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{VIVIR / CIUDAD DIGITAL}

'Los medios de comunicación han llegado a internet después de la gente'

La periodista Delia Rodríguez ha escrito 'Memecracia', sobre contagios y manipulación en la red

Delia Rodríguez es periodista, trabaja como redactora jefe en el Huffington Post y colabora en el programa de radio 'La Ventaba' hablando sobre el viral del día. Delia es también la autora del blog 'Trendic Topic' de 'El País' y colaboró en el lanzamiento de la web de la revista 'SModa'. Ahora ha publicado un libro, 'Memecracia. Los virales que nos gobiernan', en el que analiza un mundo en el que internet ha multiplicado la información y los medios de comunicación tradicionales han fallado. "Un lugar desconcertante -reza la presentación del libro- en el que las ideas que logran captar la atención del público no son las mejores, ni las más nobles, ni las más útiles, ni las más veraces, son las más contagiosas". Delia tiene claro que internet es "uno de los grandes cambios de la Historia, la gran revolución que estamos viviendo ahora", pero del mismo modo invita a poner las cosas en duda, ya que algunas de esas ideas contagiosas "utilizan internet como herramienta para manipularnos"./Javi Muro

 

S.- ¿Qué es 'Memecracia'? Y ¿Qué nos vamos a encontrar al leer tu libro?

Memecracia son años de obsesión por algo que yo creía que estaba cambiando. El origen del libro se remonta a que a mí me encanta internet y la cultura popular de internet, lo que pasaba de una forma subterránea, de lo que habla la gente, lo que de repente tiene de nuevo y que no tiene nada que ver con la red oficial, con el internet oficial.

 

S.- ¿Cómo te decides a iniciar el estudio sobre la Memecracia?

Desde que llevo conectada –ya trabajaba en internet en 1999- notaba que esa cultura popular del red se incrementaba por los contagios, por las modas, por las tendencias, veía que cada vez había más. Además, constaté que ese tipo de historias se estaban utilizando para generar corrientes a favor o en contra de algo de forma intencionada; es decir, se estaban empezando a utilizar para manipular a la gente. Me senté a analizarlo y me encontré con un nuevo sistema informativo al que llamo Memecracia y que está caracterizado por un aumento brutal del volumen de información. ¿Por qué? Porque estamos mucho más conectados entre nosotros gracias a internet y porque esa información ya no se puede filtrar. Hace unos años los medios de comunicación de comunicación podían filtrar, ahora ya no, recibimos información y estamos solos antes ella, sin tratamiento… una información publicada aquí puede estar leyéndose, si tiene éxito, en cualquier parte del mundo en horas. Este nuevo sistema informativo -porque es un nuevo sistema informativo-, ha cambiado muchas cosa, la forma en qué pensamos, la forma en qué la televisión funciona…  creí que tenía que escribir un libro para contar lo que estaba pasando, para ponerle nombre, para aportar mis ideas y hacer una pequeña aportación intentando explicar qué es lo que está sucediendo.


S.- De alguna manera estamos en internet sin saber si lo que nos llega puede ser positivo, negativo, verdad, mentira, manipulado… somos un poco inconscientes, ¿no? ¿Accedemos a internet con demasiada buena voluntad?

Es que no estamos a la defensiva. A través de internet nos entra todo, lo bueno, lo malo, en internet trabajamos, en internet nos divertimos, hablamos con la familia, en internet hacemos todo, pasamos de leer un correo de trabajo a ver un vídeo viral de youtube. La diferencia es que antes pasábamos de, por ejemplo, estar comiendo con la familia a después asistir a un mitin de un partido político. Sabías que ahí te podían vender una moto, ahora mismo estás leyendo un correo electrónico y prácticamente al mismo tiempo viendo otra cosa… todo nos ocurre delante de inter', estamos revisando correos electrónicos, recargando twitter o facebook, mirando si alguien nos hace caso, comprobando si hay información nueva, recibiendo botamina, y eso nos lleva a una estado de emoción que nos hace estar mucho más receptivos a otras cosas. El problema  viene en la confusión de estados de ánimo, de la confusión mental, porque no estamos separando bien lo que hacemos a través de internet. Por ejemplo, vienes de una carrera, llegas súper emocionado y te sientas delante del ordenador, tienes un subidón tal de energía que te hace ponerte a enviar y recibir enlaces, a tuitear, mandar correos, y eso es puramente físico. De hecho es un ejemplo sacado de un estudio científico, en el que ponían a un grupo de chavales a correr y luego éstos eran más sensibles a enviar información por internet que los que no habían estado corriendo. Nuestro comportamiento en internet varía tanto en función de tantas cosas que todavía no sabemos muy bien cómo manejarlo.


