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{CULTURA / MúSICA}

'El que ha sido heavy, siempre lo será'

Innervoice, la banda de covers de hard rock de los 80 y 90, telonea a Tierra Santa

Innervoice es una banda de hard rock formada por Itziar Berradre (voz), Fran Gonzalo (batería), José Lázaro (guitarra), Fillipo Giumento (bajo) y Marcos Lorente (guitarra) y Pilar Jalón (teclados). Innervoice nace en 2007 y cinco años después sufre una ‘especial metamorfosis’, que los transforma en una banda de covers de Hard Rock de los años 80 y 90. Han tocado en Logroño, Vitoria, Bilbao y en el certamen internacional de percusión ‘La Rioja Drumming Festival’, además de telonear a Tierra Santa, cuyos conciertos volverán a ser los encargados de calentar el 26 y 27 de diciembre en Madrid y Barcelona. José Lázaro apunta que lo que buscan cuando eligen un tema para incluirlo en su repertorio es “hacernos con la canción, que suene realmente bien, que sea reconocible y creíble”. Los miembros de Innervoice reconocen su influencia del hard rock anglosajón y que tocar sobre el escenario sus temas representa un intenso trabajo. “Queremos clavar cada detalle de aquellos temas y eso suponen horas y horas de ensayo”./Sergio Andrés y Javi Muro.


S.- ¿Cómo surge la idea de poner en marcha el grupo?

Innervoice es un grupo que se creó en 2007. Realmente, fue la reunión de miembros de un grupo de los años 80, que se llamaba ‘Vado Permanente’. Nos juntamos con motivo del concierto homenaje a Gaby, que murió ese año si no recuerdo mal. Tocamos canciones de las que hacíamos en los años 80. A raíz de esa reunión le cogimos el gustillo y continuamos. Decidimos retomar aquellas canciones y de ahí nació Innervoice. Eran canciones propias de ‘Vado Permanente’ y de ‘Lis’, las recuperamos y las ensayamos de nuevo y tiramos para adelante. Fueron cinco años más o menos, pero en 2012 vimos que el grupo como tal no tenía continuidad. Entonces contactamos algunos músicos que ya nos conocíamos de antes y la idea de lo que ahora es Innvervoice surgió rápidamente. Planteamos crear una banda de ‘covers’ con el hard rock como estilo, que es lo que nos apetecía y nos gustaba. Cuando se planteó qué nombre le poníamos al grupo yo no tenía ninguna intención de dar continuidad a Innervoice, pero todos coincidieron en que el nombre estaba bien, que ya teníamos un logo. Así que como al resto del grupo le gustaba, les dije que adelante. Era convertir una banda que trajo al año 2000 canciones de los ochenta en grupo de ‘covers’.


S.- El ser una banda de ‘covers’ tiene sus riesgos, ¿no? No siempre está bien visto. Existe incluso un cierto desprestigio hacia estos grupos, que están considerados como en una segunda división. Algo que es injusto. ¿Cómo veis esta situación vosotros?

Lo que básicamente se suele atacar son las bandas de versiones. Nosotros somos una banda de ‘covers’, pero no somos una banda tributo a un grupo de determinado. Nosotros hacemos canciones tributo a una época y a un cierto estilo musical que es el hard rock y heavy de los años 80 y 90. Nosotros no somos unos clones, que hay muchos y algunos lo hacen mejor incluso que el original. Innervoice lo que trata es, sin ningún tipo de parafernalia y a través de la música, rendir tributo a todos esos grupos que marcaron una época. Sí que es cierto que se piensa que lo que hacemos es muy fácil de montar, muy fácil de vender y que además nos llevamos el fruto del trabajo de otra gente. Piensan que no tenemos capacidad de desarrollar música propia y utilizamos música de los demás. No es cierto, hemos compuesto infinidad de canciones con otros grupos. Innervoice es simplemente tratar de recrear esa música que nos gusta y que nos hace disfrutar, y lleva mucho trabajo. Tratamos de que disfrute quien nos escucha y de disfrutar nosotros, independientemente de cada uno de los miembros del grupo tenga sus historia paralela y sus canciones propias.


S.- Que disfrutáis se nota en vuestros directos. Gozáis sobre el escenario y transmitís…

Cuando disfrutas de lo que haces transmites y llegas a quien te está escuchando, pero detrás hay muchísimo trabajo. Ensayamos muchas horas, muchas semanas, durante mucho tiempo. Trabajamos los temas hasta que resultan creíbles y cuando ves que la cosa funciona, que suena bien disfrutas muchísimo y comienzas a gozar de lo que estás tocando. Claro, entonces la gente se contagia. Hemos encontrado mucha complicidad en el público y nos responden muy bien.


