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'Nos falta ganar la batalla del prestigio del vino en casa'

La Asociación de Bodegas Familiares de 'Rioja' presenta la añada 2013. Hablamos con su presidente

Óscar Tobía es el presidente de la Asociación de Bodegas Familiares de ‘Rioja’, que ha celebrado la XVII Cata Presentación de Añada, en este caso la 2013. Un evento en el que han participado 21 bodegas familiares y a la que asistieron más de mil doscientas personas. Además, de la presentación de los nuevos vinos, la asociación, ya desde el año pasado, ha mostrado en la cita los nuevos lanzamientos de añadas anteriores. Óscar Tobía asegura que lo que diferencia a las bodegas familiares es la ilusión y el espíritu a la hora de entender la elaboración del ‘Rioja’./Javi Muro


SPOONFUL.- Aún existen bodegas familiares. Hubo un tiempo en que parecía que grandes grupos, bancos y otras corporaciones se iban a hacer con todo…

Sí, sí… Hay muchas bodegas familiares. El concepto de bodega familiar no quiere decir que sea una bodega pequeña. Tenemos casos de bodegas familiares que son bandera de marca española fuera del país; es decir, que son grandes empresas y siguen manteniendo esa estructura familiar. La idea es seguir con una estructura independiente sea cual sea el tamaña, conviven desde pequeñas bodegas, de las que hay varias en la asociación, hasta algunas de las más grandes de España, como es Bodegas Torres, y que sigue siendo una empresa familiar.


S.- ¿A las bodegas familiares os diferencia el espíritu, vuestra filosofía, a la hora de entender la elaboración del vino frente a otras propuestas?

Sí, lógicamente. De lo que se trata también es de ofrecer un producto –ya sea el vino que elaboramos o las visitas a bodegas- en el que prime el trato directo con quien hace el vino. Las bodegas familiares, más aún las de pequeño tamaño, somos únicas en ese sentido. Ofrecemos un trato directo, cosa que no pueden ofrecer empresas grandes.


S.- ¿Qué identifica a las bodegas familiares respecto los grandes grupos que tiene bodegas en todas las denominaciones e incluso en diferentes países?

El compromiso con la tierra y lo que te decía, desde la viña a la relación con el cliente siempre un trato directo, con quien hace el vino y con quien cultiva las uvas. Los intereses que tenemos, siempre que nos toca defenderlos sea en el Consejo Regulador, sea Ministerio de Agricultura, ya sea Europa, pasan por la defensa a ultranza y única que tenemos de la pequeña bodega en el Denominación de Origen Rioja.


S.- ¿Qué calificativo emplearías para definir a la bodega familiar en Rioja?

Sobre todo, ilusión. Es fundamental. La mayoría de las bodegas de la asociación, aunque si hay alguna de tres y cuatro generaciones, somos de primera o segunda generación, con lo cual es patente esa energía que se pone día a día para ir a más, desde la valoración de la uva a la ilusión que nos hace a todos tener una botella en una vinoteca en Barcelona, en Madrid o en Londres. Ese trabajo, esa ilusión es la que te hace ser constante, es la que hace también que nuestro trabajo sea peculiar y poco monótono, ya que lo mismo estás cogiendo un vuelo para asistir a una feria en cualquier país del mundo que haciendo muestreos en la viña.


S.- Tratándose de bodegas de segunda y primera generación, de alguna manera, estáis recuperando una forma de entender la elaboración del vino de ‘Rioja’, ¿no?

Si te das cuenta de la evolución de las bodegas en ‘Rioja’ –o en La Rioja, donde ha sido más acusada esa transformación-, y si nos remontamos dos generaciones atrás se contabilizarían quince o veinte bodegas de crianza –me pueden bailar un poco las cifras-, pero no habría muchas más. Había muchas bodegas pequeñitas, pero eran de cosechero. Eran bodegas que no tenían ni agua corriente. Recuerdo con catorce o quince años ayudar a mi padre con los trabajos en la cueva, entonces no se llamaban bodegas, que había que llevar agua en cubos para limpiar el lago. Entonces, por los años ochenta sí que hubo una transformación. Eran explotaciones inviables por la incomodidad del trabajo. La fórmula por la que se optó para la transformación en bodega moderna, que yo considero equivocada, fue la cooperativista. Y digo que fue un error porque, al final, la cooperativa en comparación con la transformación en bodega particular, familiar, lo que hace es poner cortapisas al desarrollo de marca y un mayor número de empresas, que es lo positivo. Un mosaico de tipos de vinos creo que siempre es positivo. Eso cambio el perfil de la tipología del tejido empresarial. Los vecinos alaveses llevaron el movimiento cooperativista un tanto de lado y se potenció la transformación de las bodegas de cosechero en bodega familiar.
S.- Una de las peculiaridades de la bodega familias es, corrígeme si me equivoco, que disponéis de viñedos propios. Es algo realmente importante para elaborar el vino tal y como queréis, ¿no?

