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{CULTURA / LIBROS}

'La libertad de expresión está en manos de los medios que a su vez están en manos de los bancos'

José Yoldi, el periodista que destapó el caso Divar, publica su primera novela 'El enigma Kungsholm'

José Yoldi es periodista y ahora también escritor de ficción. Yoldi fue uno de los 199 periodistas que sufrieron el ERE aplicado por el diario El País. Especializado en temas jurídicos y relacionados con el terrorismo, ha cubierto la práctica totalidad de los juicios más importantes celebrados en España, desde el 23-F hasta el 11-M, pasando el caso Lasa y Zabala, el que más le impactó a lo largo de su carrera. En el año 2012, Yoldi denunció en uno de los reportajes que el presidente del Tribunal Supremo y del Poder Judicial, Carlos Divar, había cargado en el presupuesto del organismo una treintena de viajes de placer como si fuera de trabajo. Divar fue el primer presidente del Supremo que, tras doscientos años de institución, tuvo que dimitir. Despedido de El País, junto a otros compañeros de prestigio, un día, mientras miraba las olas en la playa, se decidió a escribir una novela. Ahí surge ‘El Enigma Kungsholm’, que toma su base de un caso real que el propio Yodi investigó y que nunca llego a publicarse. Con anterioridad, había piblicado ‘Peor hubiera sido tener que trabajar’, una recopilación de anécdotas en las que muestra su forma de entender la vida y la profesión de periodista./Javi Muro


SPOONFUL.- ¿En todo periodista hay un escritos o es sólo un contador de lo que sucede, de lo que pasa, que no sé si es más o es menos?

No lo tengo muy claro. Es verdad que nunca me había planteado el ser escritor, ni escribir un libro. Contaba en el libro que escribí después de salir de El País, que se titulaba ‘Peor hubiera sido tener que trabajar’ –un libro de anécdotas-, que lo que siempre he pretendido es pasármelo lo mejor posible. Es cierto que el periodismo me ha dado mucho y, aunque ha habido sus momentos malos, me lo he pasado maravillosamente. Lo que sucede es que en un determinado momento, a mí me echan de El País en un ERE, junto a otros 199 compañeros, y una vez superado ese momento doloroso, que siempre se produce en esas situaciones, piensas en otras cosas.


S.- Es ahí donde aparece la idea de escribir…

Tenía una fan del periódico que siempre me estaba diciendo que tenía que escribir una novela y un día estaba en la playa mirando las olas y me dije: “porqué no”. Y me puse a ello. Tomé como referencia un caso real que había llevado en los años noventa, esa fue la base sobre la que fui estructurando la novela. Todo, depurado con el filtro de la ficción. No se podían contar las cosas tal y como habían sido.


S.- ¿Has sido periodista de vocación?

No lo sé, no tengo claro que a los dieciocho años se tenga vocación de nada. Sí es cierto que hay que gente que está más interesada. Yo no tenía especiales condiciones para escribir bien, pero si es cierto que me gustaba buscar la noticia y en eso sí era bueno. Luego, poco a poco, vas aprendiendo lo que es el oficio. Aprendes cómo llamar la atención del lector, porque en definitiva de lo que se trata es de enganchar al lector en la primera palabra y llevarlo hasta la última. Eso con el tiempo se va aprendiendo.


S.- Al leer ‘El Enigma Kungsholm’ da la impresión de que llegas a ser escritor desde la lectura…

Sí, he leído muchísimo. He leído mucha novela negra. Recuerdo que empecé con una colección que se llamaba Crimen y Compañía, también novela de vaqueros. Después llegué a la universidad, donde no te enseñan periodismo o al menos entonces no te lo enseñaban, y aprendí a leer de todo y descubrí un sinfín de títulos y autores. Supongo que el haber leído mucho también se reflejará en cómo cuento las cosas, pero es verdad también que concibo las novelas como una sucesión de imágenes. No tanto descripciones que ocupan varias páginas, pero sí algo muy visual.


S.- Un estilo que tiene también referencias cinematográficas…

Quizá sea así, porque en definitiva cuento la historia a base de secuencias.


S.- ¿Qué nos encontramos al leer ‘El Enigma Kungsholm’?

Como te decía, la historia está basada en un hecho real que he pasado por el filtro de la ficción. Por ejemplo, en aquel caso no murió nadie y en la novela, en la página tres, ya hay un abogado muerto. Fue un asunto importante.


S.- Pero tengo entendido que nadie quiso publicarlo.

No lo publicó nadie. Los medios no estuvieron interesados en publicarlo teniendo en cuenta que había gente importante entre los implicados. A mí me paso con este caso igual que a la protagonista al inicio de la novela. Presenté dos páginas enteras listas para publicar y nunca se publicaron. Me decían: “Le falta algo”, y yo les preguntaba q“¿Qué le falta ué? Si tengo hasta la factura del transporte de 17 sacas de dinero hasta el despacho de". Me decían como a la periodista protagonista: “Sigue investigando…”. En cuanto hay gente importante este tipo de cosas se silencian. Es verdad que ahora con las redes sociales y los periódicos digitales silenciar estos temas es más complicado. Antes, era relativamente fácil.


