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{DEPORTE / OTROS DEPORTES}

Deloor, un belga en el primer párrafo del relato de la Vuelta

Antonio Escuret fue el primer español en ganar una etapa en una carrera que celebra su 68 edición

En 1935 se inventó el parquímetro, se estableció el récord de velocidad en el aire -566 km/h-, salió a la venta el Monopoly y se disputó, por primera vez, la Vuelta a España. Entonces, las bicicletas eran terriblemente pesadas y quizá el único consuelo para los participantes de que aquella edición pionera era la ignorancia, el desconocimiento de que setenta años después, gracias a los avances tecnológicos, la Vuelta, el Tour y todas las demás carreras se correrían sobre bicicletas infinitamente menos pesadas, 10,5 kilos en el caso de Indurain o 6,8 -peso mínimo admitido actualmente por la UCI- hoy en día.


Tampoco disponían de cambios de desarrollo. Mientras los cicloturistas ya comenzaban a utilizarlos en sus bicicletas de viaje y paseo, los corredores seguían rechazando el avance técnico por miedo a incrementar el rozamiento sobre la rueda; su mayor preocupación en aquel momento. Así que en función de si ascendían o bajaban, se detenían y cambiaban el sentido de la rueda trasera, modificando así el desarrollo empleado.


Así, que el 29 de abril de 1935, cincuenta ciclistas estaban inscritos en aquella primera carrera a lo largo y ancho de España. Medio centenar de corredores dispuestos a llevarse los laureles en aquella incipiente competición moviendo con su pedaleo un cuadro de hierro cercano a los veinte kilos y sin posibilidad de modificar mecánicamente la resistencia de la cadena.


Cuentan que todo había comenzado a cambiar –aunque fuera lentamente- un 11 de noviembre de 1927, cuando Tullio Campagnolo descendía el Croce D’Aune, -en plenos  Dolomitas y rodeado de nieve-, y trató de cambiar la posición de la rueda trasera para pasar al piñón grande. Ahí comenzaron los problemas, el intenso frío había congelado las tuercas de palomilla y con las manos ateridas no lograba hacer la fuerza suficiente para aflojarlas. Mientras lo intentaba una y otra vez dicen que no paraba de repetir: “Algo tiene que cambiar aquí atrás”.


Tullio Campagnolo se presentó en 1930 en la oficina de patentes de Vicenza con la solicitud para su sistema de cierre rápido para ruedas de bicicleta y tal y como dijo en la cima del Croce D’Aune, algo cambió ahí atrás.

 

Aún así, las suspicacias sobre los cambios de desarrollo no habían desaparecido en el pequeño pelotón al inicio de la primera edición de la Vuelta a España. Una competición que surgió por la iniciativa de Clemente López Doriga, en colaboración con Juan Pujol, director de Diario de Informaciones. El precedente sobre el que se reflejaron los organizadores de la primera Vuelta a España fue el Gran Premio de la República (1932-36), que sobre el recorrido Eibar-Madrid-Eibar organizaba Bicletas Eibar, y que supuso la primera carrera ciclista disputada a nivel nacional.
López Doriga y Pujol diseñaron un recorrido de 3.425 kilómetros divididos en 14 etapas con inicio y fin en Madrid y con llegadas parciales en Valladolid, Santander, Bilbao, San Sebastián, Zaragoza, Barcelona, Tortosa, Valencia, Murcia, Granada, Sevilla, Cáceres y Zamora.


Los participantes encadenaron diez etapas de más de 250 kilómetros sobre sus bicicletas de hierro lo que, junto a la escasa preparación física de la época, provocó que tan sólo concluyeran la Vuelta 29 ciclistas de los cincuenta inscritos.


El éxito llegó pronto para un corredor belga. Antoine Dignef se anotó el triunfo de la primera etapa –Madrid-Valladolid- y vistió el primer maillot de líder, que aquel año inaugural era de color naranja. El liderato le duró tan sólo una jornada, ya que al día siguiente Antonio Escuret logró la primera victoria local, convirtiéndose también en el primer español en liderar la carrera.


En la tercera etapa, con final en Bilbao, apareció la figura de otro belga, Gustaaf Deloor. Se anotó la victoria y se aupó al primer lugar de la clasificación, puesto que ya no abandonaría hasta el podio en Madrid.


Deloor mantuvo una enconada batalla por el triunfo final con Mariano Cañardo. Las crónicas relatan que el corredor español sufrió a lo largo de la carrera todo tipo desgracias. A los continuos pinchazos y averías –los ciclistas debían resolver estos problemas por si mismos y no era extraño que algunos terminaran las etapas en bicicletas de paseo cedidas por espectadores-, se unió la retirada prácticamente al completo del resto del equipo español.


Aún así, Cañardo plantó cara al ciclista belga durante gran parte de la Vuelta, aunque no pudo resistir a la mayor regularidad de Deloor que finalmente le aventajó en 12’33’’ en la meta de Madrid. Era el 15 de mayo y el tercer cajón lo ocupó Dignef, a 19’15’’ del vencedor.


En aquella primer Vuelta a España las victorias de etapa se las repartieron entre belgas, austriacos, italianos y españoles. Cuatro corredores locales lograron victorias parciales: Antonio Escuret, obtuvo el triunfo en la segunda etapa disputada entre Valladolid y Santander –una victoria histórica, al ser la primera de un español-; Mariano Cañardo ganó la quinta, entre San Sebastián y Zaragoza; Antonio Montes, levantó los brazos en la séptima, que unió Barcelona con Tortosa; y Salvador Cardona, venció la novena, que enlazó Valencia y Murcia.