Sí, y además, ejercemos un poco de amortiguadores en el tema de los precios de la uva. Incluso el Consejo Regulador está dividió a un lado los productores y a otro los comercializadore; nosotros somos el nexo e incluso somos los que ponemos un sentido tampón a esa lucha de precios. Cuando produces uva y elaboras y comercializas vinos te das cuenta que no se trata de que la uva esté lo más baja posible de precio y también entiendes que tampoco puede subir desmesuramente.  Quizás somos, los que más valoramos ese debate. Entendemos que la uva tiene que ser rentable, pero tampoco tener un precio que sea una cortapisa para la comercialización del vino. Abogamos por un precio digno de la uva y sobre todo, diferenciación en función de las calidades, que creo que es la asignatura pendiente que tenemos aquí, en esta Denominación.


S.- ¿Y qué supone para la elaboración de tus vinos el control del tu propio viñedo?

Eso es fundamental. Si vas a elaborar vino con esas uvas, vas a elaborar con la mente puesta en la calidad final de esas uvas. No es lo mismo que pensar voy a vender las uvas, no sé ni a como me las van a pagar, ni quien las va a comprar. No quiere decir que no sean de calidad…. Pero lógicamente, si ya tienes en mente en que se van a transformar esas uvas la forma de trabajar es más sugerente.


S.- Es lo que hablabas antes… la ilusión comienza ya en la viña…

Sí, sí, claro. Si te das cuenta, cada vez recibimos más visitas de China, Japón o Estados Unidos, quieren saber el origen, de dónde nace ese vino.


S.- ¿Qué os llevó a asociaros a las bodegas familiares?

Vimos que desde el punto de vista de la representatividad en el Consejo Regulador necesitábamos ir asociados, tener una voz única que defendiera los intereses de la pequeña bodega. Aquí, en Rioja, tenemos la suerte de que están presentes todos los grandes grupos de España e inversiones millonarias de fuera, grupos que manejar la comercialización pensando más en el beneficio. Lógicamente, al tomar decisiones reglamentarias en el Consejo Regulador… pues, a veces, esas decisiones que benefician el desarrollo de esas grandes empresas, perjudican el desarrollo de las pequeñas. Vimos que eran absolutamente necesario tener voz, voto tenemos poco, porque ahora mismo nuestra asociación representa un cinco por ciento más o menos de la comercialización total, pero bueno, al menos estamos presentes donde se toman las decisiones. Siempre hemos aportado bastante cordura en las discusiones que ha habido a la hora de tomar decisiones. Por otra parte, la asociación arropa también a esas pequeñas empresas que empiezan a dar sus primeros pasos; ofrecemos asesoramiento sobre las gestiones a realizar. Tratamos de llevarles un poco de la mano en esos primeros pasos.


S.- ¿Surgen nuevas bodegas en estos tiempos?

Sí, la verdad es que sí. No dejan de surgir, lo que siempre es positivo. Incluso en estos años de crisis sí que ha habido gente que ha dado el paso. Gente que tenía una explotación vitícola y que ha dado el paso a poner en marcha una bodega y comenzar a comercializar.


S.- Parece sorprenderte en una época de crisis…

De crisis y en un momento de muchísima competencia. Date cuenta que hemos ido creciendo y que ahora en ‘Rioja’ estaremos rondando las seiscientas bodegas; el crecimiento ha sido bestial.

 

S.- ¿Por qué... se ha notado la crisis en el sector?