S.- Has pasado el filtro de la ficción sobre el caso, pero ¿al leer la novela habrá personas que se sientan identificadas con los personajes?

Naturalmente, sobre todo hay anécdotas que si determinadas personas leen la novela se descubrirían a ellos mismos.


S.- Apuntabas que la novela está basada en un caso de los años 90, pero al leerla parece totalmente actual.

Ya, pero como ves se habla de pesetas. Lo que pasa es que la corrupción nos ha invadido tanto que se ha reactualizado. En el capítulo nueve hay un error y se coló el nombre del caso real, del original, en vez del ficticio. Es la típica metedura de pata, pero bueno como leemos lo que queremos leer… Recuerdo que en tiempos de Franco hubo una errata mayúscula cuando en La Voz de España, en San Sebastián, en vez de poner ‘La guardia de Franco’ se les movieron las letras y publicaron ‘La guarida de Franco’. Suspensión de empleo y sueldo para el responsable.


S.- Te preguntaba por la actualidad del tema que se trata en tu novela porque no pasamos un día sin leer en la prensa un nuevo caso de corrupción o la detención de políticos o la financiación ilegal de partidos… tramas y más tramas…

Durante los años del pelotazo, a principios de los 90, cuando estaban Mariano Rubio, De la Rosa, Mario Conde, había un modelo de corrupción absolutamente transversal en el que no robaba era gilipollas y existía un ensalzamiento absoluto de esas prácticas. Entonces no se le llamaba corrupción, era pelotazo y había gente que había robado lo que no está escrito. Las Torres Kio, Azucarera Ebro… Ahora, como el asunto afecta más al dinero público que en la época anterior –aunque también lo había, lo primero que hizo el PP cuando llegó al Gobierno fue privatizar empresas y entregarlas a sus amigos- la gente ha cobrado conciencia de que el dinero público no es eso que decía la ministra Calvo “que no es de nadie"… no, no, el dinero público es de todos. Así que si alguien se está llevando el dinero público nos afecta a todos. Esto se nota aún más en un momento de crisis con cinco millones de parados. La gente dice, estamos salvando a los bancos, haciendo planes para la empresa del automóvil, pero ¿y las familias? Las familias en el paro. Es lo que hay. Hay quien dice que hemos mejorado las cifras de empleo, pero son puestos de trabajo de chichinabo…


S.- ¿Crees que es tan grave la crisis como parece en España?

Sí, sí, está complicada la cosa. Salir de la crisis nos va a costar porque estas medidas que aprueban… Claro, la macroeconomía va bien. Si a las clases bajas y a las clases medias les bajas o quitas el sueldo, la macroeconomía va bien, claro. Como no va a ir bien, si lo que habría que pagar de sueldos se ha quedado reducido a la mitad. Ahora pueden competir con quien sea a nivel internacional.


S.- En la novela describes también el choque entre el afán de investigación de la redactora protagonista y el director del periódico dependiente del Consejo de Administración…

Esto siempre es así. Durante una temporada hubo equipos de investigación en todos los medios. Empezaron a morir cuando, efectivamente, los equipos de investigación sacaban noticias; noticias que afectaban a amigos, a socios, a gentes que estaba sentada en Consejos de Administración… Ahora, está muy de moda en las televisiones eso de equipo de investigación y suena de la leche. “Hemos entrado en las cárceles de Bolivia”, “hemos estado en la frontera más dura entre Turquía y Bulgaria”. Sí, todo eso estupendo. “Hemos ido a ver las madrazas donde se forman los niños yihadistas”. Está genial, no hay problema en eso. Ningún empresario te va a poner ningún problema en que hagas esos reportajes y si encima te mueres en una de esas, pues el pedigrí que ya coges es impresionante. Pero ahora bien, ¿quién ha investigado el Corte Inglés, el Banco de Santander, por no hablar de los medios de comunicación? Hemos llegado a un punto en que la información interesa mucho menos que el entretenimiento. El ejemplo de toda esta historia es Tele 5. Hace unos informativos…para salir del paso, pero lo importante es Sálvame Deluxe, Sálvame rojo, Sálvame morado…, junior, de ancianos...
S.- Entonces, ¿crees que se hace buen periodismo hoy en día?

¿Si se hace buen periodismo? Hay buenos periodistas, que se haga buen periodismo es mucho decir. Cada vez más, la libertad de expresión está en manos de medios que están a su vez en manos de los bancos y de los políticos. Y los políticos y los bancos se protegen entre ellos. Fíjate, sale Rato en la tele detenido y ya se ha puesto manos a la obra para que Rato no salga en los informativos y los políticos bajo sospecha tampoco. Cuando sacaban a los etarras no había ningún problema. Es más, avisaban a los medios de comunicación para que fueran corriendo al lugar donde se estaba produciendo la detención. O igual nos creemos que las televisiones sabían donde se iba a producir una operación antiterrorista porque los estaban siguiendo. No, alguien les ha filtrado qué iba a pasar y donde.