S.- Pero ya tenemos claro que internet es información, ¿no?

Bueno, internet es el medio de medios. Está la tele, está la radio, está el periódico y para ellos internet sigue siendo una novedad. Hasta ahora la relación de los medios con sus telespectadores, oyentes o lectores era  más o menos unidireccional, de uno hacia muchos. Desde la televisión hacia millones de personas, desde el periódico a cientos de personas e igual desde la radio. Además, el feed back de retorno era mínimo, una carta al director, una llamada, algo anecdótico. Ahora con internet todo eso se ha acabado, el feed back es instantáneo, mundial y poderoso, y nos encontramos con que todo el mundo es un pequeño medio de comunicación. Todo el mundo está intentando emitir su información a la red. Te encuentras con que tienes a tu madre, a tu hermano, a tu vecina en Facebook tratando de competir por tu atención con la tele, con la radio… y tenemos recursos limitados, el día tiene 24 horas. Tenemos muchos más agentes tratando de captar nuestra atención, por eso las radio las teles, todos los medios, son cada día mejores atrayendo tu atención. La publicidad, el spam, todo está tratando de captar tu atención y todo eso se ha convertido en la información que tu tienes que decidir recibir o no recibir.
S.- Al hilo de lo que cuentas, ¿los medios de comunicación tradicionales han estado lentos, han llegado tarde a internet?

Han llegado después de la gente, después de las personas, y eso no se les ha perdonado jamás. Los blogs llegaron de una forma muchísimo más amplia y más activa que los medios. Internet estaba plagado de blogs para cuando los medios de comunicación descubrieron la potencia que tenía. La gente descubrió antes internet que los medios de comunicación o, al menos, la gente entendió mejor de qué va internet, esa potencia comunicadora de muchos a muchos, entre iguales, no desde esa idea de ‘estoy aquí en un altar’. La gente lo entendió a la primera. Los medios de comunicación tampoco han acabado por entender cómo funcionan plataformas como twitter o facebook. Ahora desde los medios se piensan “esto lo teníamos que haber inventado nosotros", pero no podían inventarlo porque no pensaban en que la gente se comunicara, sino en comunicar ellos. Los medios han llegado a internet tarde y con el paso cambiado, con una mentalidad que les está costando cambiar y que puede ser la que termine acabando con ellos.


S.- ¿Existe obsesión por ser viral en internet?

Claro que es una obsesión; pero es normal, es que estamos hablando de dinero, de votos, de compras, de espectadores… y todo eso tiene un valor económico muy importante. Pongamos, cuando salió el vídeo de Lady Gaga, con uno de sus vestidos… esos son millones y millones en publicidad y autopromoción; es decir gente que no sabía quién era Lady Gaga desde ese momento supo quién era. Esa señora es la más famosa del mundo por la promoción que ha hecho, y eso es dinero, en discos, en conciertos y en mil cosas más. Cuando Obama lanza un tuit súper calculado para que la gente lo retuitee acaba siendo el tuit más difundido. Esos son votos, es reafirmar su papel como presidente. Cuando Dove hace un anuncio súper viral de las mujeres reales, aludiendo a la autoestima de la mujer, está ganando dinero a espuertas. Date cuenta que está haciendo una campaña de publicidad, con un solo vídeo, que está llegado a miles de personas. Eso no se podía comprar antes ni con todo el oro del mundo; ahora puedes, y puedes hacerlo con un solo vídeo. Hay gente que desde su casa, con un solo blog, se hace rica y famosa. Hay blogs de casi todas las materias que han conseguido tal número de fans que les ha ido muy, muy bien. Y es que cuando todo el mundo está luchando por captar la atención, la gente que sabe cómo conseguir esa atención tiene un tesoro. Y un tesoro significa dinero, votos, compras… tienen un poder espectacular.