Muchísimo. El consumo en España ha descendido en doce años, de 2000 a 2012, una cuarta parte. Estamos en el ranking de consumo per capita en el puesto 17. Somos el único país de dieta mediterránea con unos consumos tan bajos. Algo pasa, para bien o para mal, somos un país distinto. La crisis económica ha afectado por la falta de poder adquisitivo, pero afecta también otra crisis que tiene que ver con lo que decía de la falta de prestigio, con la mala imagen de vino. Haciendo autocrítica, igual la gente del propio sector hemos hecho del vino algo demasiado elitista. Igual tenemos que hacer más atractivo el vino a la gente, no puede ser que tengan que aprender a catar. De una forma u otra, tenemos que crear un debate para llegar a una solución. No podemos ser el país productor número uno del mundo y estar en consumo per capita en el puesto 17. Algo pasa…
S.- Dentro de vuestras actividades como asociación se engloba la ‘Cata Prensentación de la Añada 2013’ que tiene lugar este jueves, ¿no?

Sí, es un acto que venimos haciendo desde años atrás, esta es ya la edición XVII. Ahora, estamos en un punto de inflexión en el que queremos también darle un enfoque distinto. Creo que lo que nació como una puesta de largo de los nuevos vinos de la añada tenemos que pensar ya en darle otra vuelta de tuerca e introducir componentes que prestigien esa puesta de largo. Creo que es un problema, no sólo de ‘Rioja’, sino en conjunto de España. Creo que la labor que no hemos sabido hacer bien las bodegas ha sido prestigiar el consumo de vino en España. Parece que aquí, siempre que se hace un acto en el que aparece el vino no está apreciado lo que merece; estos actos corren el riesgo de convertirse a veces en un botellón. Eso es algo que a toda costa tenemos que evitar, por el bien del producto, del vino. La semana pasada estuve en una feria en Londres que organiza la revista ‘Decanter’, hace uno de los concursos más serios y califica los vinos que se presentan. Suelen hacer monográficos y en esta ocasión fueron alrededor de cincuenta bodegas españolas y portuguesas, unas en un salón y otras en otro, pero dentro del mismo acto, en un hotel de lujo en el centro de Londres, con una puesta en escena espectacular. Asistieron a ese acto unas mil personas que tuvieron que abonar, no sé si fueron 48 euros o 48 libras, pero realmente, esa gente, sean profesionales del sector o aficionados pagó esa cantidad por asistir. Aquí, ahora, estamos en el polo opuesto en el prestigio del vino. Nos hemos acostumbrado a repartir vino gratis, mientras que fueran nos hacen la ola, siendo los vinos riojanos los mejores del mundo en relación calidad precio. Nos falta ganar la batalla del prestigio del vino en casa.


S.- ¿Qué veremos el jueves en Riojaforum?

Nos encontraremos a 21 familias que presentan sus vinos, no sólo los primeros de la añada 2013, que por cierto hay que recordar que ha sido una de las más complicadas de los últimos años por la climatología, por el desbarajuste climatológico. Además, la mayor parte de las bodegas llevaremos también algunos vinos crianza y reserva, y algún vino especial.


S.- Edición XVII de la Cata, el aficionado a descubrir nuevos vinos tiene esta cita ya marcada en su calendario, ¿no?

Sí. En el público que asiste hay un poco de todo. Hay un representación institucional, todo lo relacionado de alguna manera con el mundo del vino asiste en representación oficial; también acude gente del sector que trabaja en otras bodegas, que aunque no sean de la asociación son bienvenidos porque se crea un ambiente de coloquio interesante alrededor de la nueva cosecha. Y luego, por supuesto, todos esos aficionados no sólo de La Rioja –viene gente también de fuera- que quieren conocer de primera mano lo que puede ser la añada de una forma conjunta. En la Cata puedes realizar un muestreo bastante completo para extraer conclusiones.


S.- Hablabas de la gente que acude desde otras ciudades y comunidades, creo que el enoturismo es otra las acciones que potencias desde vuestra asociación, ¿no?

Sí, la mayor parte de las bodegas mantenemos la bodega abierta en fin de semana y estamos encantados de recibir a gente que quieran conocer y ver cómo hacemos el vino.


S.- Tras escucharte, ¿Las bodegas familiares son las que preservan el espíritu del ‘Rioja’?

Pues hombre, si me dejas utilizar un símil en el desayuno de los huevos fritos con chorizo la gallina está interesada pero el realmente comprometido es el cerdo; en este caso, los grandes grupos si ven que la cosa no marcha, pues… se van a otro lado, cierran la caseta y punto. Nosotros no podemos. Una bodega familiar es la que compromete todo lo que tiene y los beneficios futuros en un proyecto que es vital. El compromiso nuestro para con la tierra es del doscientos por cien.




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