extraordinarios con actores increíbles, pero no es un teatro para todos. Claro que tienen que pagarte por trabajar, pero el teatro tiene que ser una puerta abierta para todo el mundo. No es la gente la que tiene que ahorrar un poco más cada mes para poder ir al teatro.


S.- ¿Tienes un actor o actriz fetiche?

Tengo varios. Me encanta Nicole Kidman. Tiene una mirada que cuenta un montón de cosas. Quiero que la gente reciba de mí esa expresividad que yo recibo de ella. Sólo la he visto en el cine, pero seguro que hace teatro fenomenal porque es capaz de contar infinidad de sensaciones con la mirada.
S.- ¿Autor o autores?

Ibsen me gusta mucho, me gusta la sensibilidad con la que escribe. ‘Casa de muñecas’ es mi obra favorita. Ibsen me parece un visionario.


S.- ¿Personajes?

Nora, de ‘Casa de Muñecas’ y entre las que he interpretado, la mujer soldado.


S.- ¿Y ya estarás pensando en proyectos de cara al futuro?

Claro, siempre estamos pensando y dándole vueltas a ideas. Ahora, estamos modificando y remodelando ‘La mujer soldado’ y la mostraremos en el mes de marzo. Es la historia de una chica que va a casarse y le van dictando una serie de normas y cosas que tiene que hacer para el día de la boda. Ella se rebela porque lo único que quiere es estar con ese hombre con el que se va a casar y todo lo demás no le importa.


S.- ¿De nuevo sola sobre el escenario?

Sí, de nuevo sola…

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