S.- Alguna vez te he escuchado decir que todo esto no es nuevo, que ya pasaba antes…

Claro, todo esto ya existía. Cuando estábamos en la tribu si una de las chicas se hacía una trencita estoy segura que otra le seguía y también se hacía la trenza y además esa idea podía acabar en tres tribus más allá. Los contagios siempre han existido, lo que pasa es que eso podía tardar años o siglos. Una idea como el cristianismo tardó siglos en difundirse. ¿Qué ocurre ahora? Pues que internet ha cogido el mundo y lo ha hecho pequeñito, pequeñito, nos ha unido más. Internet hace que la información a la que le costaba viajar siglos ahora llegue en cuestión de segundos. Es espontánea, volátil… todo el mundo está reunido en facebook. Así que, no es nuevo, seguimos siendo los mismos seres humanos, seguimos funcionando igual, con las mismas debilidades y los mismos tipos de contenidos, pero sí que es distinta la tecnología. Internet supone uno de los grandes cambios de la Historia. No se me ocurre qué revolución mayor estamos viviendo ahora mismo.


S.- ¿Existe alguna fórmula, algún secreto, para conseguir que lo que difundes por la red se convierta en viral, que se transmita?

Ya comienzan a conocerse cosas desde el punto de vista científico, sobre cómo funciona la transmisión de ideas. Una parte es aleatoria y no se va a conseguir dominar nunca porque depende de contagios entre humanos. Se ha comprobado en experimentos que en dos universos paralelos idénticos, en uno lanzas una información y funciona, y en otro lanzas la misma y no lo hace. Se han hecho experimentos con listas de éxitos, con canciones. En el momento que dependemos de los demás para algo la respuesta es aleatoria. No es lo mismo lanzar un disco y que sólo lo escuches tu, que al escucharlo estés teniendo feed back con otras personas. La segunda opción te afecta. Todas esas circunstancias hacen que resulte muy complicado de medir, que una información en un universo funcione y en otro similar no lo haga.


S.- Entonces, ¿no tenemos pistas?

Más allá de ese componente aleatorio sí que se sabe que los contenidos que pulsan las teclas de lo emocional son los que tendemos a compartir. Algo que nos hace mucha gracia, algo que nos sorprende, algo que nos indigna, no vale con que sea gracioso, interesante, triste, no; tiene que ser algo que realmente te altere, que te ponga en estado de acción. Además, los científicos han medido nuestros cerebros y han comprobado que el contenido viral hace que se ilumine la parte de nuestro cerebro que nos hace pensar en los demás. Es decir algo para ser viral nos tiene que emocionar y hacer pensar en el otro: “esto se lo tengo que mandar a…”. Hay otras series de factores que aluden a las cosas que nuestro cerebro está programado para prestarles más atención… ruidos, colores llamativos… historias, los vídeos, el movimiento. Si vas sumando todas estas cosas puedes hacerte una idea. Si vas a realizar una campaña tienes muchas posibilidades de éxito si está en forma de vídeo, si la historia que cuenta es muy emotiva y habla de los demás y de compartir. También puede tener mucho éxito si cuenta con una música que provoque emoción. Poco a poco vas creando una lista de cosas que funcionan, que están reunidas en el libro en forma de hoja de ruta, siempre teniendo en cuenta que existe una parte aleatoria.
S.- Un vistazo a la red muestra que hay diferentes informaciones que cumplen más o menos esos condicionantes. ¿Qué hace que unas triunfen y otras no? ¿Hay también un componente de suerte?