El ganador de la clasificación general se anotó tres triunfos de etapa, a las que sumaría siete más al año siguiente, cuando repitió victoria final. Aquella primera edición de la Vuelta la concluyó Deloor a una velocidad media de 27,204 km/h (Vuelta 2012: Alberto Contador, 38,7 km/h). De igual manera aquel año, también se estrenó el Gran Premio de la Montaña, un mítico galardón que logró con sudor e incluso alguna lágrima el italiano Edoardo Molinar. Por equipos el triunfo recayó en el equipo belga, los grandes dominadores del naciente ciclismo de competición.

 

Aquel año 1935 se escribió el primer párrafo de un relato deportivo lleno de héroes e historias míticas. Tras las dos victorias de Deloor, la Vuelta se suspendió a causa de la Guerra Civil y no se reanudó hasta el año 1941, con la primera victoria de Julián Berrendero. La carrera volvió a aplazarse los años 1943, 1944 y 1949, y entre 1951 y 1954.
Mariano Cañardo, el segundo clasificado de aquella carrera de 1935, nunca logró la victoria final en la Vuelta. Buen escalador y decente contrarrelojista consiguió un récord aún vigente con sus siete triunfos en la clasificación general de la Volta a Cataluña, éxitos a los que sumó un sexto puesto en el Tour y una victoria de etapa en la ronda francesa.


Desde aquella primera edición, la Vuelta ha recogido en su palmarés a los más ilustres corredores de cada época. Loroño, Jaques Anquetil, Pulidor, Jan Jansen, Gimondi, Ocaña, Fuente, Mercks, Hinault, Zoetemelk, Marino Lejarreta, Pedro Delgado, Rominger, Ulrich, Roberto Heras, Vinokourov, Contador, Valverde y Nibali han llegado a Madrid como líderes. Tan sólo se echa en falta los nombre de Miguel Indurain y del defenestrado Lance Armstrong.


Roberto Heras y Tomy Rominger son los corredores con más victorias en la general, cuatro cada uno; mientras que Delio Rodríguez es el ciclista con más victorias de etapa (38), seguido de Patachi (20), Jalabert (18), Rik Van Loy (18) y Sean Kelly (16). Entre los corredores españoles Txomin Perurena acumula doce y si miramos a los ciclistas que continúan en el pelotón Alejandro Valverde y Purito Rodriguéz contabilizan siete cada uno.


La Historia de la Vuelta cuenta que Angelino Soler fue el corredor más joven en ganar la carrera, lo hizo en 1961 con 21 años, y que Alex Zülle es quien más días ha vestido e maillot de líder (48). Al corredor suizo le siguen Roberto Heras (34), y Gustaaf Deloor y Delio Rodríguez con 32. Rodríguez acumula un apunte más en la memoria de la ronda ciclista española, ya que consiguió en 1945 la victoria con mayor ventaja respecto al segundo clasificado, 30’08’’ sobre Julián Berrendero. La mínima se estableció en 1984 entre el sorprendente Eric Caritoux y Alberto Fernádez: tan sólo seis segundos.


El reinado de la montana en la Vuelta a España está ligado al nombre de José Luis Laguía. Lo ganó en cinco ocasiones. Si nos atenemos a las veces que un corredor ha pisado el podio final, regresan los nombres de Heras (7), Delgado(5) y Ocaña (5). Entre los ciclistas que siguen dando pedales profesionalmente, Alejandro Valverde ocupa la sexta posición de esta clasificación con cuatro podios, un primer puesto, dos segundos y un tercero; este año vuelve a ser uno de los favoritos.

 

El sábado 24 de agosto comienza en Vilanova de Arousa la 68 edición de la Vuelta a España con un recorrido de 3.359 kilómetros, seis etapas llanas, trece etapas de media y alta montaña (39 puertos), una contrarreloj por equipos (27 km) y una contrarreloj individual (38 km).

 

Entre los favoritos al triunfo en la clasificación general tres nombres destacan sobre el resto: Vizzenzo Nibali, Purito Rodríguez y Alejandro Valverde, a los que se pueden sumar Rigoberto Urán, Bauke Mollema, Samuel Sánchez, Beñat Insausti y Kreuziger. Por detrás, Mikel Nieve, Igor Antón, Gorka Verdugo, Batancour, Ten Dan, Ivan Basso, Dani Moreno, Hornes, Kiserlovsiki, Henao, Scarponi, De Clercq, Gerrans, Clark, Thibout Pinot, Majka y Thomas de Gendt pueden apuntarse al efecto sorpresa.
El año pasado, Contador, Valverde, Purito y Froome ofrecieron un espectáculo increíble etapa tras etapa, con el colofón del ya mítico ataque desde lejos –a 50 kilómetros de meta- de Alberto Contador camino de Fuente De, alto en que se hizo con el liderato que ya no abandonó. Ahora las bicicletas son más ligeras y la tecnología permite jugar con los desarrollos tratando de ajustarlos al trazado y al dolor en las piernas, pero el ciclismo mantiene ese espíritu de relato bien contado, con su planteamiento, su nudo y su desenlace; con historias paralelas que se desgajan de la narración principal enriqueciéndola, con personajes principales y actores secundarios de nominación segura. Quizá por eso, alguien dijo que la bicicleta siempre será el vehículo de novelistas, poetas y cuentacuentos…/Javi Muro
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