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{CULTURA / LIBROS}

'El Viajero Impaciente', todo puede ser o no ser

Editorial SinIndice publica la primera novela de Julio Armas publica, su décimo libro

Julio Armas es escritor y columnista de Diario La Rioja. ‘El Viajero Impaciente’ es el décimo libro que escribe y su primera novela. Apasionado de la Historia, propone una aventura que transita entre lo real y lo irreal y que está protagonizada por Alex y Ricardo Montalván. Dos personajes en nada parecidos al autor, aunque hay quien dice que de su suma surge el escritor. Quizá también porque la travesía que relata es geográfica, pero también interior, tal y como ya hiciera aquel peregrino del Bosco o el Homo Viator, al que alude durante la conversación el novelista. ‘El Viajero Impaciente’ es una novela y algo más, una posibilidad de seguir descubriendo desde cada una de las pinceladas que describe Julio Armas… la decisión queda en manos de lector./Javi Muro


S.- Abrimos las páginas de ‘El Viajero Impaciente’ y comenzamos a leer.  ¿En qué aventura nos estamos introduciendo?

Intento que el lector se sumerja en un universo real, de la misma forma que le puede parecer un universo irreal. Hay un juego de realidad e irrealidad a lo largo de todo el libro. ‘El Viajero Impaciente’ es la historia de un señor que en una librería de viejo en Londres encuentra lo que no buscaba. Al principio no sabe qué hacer con ese hallazgo. Es algo de valor, pero siempre hay que matizar que ese algo no tiene porque ser el dinero o las joyas. El valor puede ser, por ejemplo, la sabiduría. El protagonista tiene eso algo, que es cierto que no lo buscaba, pero tiene que trabajar y vivir con ello.


S.- ‘El viajero impaciente’ es una novela de búsqueda, ¿no?

Sí. Este es –señala una ilustración que acompaña los apuntes que ha preparado para la presentación del libro- el Homo Viator, una figura de la Edad Media, del siglo XII aproximadamente. Quizá es un peregrino de aquella época, pero ese viajero –este viator- además de viajar físicamente, viajaba también espiritualmente, lo mismo le daba acercarse a un Monasterio, acercarse a Santiago, que acercarse a una mejora de su ser  interior.


S.- El título de la novela es muy sugerente, ¿el viajero es impaciente por salir, por llegar o por descubrir cosas?

Es impaciente porque al final acaba haciendo lo que él sabe que no debe hacer, pero tiene tan poca paciencia para soportar ese sentimiento que termina cometiendo un acto provocado por la impaciencia. Por eso es el viajero impaciente.


S.- Hilando con el título, ¿el escritor de la novela es también impaciente a la hora de escribir la historia que tiene entre manos?

El escritor es verdaderamente paciente a la hora de escribir y muy, muy tranquilo, a la hora de desarrollar la novela.


S.- ¿Es tu décimo libro...?

Sí, pero mi primera novela; los anteriores fueron ensayos.


S.- ... ¿Has percibido un cambio a la hora de escribir, en la forma de abordar el libro al tratarse de un género diferente?

En la forma de escribir espero que no, porque yo intento que el lector lo lea fácil, de forma ágil y sencilla. Me gusta escribir como habla la gente, no creo que haya que buscar palabras raras para referirse a conceptos que están en la calle. Empecé escribiendo ensayos históricos porque a mí me gusta mucho la Historia y leo mucho relacionado con temas históricos. Escribí una novela histórica, de la cuál estoy súper orgulloso, que se titula ‘Gavilanes de plata’, y en la que el noventa y nuevo por ciento del texto es Historia pura. No es Historia novelada, es Historia pura. Tan sólo cuenta con la licencia del protagonista que es inventado y que va recorriendo, realmente, hechos históricos. De ahí, de ‘Gavilanes de plata’ viene ‘El viajero impaciente’, donde hay muchas cosas que son ciertas, que son Historia, pero al final defiendo que las teselas de un mosaico no siempre forman el mismo mosaico. Hay veces en la vida en que las teselas no forman el dibujo que uno piensa. Hay un frase que se repite mucho a lo largo del libro, “todo puede ser y no ser”, ahí es dónde se mueve el relato…

 

S.- Tus libros parecen esconder siempre algo má, apuntes que enriquecen el conocimiento de quién los lee, ¿no?

Siempre intento que en mis libros haya algo cultural, que haga pensar al lector, invitarle a profundizar si así lo desea. Por ejemplo, ‘El viajero impaciente’ tiene una separata que le he llamado ‘Saber más’. En la novela aparece ‘Murder One’ y quien quiera ‘saber más’ descubrirá que es la más famosa librería del género crimen, policiaco, novela negra, de Londres, ubicada en Charing Cross Road. Me podía haber inventado una librería, pero ¿por qué? Mientras escribo me preguntó ¿cómo sería una librería especializada en genero crimen de ficción? Pues ahí está ‘Murder One’, si ya existe para que me la voy a inventar. Igual a alguien le parece interesante y quiere profundizar. 


S.- ¿Relatándose en la novela también un viaje interior hay más del propio escritor en el protagonista que en el caso de tratarse de un viaje tan sólo geográfico?

Sí, entiendo la pregunta perfectamente. Cuando escribí ‘Gavilanes de Plata’, las personas que me conocían bien, de toda la vida, me decían: “si sumas a los dos protagonistas eres tú”. En ‘El viajero impaciente’ también hay dos protagonistas, un que se llama Alex y otro Ricardo Montalván. La persona que realizó el preámbulo de la presentación del libro, José Miguel Rever, me dijo por la mañana: “si sumas a Alex y a Ricardo, vuelves a salir tú”.


S.- ¿Por qué escribes?

Porque lo necesito. Es cierto que estoy tiempo sin escribir, pero llega un momento que tengo la necesidad de hacerlo. Tengo necesidad de comunicar, de poner en un papel lo que estoy pensando. Surge y tengo que escribir.


S.- ¿A la escritura has llegado desde la lectura?

Sí, sí, desde la lectura. Leo todo, todo me interesa.


S.- ¿El amor por la Historia implica un detenido y exhausto proceso de documentación?

Sí, pero para mí es un placer, una delicia, un lujo. Ves esta flor de Lis –señala los apuntes para la presentación-, pues puede tener infinidad de connotaciones y puedo pasarme días buscando información al respecto y descubriendo muchas cosas que, a lo mejor después, siquiera utilizas en la novela. Pero bueno, siempre sirven para tu riqueza interior.

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