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{CULTURA / LIBROS}

'La experiencia personal es carburante para mis poemas'

José Carlos Llop poeta y escritor en las Jornadas de Poesía en Español

José Carlos Llop es poeta y en esa condición ha participado en las XVI Jornadas de Poesía en Español que se han celebrado en Logroño. También es novelista, ensayista y escribe diarios. Llop era un espinita clavada el cartel del certamen poético logroñes desde su segunda edición. Ayer recitó sus poemas ante un público que le conoce y le lee, ya sea en prosa o en verso. “Es un poeta de éxito –apunta Raúl Eguizabal, coordinador de las jornadas-, dentro de lo puede entenderse ese concepto dentro de los números de la poesía”.


Eguizabal habla de un autor de carácter local, “interesante desde su vertiente de poeta y escritor muy vinculado a su tierra, Mallorca, y al Mediterráneo”. Precisamente, a Llop, lo envuelve dentro de la familia de escritores que tienen relación con el mar Mediterráneo, con manejo de referencias artísticas y culturales en su obra y la musicalidad de sus poemas.


Dentro de un ciclo ordenado alrededor del epígrafe de poetas de provincias, José Carlos Llop revela la idea de la isla. “Sin duda –señala- la isla, marca una pauta como territorio, pero también como concepto literario”. Para el poeta el mundo se divide entre insulares y continentales con sus códigos propios de lenguaje. “Para el continental la idea de isla representa el paraíso, el lugar para emprender una segunda vida, para vivir un amor intenso, un lugar de refugio su hay que escapar de algo. En cambo, para el insular la isla es el mundo, no hay escapatoria, es el paraíso y el infiero al mismo tiempo; para el continental nunca será el infierno”.


En la conversación –al igual que en su obra- aparecen las referencias en este caso literarias. “La isla -recuerda- no es el infierno ni siquiera para Daniel Defoe en ‘Robinson Crusoe’; tampoco en la isla de Nunca Jamás de Barrie, en la que era un reducto del paraíso. Tan sólo es el infierno para William Goldin en ‘El señor de las moscas’”.

Dentro de la isla, la ciudad. Dicen que la poesía de Llop es cosmopolita y nostálgica y en ella la ciudad es protagonista. “Sí, una ciudad que es todas las ciudades. La literatura sobre ciudades es algo que siempre me ha interesado mucho”. El autor de novelas como ‘París suite: 1940’ o ‘La ciudad sumergida’ recuerda que fue a finales del siglo XVIII y principios del XIX cuando se produjo el esplendor de la novela en Europa de la mano de la burguesía y del mismo modo, en Estados Unidos, con el crecimiento económico. "Entonces aparecen figuras como, por ejemplo, Scott Fizgerald”.
Para Llop la ciudad es territorio literario. “El origen de la novela moderna se encuentra en la ciudad; la ciudad como elemento literario me interesa tanto como callejear y conocer un nueva ciudad, como encontrarse en ciudades que no conozco, como reconocerse en fragmentos de ciudades que no son las nuestras”.


Vivir y escribir parecen ir de la mano en la obra del autor mallorquín. ¿Autobiografía o un personaje de sí mismo? “Uno es protagonista de lo que puede, pero sí es cierto que el origen de gran parte de mis poemas se encuentran en la experiencia personal. La experiencia personal es carburante para mis poemas. Aún así, la aspiración del poeta, por mucho que hable del yo, es desaparecer en el poema”. Y es que Llop entiende que el poeta “tiene un lado de médium; es el embajador de una parte que desconoce hasta que la plasma en el poema”.


Lo personal tiene una vertiente más en la obra del escritor balear en sus diarios. ¿Diarios que son ficción o memoria? “El diario es contar las cosas que me pasan, que me pasaban cuando los escribí, aquel día, aquella semana, aquel mes, y que consideraba reseñables”.


Llop menciona la tradición de los autores franceses e ingleses de escribir diarios y publicarlos como origen de su afinidad con el género. “Leí esos diarios y comprobé que en la literatura española existía un vacío en ese sentido. A finales de los años ochenta y principio de los noventa, una serie de autores comenzamos a publicar diarios. Creo que mi generación ha aportado, de alguna manera, la renovación del género diarístico en nuestro país”. José Carlos Llop no duda al señalar tres diarios esenciales para él: “’La tumba inquieta’; ‘El oficio de vivir’, de Cesare Pavese; y ‘Radiaciones’, de Junger”.


De nuevo surgen esas referencias culturales que apuntaba Raúl Eguizabal al presentar a José Carlos y su obra. “Los referentes culturales me sirven –explica- para interpretar mi vida. Yo no entiendo la vida sin la compañía de la cultura. No podría vivir, es literal. No sé cómo hay gente que puede, será que soy más torpe”. Llop juguetea con varios volúmenes impresos que recogen su obra poética. “La cultura me ayuda a comprender cosas que sin esos referentes sería imposible”./Javi Muro

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