S.- Una cosa que llama la atención es que en Innervoice coincidís gente de diversas generaciones, los que ya tocábais en los 80 y otros miembros muy jóvenes… ¿Cómo se genera esa complicidad entre generaciones diferentes?

Entendemos que la música que tocamos le puede gustar a gente muy variada y de muchas edades diferentes. A mí me tocó vivirla en primera persona, a Fran y Filippo también, pero luego está Pilar, la teclista, e Itziar,y la cantante, que son mucho más jóvenes, y Marcos que tiene 21 años, pero a Marcos es la música que le gusta. No es la que más ha escuchado, pero sí la que le gusta. Con Itziar y Pilar hemos tenido una gran suerte. A Itziar le encanta cantar este tipo de música y Pilar viene del Conservatorio, tiene estudios musicales, interpreta lo clásico espectacularmente bien, pero su música es esta.
S.- Contáis con una cantante femenina, cuando lo habitual en los grupos de hard rock y heavy son voces masculinas.

Sí. Al principio nos planteamos contar con un cantante masculino, pero existe un problema muy serio y es que las escales vocales de este tipo de canciones son brutales. Es muy difícil para un chico llegar a esos tonos y te obliga a estar jugando con las afinaciones. La solución era muy sencilla, que la voz la pusiera una chica. Es más sencillo porque hace más agudos y se acerca más fácilmente a las voces de las ‘malas bestias’ que cantaban en aquella época. Tenemos algún problema en algunas canciones de cantantes que su voz era más grave, pero por lo general a la voz de una chica le resulta más sencillo subir con toda su potencia. Itziar clava las canciones.


S.- También es una seña de identidad para Innervoice el contar con una chica como vocalista en un grupo que interpreta hard rock, ¿no?

Sí, aunque no hemos sido los primeros ni los únicos. Había un grupo NEXX, creo que la cantante se llamaba Patricia Tapia, colaboraba también con Mago de Oz.


S.- Interpretáis algunos éxitos mundiales, pero también os adentráis en temas que pueden considerarse de segunda línea de grupos como Deep Purple, Gotthard, Bon Jovi, Vixen, Whitesnake, Guns N’ Roses, Tyketto, Helloween, Judas Priest, Ozy Osbourne, Europe, Iron Maiden o Mötley Crüe, por citar algunos…

Desde que empezamos en 2012 habremos trabajado unas sesenta o setenta canciones. Algunas de ellas se han quedado por el camino. En un principio tocábamos canciones que nos gustaban mucho a nosotros, pero también te das cuenta que la gente que va a un concierto lo que quiere es cantar, tararear los temas. Desde ese convencimiento comenzamos a comercializar, por decirlo de alguna manera, el repertorio. Buscamos canciones más conocidas, quizá en el extremo pueda estar The Final Countdown de Europe, que la tocan todas las orquestas del mundo e intercalamos temazos menos populares. Son canciones que a la gente le encanta cuando las escuchan, pero que son menos conocidas. Hemos tratado de jugar un poco con el equilibrio en el repertorio. Tenemos que tener en cuenta que a nuestros conciertos no vienen sólo ‘hardrockeros’.


S.- ¿Tenéis conflicto a la hora de elegir las canciones?

Nunca. Sí que es cierto que marcamos claramente los límites. Debatimos sobre las canciones a interpretar. Comentamos, “me gustaría hacer esta canción de este grupo” y “por qué no mejor esta otra”. Tenemos la suerte de contar con Fran, que es el gurú en la materia. Le hablas de una canción de un grupo y te dice: “Espera, ¿has escuchado este otro tema?” Y en ese debate vamos renovando el ‘setlist’. La verdad es que nos ponemos muy rápido de acuerdo; lo tenemos muy claro. Sabemos el estilo en el que nos queremos mover y a partir de ahí no nos vamos a mover.


S.- Lo que sí transmitís es ese espíritu de he estado en esto de la música y sigo en la música…

Es difícil tener una carrera. Del grupo yo fui al que primero le tocó empezar a luchar en y en la época que más difícil era, era el año 82. Yo empecé a tocar en Maristas. Eran las fiestas y estaban allí todas las chicas del Colegio de la Enseñanza, tocamos todos juntos en el mismo amplificador. Luego he tocado con Ramoncín, con Barricada cuando empezaban… Hemos tenido que lucharlo todos, lo que pasa es que eso no lo ve la gente. Luego lo dejamos durante unos cuantos años y volvimos a recuperar los instrumentos casi para montar este grupo. ¿Por qué? Porque nos gusta y Dios quiera que duremos mucho tiempo y sigamos disfrutando.


