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{CULTURA / LIBROS}

'En los bares suceden las grandes cosas de la vida'

Karmelo Iribarren, poeta en las Jornadas de Poesía en Español

Los taxis son como ciertos amigos, nunca están cuando más los necesitas. Los paraguas, en cambio, mueren por ti. La poesía de Karmelo Iribarren es directa, no emplea una retórica compleja. “Sus poemas son accesibles, pero contundentes –explica Raúl Eguizabal, coordinador de las Jornadas de Poesía en Español que comenzaron ayer en Logroño su XVI edición-, se dejan leer, al tiempo que dejan un poso que invita a darles una vuelta más”.


‘Los paraguas y los taxis’, siguiendo con el ejemplo, enlaza frases de aparente sencillez, “pero que acogen al mismo tiempo –reitera Eguizabal- mucho más que lo percibido en un principio”. Habla el coordinador de las jornadas de una poesía, la de Iribarren, “poco corriente, con un gran sentido del humor, un tanto oscuro quizá, irónico también”.


Karmelo Iribarren describe su poesía de realista. Coincide con Equizabal y con el poeta local Rafael Amilburu –encargado de presentarle ante el auditorio- en su condición de poeta de línea clara. “Creo que es poesía de sentimientos –apunta-, poesía que busca la emoción, pegada a la vida diaria, quizá a las cosas banales que suceden en el día a día y a las que no se les presta demasiada atención”.

 

Ahí surgen las comparaciones con Raymond Carver y sus historias de lo cotidiano. “Leí a Carver a mediados de los ochenta. Empezaron a publicar sus relatos aquí en muy buenas traducciones. Lo cierto es que me gustaban muchísimo esas historias en las que aparecían protagonistas que no es que estuvieran en el arroyo, pero sí eran gente desesperanzada, sin horizontes, sin ilusiones… me interesó mucho esa atmósfera”. Iribarren explica que no se trataba tanto de la forma o el estilo narrativo de Carver, sino el clima de los relatos del escritor americano. “Entiendo la referencia –dice- porque sus cuentos y sus poemas, también son poesía de lo cotidiano”.

 

Y es que el poeta donostiarra entiende la poesía desde la mirada. “Me gusta extraer de momentos intranscendentes mi poesía; me gusta mirar esos instantes de otra manera”. Iribarren por ejemplos. Pla es un poeta de la vida; Borges de la imaginación. “Yo soy más de Pla”.
La mujer, los trenes, los hoteles, las autopistas tienen protagonismo en los poemas de Iribarren. Elementos que enlazan con otra de las comparaciones que se atribuyen al poeta. Hay quien le llama el Raydmon Chandler  de la poesía. “Bueno, no sé, de la novela negra me atraen las grandes metáforas de escritores como Chandler”. También la mujer como protagonista de sus poemas. “Sí, claro. Hay una serie de temas recurrentes, la pérdida del tiempo, el futuro, la muerte, el amor y la mujer y la atracción física. En mi caso, no abordo el lado abstracto del amor, sino que son poemas con la mujer de protagonista, pero que hablan de lo que sucede”. No hay duda, Philip Marlow no dudaría en atribuirse los versos de Iribarren: “¿Los sueños? Vivir se reduce a esquivarlos”.


Ante la cuestión sobre lo personal de las historias relatadas en sus poemas, Iribarren alude a la condición de literatura de la poesía. “Mi poesía está basada en mi vida, en lo que he observado, pero no es mi vida al cien por cien”.


Poeta tardío a la hora de publicar, recuerda que a veces las circunstancias no son las mejores, pero apunta que “empecé tarde y ya no he parado. Ahora no veo sentido a no publicar”. Reconoce la importancia que ha tenido la editorial  ‘Renacimiento’ en la difusión de su obra de forma que llegara al gran público. “Contar con su respaldo facilita mucho las cosas, si no grandes cosas, grandes poetas, se quedan encerrados dentro de su ámbito sin ser conocidos”.


Un gran público que al hablar de poesía son cifras relativas y que Iribarren ya ha comentado en alguna otra ocasión que el problema reside en la Educación. “No se enseña bien la poesía en la escuela”. El poeta pone como ejemplo un temario que presenta la poesía de Góngora. “A mí me gustaba Gógora ya de chico –dice- pero yo era un niño raro, lo normal es que el alumno se aburra. En cambio, es posible ganar a ese chaval a través de poesía contemporánea para después invitarle a descubrir a Góngora y otros”. Iribarren asegura que “si se hace mal es para siempre”.


Karmelo recuerda que comenzó a trabajar en un bar a los trece años. “Un bar da para mucho si eres como yo muy observador; muchos de mis poemas transcurren en bares”. Raúl Equizabal interviene para apuntar la condición de “fotógrafo emocional” de Iribarren. “En los bares –cierra el poeta- suceden las grandes cosas de la vida”./Javi Muro

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