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{CULTURA / LIBROS}

'La novela negra está de moda porque evidencia la verdad sobre la crisis, la injusticia y la corrupción'

Rosana Foncea ha escrito 'Las damas justas', con la violencia contra la mujer de fondo argumental

Rosana Foncea es escritora. En su primera novela, 'Las damas justas' (Editorial Amarante) propone una historia que nevega en el género negro y el thriller, al tiempo que describe una realidad presente a diario en nuestra sociedad como es la violencia contra las mujeres. En 'Las damas justas' el industrial vasco Ernesto Zaias es asesinado sin un móvil aparente. A partir de ese momento su viuda Olatz Fraguas se aisla en La Encendida, la casa familiar. Hasta allí viaja una joven cuyo marido a muerto en pareceidas circuntancias. "En la novela -describe Rosana- existe cierta ambivalencia, hay elementos propios de la novela negra, detective, crímenes, intriga, pero también un tono intimista". Rosana Foncea es Licenciada en Historia del Arte. Ha publicado el libro 'Iconografía jacobea en La Rioja', así como otras publicaciones y artículos sobre patrimonio histórico artístico. Ha colaborado en Radio 5 Todo Noticias en temas relacionados con el arte. Es también autora de las obras de teatro 'Drosophilas' y 'Casa importante busca'. Defiende que la literatura también puede ser un vehículo de denuncia./Javi Muro


SPOONFUL.- ¿Nos adentramos en las páginas de ‘Las damas justas y qué encontramos?

En la novela se llama la atención sobre la violencia contra la mujer en cualquiera de sus formas, sobre el dolor y la destrucción que causa, pero también se pone en duda la utilidad de los mecanismos que existen para defenderla del agresor. Por esa razón, se presentan personajes femeninos que llevan a cabo su propio plan, con el que deciden contrarrestar las ofensas que han recibido. Algunos de los personajes manifiestan conductas muy exacerbadas y algo arquetípicas en una trama que mantiene el suspense y la acción a lo largo de su desarrollo.

 

S.- ‘Las damas justas’ tiene aire de novela negra, de thriller… pero es algo más, ¿no?

En la novela hay cierta ambivalencia. Por un lado, hay algunos elementos propios de la novela negra, como la existencia del detective, crímenes, intriga, etc., pero también encontramos otro tono, quizá más real e intimista, que surge de los diarios de Olatz Fraguas, de lo que conocemos del personaje de Emilia y también de las voces que surgen de los sótanos. Yo diría que ese carácter a veces dramático de la narración y el propio lenguaje marcan la distancia con la novela negra.

 

S.- En ‘Las damas justas’ hay actualidad y descripción de una realidad que hoy en día continúa existiendo en nuestra sociedad… 

Sí, en la novela hay aspectos que conectan con la más execrable realidad. La violencia contra la mujer se está ejerciendo de diferentes formas en todas las sociedades; no solo en el ámbito de las relaciones de pareja, sino también en otros contextos donde se producen los abusos o la esclavitud sexual de mujeres indocumentadas, por ejemplo; algo que atenta también contra los derechos humanos. En la novela no se pasa por alto esa realidad; me parecía necesario introducirla.

 

S.- Bilbao, como escenario principal, y alguno de sus barrios… ¿Por qué Bilbao?

Algunas escenas de la novela encajaban muy bien en su paisaje urbano. Bilbao contiene elementos interesantes como la ría, la luz, los montes que la rodean y algunos lugares concretos. En el café Metropol preparé una de las escenas, imaginando a dos de los personajes sentados muy cerca de mí. Esos personajes a su vez son observados por el detective Teo Salinas. Lo mismo ocurrió con la escena del museo de Bellas Artes. Por otra parte, algunos personajes, como el detective o Blanche Rodero, habitan en esta ciudad.

 

S.- Es tu primera novela pero no tu primer libro…

Como historiadora del arte he publicado algunos trabajos relacionados con el patrimonio histórico-artístico de La Rioja.

 

S.- ¿Cómo ha sido el paso de la divulgación a la ficción?

Yo diría que no ha existido un recorrido, sino que ambos campos han estado presentes en mi quehacer habitual; uno, de manera abierta, y otro, el de la ficción, de forma más callada y laboriosa, si cabe. Son terrenos muy diferentes, la investigación histórica requiere un apego riguroso al testimonio que revelan los documentos. La ficción es el terreno de la libertad aunque tenga sus propias normas.

S.- ¿Llegas a escribir desde la lectura?