Claro, porque hay muchos más factores que influyen, no es lo mismo lanzar un determinado viral hoy que mañana. También hay que tener en cuenta el ambiente de la sociedad, estamos hablando de un ser humano en relación con otros, eso lo complica todo muchísimo. Después del 15M se han sucedido virales indignados, todas las semanas tenemos la historia de un chaval que va al metro a cantar su currículum, alguien que llama a una radio o una televisión y de repente empieza a quejarse por algo que está pasando, unos abuelos que graban un vídeo y que dicen que la crisis ya se veía venir. ¿Qué ha pasado para que eso sea viral ahora y antes no lo fuera? Ha pasado algo, ha pasado el 15M, la sociedad ha cambiado y es mucho más receptiva a este tipo de historias. Ahora tenemos más consciencia de que esas cosas están pasando y tenemos más urgencia para compartirlo con los demás. Pasó hace unas semanas con un vídeo titulado ‘La sorpresa’. Era un vídeo totalmente preparado, tenían la intención de que fuera viral. Lo habían grabado para un cliente en Méjico y aunque el trabajo al final no salió decidieron hacerlo, pero estaba ideado para que fuera viral. Es un vídeo de libro. Se ha producido un cambio tremendo en cómo se comunican las cosas. Ese vídeo puede ser más o menos inocente, pero qué pasa cuando se hacen cosas similares con el fin de vendernos lo que sea o para cambiar la opinión pública sobre cierto tema.


S.- ¿Deberíamos poner en duda todo lo que nos encontramos en internet?

Sí, claro que sí. Es que al final volvemos a discutir sobre si el fin justifica los medios. ¿Por qué un video tenga buenas intenciones tengo que permitir que me manipulen? Creo que no. Tenemos que crear una sociedad adulta, no una que se emociona con algo, se le cae la lagrimilla y ya cree que eso es verdad. Te puedes emocionar, pero debes saber que te han manipulado y luego decidir si lo compartes o no, si te lo crees o no. Tenemos que crear el hábito de dudar, porque nos vamos a encontrar a todos los anunciantes, a todos los políticos haciendo esto, y se va a convertir en algo insoportable. Se va a convertir en una sociedad absolutamente irracional. Ya pasa con famosos que compiten por quién hace la barbaridad más viral. Creo que más vale que empecemos a dudar de todo. Miley Cyrus sabe muy bien lo que hace.


S.- Hilando con el periodismo, ¿Cómo lo ves hoy en día?

¡Buff!... Lo veo mal, muy mal. Internet es un gran problema para los medios porque la mayoría depende de la publicidad y del número de visitas. Entonces, cualquier contenido que genera visitas se potencia. Además, en internet todo se puede medir en tiempo real, mientras que, por ejemplo, en la radio hasta que no llega el EGM al cabo de unos meses puedes estar tranquilo. En cambio, tú publicas algo en internet y al instante sabes en tiempo real cuanta gente la está leyendo, cuánto tiempo ha estado en la información, desde que canal ha llegado… lo sabes todo. Desde los medios de comunicación, que no son tontos, ha visto como funciona y se han dejado llevar por darle al lector lo que él cree que quiere, que no es lo mismo que lo que quiere. Han entrado en una carrera por conseguir tráfico de visitas y más tráfico de visitas y, al mismo tiempo, se ha ido alejando de su espíritu. ¿Qué pasa? Pues que todos los medios de comunicación del mundo tienen contenidos idénticos. Un medio de la India o de Madrid, tiene historias idénticas a uno de Nueva York. ¿Qué sentido tiene eso? Ninguno, ninguno. Está captando cierta atención en los lectores, pero estás unificando y eso es muy mal negocio. Además, es muy peligroso que todos los medios acaben ofreciendo lo mismo. Creo que hasta que los medios no se den cuenta de la barbaridad que están haciendo y se lo tomen todo con mucha más calma y dejen la carrera por la página vista y lo viral no van a tener una oportunidad de hacer las cosas bien. Los medios tenían un papel, que necesitamos más que nunca, que es el de filtro. Necesitamos medios que nos filtren las noticias que nos llegan, qué es importante y qué no lo es. Están pasando tantas cosas y necesitamos que nos las cuenten. Es el mejor momento de hacer este trabajo y están haciendo lo contrario; en lugar de limpiar y ofrecernos un producto limpio lo que están haciendo es emitir basura vía internet.