S.- En la novela, los jueces y la Justicia también tienen su protagonismo. ¿Tenemos una buena Justicia?

Hombre, tenemos una buena Justicia en cuanto a jueces que no tienen ninguna implicación. A medida que van subiendo en el escalafón, en el sentido de que a los jueces para los cargos del Tribunal de Justicia de la comunidad que sea, del Supremo, de la Audiencia Nacional, la decisión es del Consejo General del Poder Judicial, son designados por los partidos políticos. Lo mismo que el Tribunal de Cuentas, que es lo más inservible que hay. ¿Cómo va a investigar el Tribunal de Cuentas al PP o al PSOE si para hacerlo debe designarse en la Comisión un consejero del PP y otro del PSOE? Con el Consejo del Poder Judicial para un poco lo mismo. La independencia de la Justicia no es tal, está coartada por el Ejecutivo y el Legislativo al menos en sus más altos cargos.


S.- El prólogo de tu novela lo escribe Baltasar Garzón, ¿En qué lugar de la historia reciente lo sitúas? ¿Héroe, villano?

Ahora, tiene poca influencia. Durante mi carrera profesional Garzón fue una de mis fuentes. Hemos tenido una relación de periodista y fuente. También de cierta amistad porque el contacto se ha prolongado desde 1988 hasta el 2012. Garzón para muchas cosas le ha echado una valentía y un arrojo que otros no tienen porque la mayoría de los jueces –tal y como dice uno de ellos- son de la categoría ‘nomefo’, ‘no meterse en follones’. Hay unos cuantos que no les importa y tiran para adelante. El juez Castro con el tema de la infanta; la jueza Alaya con el tema de los EREs… De repente, hay algunos jueces como Seijas que se enfrenta al tema de los desahucios. Hay algunos jueces que van por delante del sentimiento de la gente y les arropan.


S.- De los casos que te tocó seguir como periodista, ¿con cuál te quedas?

Elegir uno o quedarme con uno es muy difícil. El caso Lasa y Zabala fue una historia espectacular y tremenda y el juicio… creo que es el juicio en el que más cosas han pasado en tan poco tiempo. Un juicio en el que de repente el jefe de los espías entrega unos papeles clasificados que implican a la Guardia Civil y otros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en la guerra sucia, lo cual fue tremendo. Además, hubo un comisario que fue el que facilitó que se descubrieran los cadáveres que murió de un infarto en el mismo juicio. A la hora de impactarme, probablemente, el caso Lasa y Zabala es el que más me ha impactado. También, en el caso Barrilino conseguí que un magistrado del Tribunal Supremo fuera expulsado por corrupción. O el caso Divar, que terminó con su expulsión del Tribunal Supremo por aquellos viajes, siendo su presidente, y por primera vez tras doscientos años de vida de la institución. Estos han sido, de alguna manera, éxitos míos, pero el caso Lasa y Zabala resultó impactante. Es cierto que también seguí el caso de la Colza. Está mal decirlo, pero investigando las causas de la colza yo lo pasé bien haciendo mi trabajo. Son cosas completamente distintas.


S.- ¿Crees que se hará justicia con todos estos casos, corrupción, Urdangarín, la Gürtel, la Púnica, los EREs?

Lo decía antes, creo en la Justicia, pero en la de los jueces de a pie. En cuanto hay un caso político… Hay un escritor noruego, Jo Nesbo, autor de novelas como ‘El muñeco de nieve’, que dice que la gente cree que en el tema de la corrupción la malla es de agujero grande y que por ahí se cuelan los peces, pero él asegura que no es así, que la malla es de agujero pequeño y que sólo sirve para capturar a los peces pequeños. Que para cazar a un pez grande no hay malla que resista, la malla se rompe. Eso es lo que pasa. En la Justicia ordinaria, los jueces a veces se equivocan pero tratan de hacer las cosas bien. La Justicia a nivel de base es razonable, está bien. Pero al igual que el caso real que da pie a la novela, que acabó archivado… cuando se toca arriba… Hay dos tipos de Justicia, la Justicia para los pobres y la Justicia para los ricos. El que no lo quiera ver es que es ciego…

 

S.- Va a haber continuidad con nuevas historias de los protagonistas de ‘El Enigma Kungsholm’, ¿no?

Sí, ya estoy escribiendo ‘La noche perdida’, ya llevo unas cien páginas… La idea es que la gente se lo pase bien. Lo importante es pasarlo bien tu mismo y no aburrir a la gente.

 

*Fotografías: Moeh Atitar.

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