3572

{CULTURA / LIBROS}

'La poesía no es una profesión, ni una mercancía, se escribe por una necesidad fisiológica'

El poeta colombiano Darío Jaramillo presentó su poemario en las Jornadas de Poesía en Español

La inspiración, dice Darío Jaramillo, es en la poesía una condición necesaria, “pero no una condición suficiente”. El poeta colombiano participa en las Jornadas de Poesía en Español que se celebran en Logroño y advierte que a las musas hay que sumarles “horas de taller, de trabajo, porque los poemas no surgen así como así”. Jaramillo reconoce sentir un fuerza interior que sitúa sobre el papel en blanco, “pero lo que nace de esa escritura es un borrador que necesita ser trabajado, dedicarle mucho tiempo y tomar distancia antes de dar el poema por finalizado”.


Quizá sea esa dedicación que roza lo artesanal, la que ha situado a Darío Jaramillo en el escenario internacional de la poesía. “No es –apunta Raúl Eguizabal, coordinador del certamen- un poeta importante sólo en Colombia, sin en el conjunto de la lengua castellana”.


Jaramillo es poeta y también novelista. ‘Historias’, ‘Tratado de retórica’ o ‘Poemas de Amor’, son algunos de sus libros en verso. ‘La muerte de Alec’, fue su primera novela a la que ha sumado seis títulos más. “Empezó escribiendo poesía -recuerda Eguizabal-, como casi todos los buenos escritores, luego algunos de ellos saltan a la novela”. En el caso de Darío fue así. El paso a una vida más pausada, tras una carrera profesional como jurista y economista, le llevó a escribir relatos de mayor extensión y en prosa.


Su reconocimiento como poeta se refleja, asegura el responsable de la jornadas, “en el hecho de que sus poemas se reeditan ahora en antologías y colecciones de poesía completa; se produce ahora una segunda o tercera vuelta a su poesía”.

Dicen que de la poesía no vive nadie y Jaramillo puntualiza que, al menso, casi nadie. “Nunca ha sido una profesión la poesía –detalla el poeta-, no es una mercancía, se produce poesía por una necesidad fisiológica”. Darío trabajó en el Banco Central de Colombia como responsable de Cultura y del Museo del Oro. Un trabajo que describe como muy grato. Así que escribía sus poemas y novelas durante los fines de semana en su casa. “No era una personas disciplinada –dice- si me hubiera gustado más el golf hubiera ido a jugar al golf, pero me gustaba más escribir”. Reivindica una atmósfera concreta para poder trabajar. “Para escribir necesito estás solo, necesito soledad y silencio y además, necesito tiempo”.  Apunta al recordar sus comienzos literarios cómo el abordar la escritura de fin de semana en fin de semana, tras los días laborables, resultaba un obstáculo para avanzar. “Muchas veces me demoraba dándole vueltas al escritorio, necesitaba disciplina y la aprendí de otros escritores, leyendo cómo escribían ellos, que trucos y recursos empleaban. De domingo a domingo era difícil arrancar de nuevo la historia, aprendí a dejar el último párrafo a medias para retomarlo al fin de semana siguiente…”.


Jaramillo dice no sentirse capaz de definir su poesía. Sí, en cambio, apunta algunos de los temas que cobran vida y protagonismo a través de sus versos. Amor, desamor, poemas imposibles, conversaciones… “Poemas que abordan –interviene el editor, Manuel Borrás- temas propios de la vida”.


Amor y desamor, asuntos que rozan de cerca los personal. “No he contado cosas de mi intimidad ni de nadie cercano a través de mis versos, pero sí que la poesía es una vía de conocimiento personal, de exploración de uno mismo, un intento de responder a las preguntas que uno íntimamente se hace. Es también, un perro que se muerde la cola, porque si uno encuentra las respuestas a esas preguntas quiere decir que las preguntas ya no son válidas. Ya soy otro, y así sucede a lo largo de toda la vida”.


Sobre esas preguntas que se lanza uno mismo, Darío Jaramillo insinúa que ahora, “a medida que uno avanza en la vida observa que se acerca la muerte, y la cuestión es asumirla con tranquilidad, como un destino fatal que hay que desdramatizar. Por el momento, no lo he logrado, sigo teniendo miedo a la muerte”.


La actualidad reflejada en la prensa habla de Colombia, de las negociaciones de paz entre el Gobierno y las FARC y de los obstáculos que surgen en ese camino. “Es algo que nos toca mucho a los colombianos, no tengo información privilegiada, sino de ciudadano común. Creo que vamos a llegar a un punto de no retorno en las conversaciones que se están produciendo en La Habana. Creo que vamos a tener un solo ejército en vez de dos –FARC y Fuerzas Armadas del Estado-, que es lo que se está discutiendo, creo que es muy posible o quizá es lo que estoy pensando y lo que es mi deseo”.


Aún así, el poeta encuentra peros a los acuerdos que puedan surgir de la negociación. “Pienso también que puede producirse una situación injusta, porque lo que ha provocado que haya un ejército revolucionario es que existen situaciones de injusticia social en el país. Tenemos que trabajar para que las condiciones de vida sean mejores porque si no es así, tendremos un solo ejército, pero no vamos a tener paz”.


En la inauguración de las jornadas, el poeta argentino Marcos Ricardo Barnatán, aseguraba que “casi todo está escrito en los versos del tango”, algo que Jaramillo corrobora. “Nací en un pueblo pequeño, se escuchaban las rockolas de los cafés, tangos, boleros, rancheras, hasta un punto en que la forma de sentir se aprendía a través de boleros. Los boleros condicionaban los sentimientos, condicionaban la forma de sentir. Aprendí a conmoverme con esa música. Después constaté que las raíces de esa música están en las raíces de la poesía clásica, que las raíces están Lope o Bequer. Llegué a Lope por el Bolero y la Ranchera”./Javi Muro


Suscripción a la Newsletter Enviar