S.- ¿Habéis notado diferencias de aquellos años a ahora?

Es diferente tener tu propia banda, porque hacer tu propia música y tratar de que la gente te la compre es mucho más complicado. No es que sea más fácil la música, no, sino que esa otra trayectoria ya la hemos realizado durante mucho tiempo. Ahora queremos disfrutar de unos temas que nos encantan.
S.- Os movéis en el hard rock y el heavy, que son estilos con seguidores muy fieles, quizá uno de los más identitarios que existe, ¿no? También un género que en España ha estado muy estigmatizado, pero con gran trascendencia en el Historia de la música con grupos que han vendido más discos que cualquier indie o pop.

Cuando comenzamos en el mundo de la música en los ochenta, al principio de mi carrera musical, éramos los peludos. Además, era la época en que comenzaba la movida y la música que era mucho más respetable y mucho más respetada, la que estaba de moda, no era el heavy en absoluto; era el pop. Empezamos un poco aparte, pero sí es cierto que nosotros hemos seguido haciendo el mismo tipo de música, nos seguimos moviendo y viendo el mismo tipo de gente, mientras otros que hacían otros estilos han derivado por otros derroteros o incluso se han acercado al heavy. Ahora, en los conciertos sigo viendo a gente que ya entonces acudía a vernos a los conciertos. Creo que ahora a quienes les gusta la música, aunque en su día el hard rock no fuera su estilo, se acerca de otra manera.


S.- ¿La gente es ahora menos dogmática, menos cerrada?

Sí, sí, es cierto, es más abierta de miras.


S.- El Heavy es un movimiento muy poderoso, con una fuerza brutal, pero, de alguna manera, existe un punto de inflexión con grupos Bon Jovi, Europe, y Guns N’ Roses, ¿no?

Sí, todos en el año 1987. Son grupos que acercan el heavy al gran público, pero nosotros éramos más macarras.


S.- También es cierto es que el Heavy nacional no era tan importante que el internacional.

A parte de Barón Rojo y Obús, que vendían muchos discos, había mucha más movida en esa música pero no se compraba. Todas esas baladas que comentábamos han servido para atraer al hard rock a gente que no tenía nada que ver con este estilo de música y que, en principio, nunca habían ido a un concierto heavy. Mucha gente desde esas baladas ha descubierto cosas que les gustaban...

S.- ….

Aquí hay muchísima gente a la que le gusta el heavy. Ya sé que no vamos a llenar un estadio, pero sí ahora que hay más conciertos que nunca en Logroño, nosotros -que somos desconocidos, que llevamos poco tiempo funcionando- conseguimos llenar el Biribay, pues significa que tenemos posibilidades.


S.- Ahora hay muchos grupos…

Sí. Hay muchos grupos, pero así como hace unos años había una cierta estabilidad de un tiempo a esta parte ha habido mucha disolución. Han desaparecido grupos de la vieja guardia. De tres años aquí se han disuelto muchísimos grupos. Los músicos continúan porque siguen tocando, pero no hay tantas bandas, que normalmente formaban parte de los carteles de los conciertos en La Rioja. Ahora, se está mezclando gente que procede de grupos muy diversos.


S.- Aquí en La Rioja tenemos un icono que es Tierra Santa, si hubieran sido Vetusta Morla  o  Love of Lesbian…

Bueno, posiblemente, cuando salió Tierra Santa no se hubieran comido nada. Está claro que si no te lo curras no llegas a nada, la suerte hay que buscarla y Tierra Santa fue un grupo que salió cuando tenía que salir. Aprovechó el tirón que tenía ese tipo de música fuera de aquí y, además, hicieron la música que a ellos les gustaba. Lo hicieron muy bien y llenaron una parte del mercado en la que en ese momento no había nadie. Han sido muy fieles a su estilo y tienen su legión de seguidores.
S.- Sois teloneros de Tierra Santa…

Sí, el año pasado tuvimos la suerte de ser teloneros de Tierra Santa cuando presentaron su nuevo disco. Ellos lo que no querían era meter otra banda, teloneros propiamente dicho, a ellos le gusta que por delante vaya una grupo que caliente al público, que lo deje preparado para cuando ellos vayan a salir al escenario. Hablamos con Ángel –cantante y guitarrista de Tierra Santa- y nos comentó que para ellos éramos el grupo perfecto.