S.- Da la impresión, que con la crisis ha sucedido algo terrible en el periodismo que ha sido el desempleo brutal en la profesión, pero, al mismo tiempo, parece que ha surgido un periodismo más crítico. Quizá porque llega menos dinero de las instituciocnes…

Cuando alguien no tiene nada que perder es más libre y además hay que tener en cuenta el poder que tiene ahora una persona sola con su ordenador… su mensaje puede llegar más lejos que nunca. Es una parte buena de todo esto, una persona que cuente bien la información puede influir a millones de personas. Eso es increíble, eso no había pasado jamás, es un cambio espectacular. Da igual que hablemos de alguien aquí en España o de un bloguero en Egipto, eso no había pasado jamás. Por eso me preocupa tanto la basura con la que se está llenado internet porque cuento más basura exista más difícil va a ser llegar a la información de calidad, a la crítica, a la información interesante. Es una pena porque internet es lo mejor que la ha pasado nunca a la libertad de expresión.


S.- Da la impresión que los medios en papel al desarrollar sus ediciones digitales no han desarrollado un medio nuevo, aprovechando internet, sino que han duplicado lo que ya exisitía…

Sí, sí… han pensado que internet era un sitio más donde colgar sus cosas. Es más, durante mucho tiempo a la acción de realizar la edición digital se le ha llamado ‘volcado’, indica la tremenda confusión de lo que se está haciendo. Lo están pagando.
S.- Eres redactora jefe del Huffinton Post. ¿Descríbenos qué es el Huffington Post? ¿Cómo es el trabajo allí?

El Huffington Post es uno de los medios más grandes de internet. Nació hace unos años, como medio político y con un peso muy grande de los blogueros. Fue un medio que explotó la potencia de los blogs y que no dudó en enlazar informaciones a otros medios de comunicación. Si alguien tiene una información sobre un tema mejor que la que podemos dar nosotros la enlazamos, esto es internet. Un medio muy moderno que enseguida empezó a crecer de forma exponencial. Tanto que ahora está implantando ediciones en distintas partes del mundo. Está en Reino Unido, en Francia, en Italia, Alemania, en Japón y está en España. Tuve la suerte de que me llamaran para formar parte del equipo de la edición española. La verdad es que está siendo una experiencia increíble, ya que ves desde dentro cómo funciona todo esto. El Huffington Post es una de las grandes máquinas de generar información viral. Creo que no hubiera sido capaz de escribir el libro si no hubiera trabajado en el Huffington Post porque me ha permitido conocer toda la maquinaria desde dentro.


S.- Y para terminar, aunque quizá debiera haber sido la primera pregunta. ¿Por qué decidiste ser periodista?

(Se ríe)… pues… Me hice periodista porque me encantan las historias y me encanta leer y escribir. Me parece que el periodismo es la forma que existe de contar esas historias… y que te paguen por leer y escribir; eso es fascinante. Soy tremendamente curiosa y siempre he estado aprendiendo cosas muy dispares todo el tiempo, así que la profesión de periodista me parece perfecta porque cuando abordas una información tienes que aprender sobre un tema y al iniciar otro tienes que documentarte sobre la contraria. Es algo que me parece tan divertido… no puedo evitar ser periodista. Siempre he tenido muy clara mi vocación y siempre he querido ser periodista. He tenido la suerte de poder serlo... porque es una suerte.


S.- ¿Descansas o siempre eres periodista?

No… hay veces que no lo eres. Los que siempre hemos tenido blogs o páginas web sabemos que son máquinas que nunca se cansan de recibir material, son como una caldera. Les hechas media vida, pero quieren más. Puedes terminar dedicándoles las 24 horas del día, pero yo intento que no sea así. Lo que ocurre es que los periodistas, porque nos gusta y nos atrae, nos hemos apuntado a esa dinámica perversa.


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