Sí, supongo que como todo el mundo que escribe, las lecturas son un bagaje muy importante cuando se siente el deseo de escribir, pero no es el único; también influye la observación del mundo, la implicación y el modo de estar en él y la capacidad de inventar.

 

S.- ¿Hubo o ha habido un libro, una novela, que dijeras quiero escribir algo así? 

Hay muchos escritores y escritoras que admiro. Serían muchas obras y muy diferentes entre sí. Por citar alguna, 'Las Olas' de Virginia Wolf me parece un ejercicio de introspección admirable y suelo releerla como si se tratara de poesía. 

 

S.- … porque… ¿siempre te ha gustado escribir?

Sí. El primer descubrimiento literario que recuerdo son los cuentos de Andersen en una edición, sin apenas ilustraciones, que aún conservo. Supongo que las lecturas desde la infancia me aportaron el gusto por las palabras y la necesidad de escribir.

 

S.- ¿Qué tiene que tener una novela para que te guste?

Esta es una pregunta difícil, porque me gustan novelas de estilos muy diferentes, pero el aspecto que más admiro en una novela es que contenga ‘una atmósfera’, como la que existe en las obras de Faulkner, por ejemplo. También Paul Auster en 'La música del azar' consigue crear algo así, un clima en el que quedas atrapada como en una especie de niebla, dentro de otra realidad. Por descontado, debe existir una buena caracterización de personajes, cierta intriga en torno a ellos y un lenguaje rico. 

 

S.- ¿Has pensado en esos elementos al escribir ‘Las damas justas’?

Tuve en cuenta la necesidad de crear intriga en torno a los personajes y de ajustar el lenguaje a las distintas situaciones. 

 

S.- ¿Cómo es tu proceso de escribir?

Una vez surge una idea, empiezo a darle forma y a pensar en los personajes, a tomar notas de todas aquellas ideas que van y vienen. Después tiendo a estructurar algunos capítulos y comienzo a escribir. Pero no es que yo sea muy metódica, en mi caso también hay cierto desorden en este quehacer previo. 

 

S.- ¿Tienes manías a la hora de escribir? ¿Necesitas un lugar concreto?

No creo que sea una manía, pero necesito silencio; actualmente vivo en un lugar especialmente tranquilo. 

S.- ¿Te gusta acompañarte de  música?

Suelo poner música cuando reviso aspectos formales o no necesito una concentración excesiva. Entonces pongo música suave; Satie, por ejemplo, me gusta y me permite hacer otra cosa.

 

S.- ¿Ordenador o papel?

Papel para anotar ideas sueltas y notas, pero escribo en un ordenador que ha superado la obsolescencia programada, y le tengo cariño. 

 

S.- ¿Tenías decidido el final de la novela de antemano?

No, la verdad es que no. Quizá esté relacionado con lo que decía anteriormente; no llego a ser tan metódica, y además, hubo un momento en el avance de la novela en el que los personajes iban tomando las riendas, imponiéndose un poco... de esa manera el final fue como un hallazgo.

 

S.- ¿Cómo surge la chispa que te llevó a escribir ‘Las damas justas?

El germen está en la realidad, en la prensa diaria que no deja de transmitir historias terribles de violencia de género. Pensé que ante tanta irracionalidad debería producirse una respuesta contundente, y de ahí parte la novela.

 

S.- Como comentábas, en ‘Las damas justas’ está presente la violencia de género, un tema de lamentable actualidad casi diaria, ¿crees que desde la literatura se puede hacer algo para erradicar, denunciar, evitar…?

Creo que desde la literatura se puede denunciar esa realidad y contribuir a mejorarla, pero la violencia de género se debe erradicar desde distintos frentes; uno muy importante y urgente es la educación de la infancia y de la juventud en el respeto y en la igualdad de género. 

 

S.- ¿Por qué crees que la novela negra está tan de actualidad?

No lo sé exactamente. Supongo que influye el hecho de que en algunas novelas del género se pongan en evidencia las verdaderas causas de la crisis socioeconómica en nuestra época, las injusticias o la corrupción. Es lo que hace Petros Márkaris al reflejar la realidad en Grecia. Creo que los lectores saben apreciar un género que lleva la acción a nuestra época manteniendo al mismo tiempo un sentido crítico.

 

S.- ¿Se puede vivir de la literatura?

La mayoría de escritores no viven de la literatura; pero no creo que esto deba afectar a la necesidad de seguir escribiendo. 

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