S.- Esos conciertos son ya palabras mayores, ¿no? Son salas grandes.

Claro, nosotros aspirábamos de inicio a tocar cada vez mejor y tener la oportunidad de actuar en locales pequeños para mostrar la música que hacíamos. Ir de la mano de Tierra Santa supone presentarte ante mil y pico personas, algo que en principio no habíamos ni imaginado. Es un pacer y ahora mismo creo que es a lo máximo que podemos aspirar.


S.- La impresión que ofrecéis es la de estar disfrutando mucho y que tenéis cuerda para rato…

Creo que sí. Tenemos cierta estabilidad a nivel de componentes del grupo. Al principio hay gente que se sube al carro pero surgen vicisitudes personales que a veces no te permiten continuar… ahora Innervoice es una banda estable. Eso se nota.


S.- Además, todos tenéis vuestra vida fuera del grupo…

Todos tenemos nuestra familia, nuestro trabajo, incluso Marcos viene a cada ensayo desde Calahorra a Logroño, en verano, en invierno o cuando haga falta. Hace falta mucha dedicación y muchas ganas. El grupo es un trabajo más allá de nuestro trabajo personal y queremos disfrutarlo. Por eso, también celebramos nuestras cenas que nos permiten salir de la rutina en la que hemos podido caer, en esas ocasiones –bromea- somos ‘Dinnervoice’. A veces, para que el grupo mejore no es necesario agarrarse a los instrumentos sino dedicar un día a hablar entre nosotros, a comentar canciones que nos puedan resultar interesantes, por ejemplo.
S.- La realidad es que bandas como la vuestra están ya en conocimiento de la gente.

Creo que en nuestro caso, si la gente nos conoce, es porque hacemos algo diferente a lo que se venía haciendo. Todos los grupos, o la mayoría, dentro de sus repertorios meten versiones. Es decir una canción que te gusta, que puede coincidir con el estilo del grupo o no, y la interpretas a tu manera, la llevas a tu terreno y la tocas. Luego también está el tema de las orquestas. Pero aquí en Logroño, un grupo dedicado a un género muy concreto y a una época muy concreta no había. A eso hay que unir que hemos tenido la suerte de tocar en eventos importantes donde nos ha conocido mucha gente en muy poco tiempo.


S.- El heavy es un género que siempre ha contado con seguidores muy devotos, ¿no?

Sí, a la gente que le gustaba en el año 85, en 2014 sigue escuchando la misma música.


S.-  ¿El heavy en España –como algunos otros géneros- ha sido víctima de cierto clasismo? Y ha tenido una gran influencia en géneros posteriores.

Sí, pero ahora hay muchos músicos de géneros que no tienen nada que ver, que te reconocen la influencia que ha tenido el heavy en ellos y que en su momento la música que tenían como espejo era esta. El heavy ha sido la base de muchísimos guitarristas de muy diferentes estilos.


S.- Incluso en ventas, los grupos de heavy y hard rock destacaban, pero después no ha existido el reconocimiento que probablemente merecían, ¿no? La Movida Madrileña estaba bien, era guay, pero estos otros grupos… Obús, Barón Rojo… cierto clasismo…

Bueno, es lo que interesaba vender en aquel momento.


S.- ¿Cómo tribu urbana, el heavy era más fiel?

Bueno, lo que pasa es que el que ha sido heavy lo ha sido siempre. Los que hemos sido, lo seguimos siendo. Quizá, en aquellos años ochenta, te gustaba la música heavy y sólo la música heavy y ahora estás más abierto a descubrir también otras propuestas. Puede ser. En aquella época todos éramos un tanto radicales. Al que le gustaba el pop, sólo le gustaba el pop, y lo demás era una mierda y viceversa. Quizá, nos mirábamos demasiado el ombligo. Hoy en día, hay personas que acuden a conciertos de géneros absolutamente diferentes.


S.- Ahora, la variedad de público en vuestros conciertos también es una nota apreciable.

Sí, sí. En el concierto que ofrecimos en el Biribay, había gente que conocía porque vienen a vernos regularmente, gente que siempre ha sido heavy y había también un par de grupos de chicas que parecía que hubieran ido a una discoteca porque estuvieron bailando desde la primera hasta la última canción. A priori no había nada que las identificara con nuestro estilo musical.

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