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{VIVIR / VIDA EN LA CIUDAD}

'El momento justo también lo tienes que buscar, a veces lo encuentras y otras no'

El fotógrafo Agustí Carbonell, Insignia de Oro de la Asociación de Informadores Gráficos de La Rioja

Agustí Carbonell es fotoperiodista y nada mitómano, al menos no de sí mismo. Bien podría serlo cuando algunas de sus fotografías han marcado estilo dentro de la historia de la fotografía de prensa de este país. El fotógrafo barcelonés prefiere recordar su trabajo cuando surge en las conversaciones con amigos y compañeros. Carbonell desarrolló su profesión fundamentalmente en La Vanguardia, El País y el Periódico; siendo una de las principales referencias nacionales de la edición gráfica. Conocido por imágenes como la del incendio del Liceo, que le valió en 1995 el Premio Godó o la del gol de Koeman en la final de la Champions en Wembley, la Asociación de Informadores Gráficos de La Rioja ha reconocido su trabajo con la concesión de la Insignia de Oro 2017, un galardón anual que ha cumplido su quinta edición. “Saber reconocer la imagen clave de un acontecimiento y sacarle el partido que merece en la edición impresa del periódico es la razón por la que quisieron contar con Agustí grandes figuras del periodismo como Raúl Cancio, en El País; Joan Tapia, en La Vanguardia; y Antonio Franco, en El Periódico”./Javi Muro


S.- ¿La capacidad de captar la imagen que cuenta un acontecimiento es algo que se tiene, que tiene que ver con un talento innato o es algo que se aprende, relacionado con la experiencia?

Juega mucho la experiencia. No haces las mismas fotografías ahora que nueve años atrás. En mi caso son casi cuarenta años de profesión y de ver muchos periódicos y cómo trabaja mucha gente. Te vas refinando, vas superando metas. Luego está la intuición, que también es muy importante. También la rapidez y el momento justo. El momento justo también lo tienes que buscar, a veces lo encuentras y otras no.

 

S.- … la fotografía del Liceo ardiendo…

Por ejemplo, la foto del Liceo es un chivatazo. Me dijo una señora: “me parece que está saliendo humo del Liceo, algo pasa”. Me acerqué para ver qué ocurría y una vez allí la primera foto que saqué fue en la que se ve a gente mirando hacia el edificio con la columna de humo. Después, al cabo de cinco minutos aquella gente ya no existía porque la Policía los echó fuera de allí. El fotógrafo que llegó después ya no pudo realizar una imagen con la gente mirando cómo se quemaba el Liceo, la gente mirando cómo se está quemando una institución que era muy importante para la ciudad de Barcelona.

 

S.- …corrígeme si me equivoco, pero librabas en el periódico ese día, no?

Sí, libraba.

 

S.- ...¿Se es fotoperiodista las 24 horas?

Todo el día. Asumo que en esta profesión soy fotoperiodistas desde que me levanto hasta que me voy a dormir. No puedo asumir que dejo de ser periodista cuando termina de editarse el periódico. Soy de los que cuando el periódico ya estaba terminado me iba con los amigos a tomar una copa. Íbamos a sitios donde mirábamos si al día siguiente se podía hacer algo. Soy de la generación del periodista que sale de noche. Hay que salir a cenar, a tomar copas, a planchar oreja.

 

S.- ¿Periodistas, fotoperiodistas, fotógrafos?

Cuando hablo de periodistas, hablo –en nuestro caso- de fotoperiodistas. Nosotros somos fotógrafos que documentamos. Encuentro pedante decir que somos notarios de la Historia a través de la fotografía, que algunas veces he escuchado. No lo somos, no hay que ser tan pedante. Somos periodistas porque estamos utilizando un género que, a través de imágenes, cuenta historias. Del mismo modo, que se explican historias a través de la radio o de la literatura o la escritura. Me considero fotógrafo y fotoperiodista porque he vivido del periodismo toda mi vida.

 

S.- … pero además, hay que tener una mirada especial, ¿no? ¿Cómo se explica sino fotografías como el gol del Koeman en Wembley?

La fotografía del gol de Koeman está hecha con teleobjetivo. Cuando llevas mucho tiempo haciendo fotografía de deporte, de fútbol sobre todo, te levantas y vas detrás de la portería para ver si haces alguna fotografía. La imagen del gol de Koeman parte de una falta directa con barrera. Era una fotografía en analógico. Cuando Koeman chuta se abre la barrera que formaban los jugadores de la Sampdoria y disparo tres fotogramas clak, clak,… chak –siempre realizaba tres disparos- y la del medio solía ser la buena. Al enviarlas al periódico les dije que miraran esas fotos porque creía que se veía la pelota al salir de la bota de Koeman.

S.- … pero el encuadre sí es una decisión del fotógrafo…

Sí, claro. Tienes una intuición y encuadras. Además, soy de los fotógrafos que nunca levantaba la ampliadora. El encuadre de casi todas mis fotografías respeta el disparo. No tenía que encuadrar después en el laboratorio. Si tenía que adelantarme uno metros lo hacía y si tenía que retrasarme, pues pasos atrás, pero no me gustaba levantar la ampliadora para reencuadrar. La mayoría de mis fotografías son negativo completo. Así es casi todo mi trabajo.

 

S.-Implica una gran capacidad para imaginar la fotografía…

Esto lo aprendía de muchos fotógrafos que han sido referentes míos que cuando disparaban ya encuadraban.

 

S.- ¿Qué importancia tiene la belleza en la fotografía y en el fotoperiodismo?

La belleza la llevas en el interior. Una foto te puede emocionar, no al fotógrafo, sino al espectador. Cuando observas un cuadro te puede emocionar o no, con la fotografía sucede lo mismo. Es el espectador el que tiene que interpretar la imagen. Una fotografía te puede impactar o dejarte indiferente. Lo que sucede es que el fotógrafo, a veces, encuentra la belleza en una fotografía muchos años de haberla realizado. Ahora estoy descubriendo fotografías que digo “está fotografía me gusta” e igual han pasado 25 años desde que la hice.

 

S.- Quizá ese reposo permite observar esas imágenes de manera diferente a cómo las contemplaste con la inmediatez del momento en su día….

Así es el fotoperiodismos, son fotografías que las realizas y de inmediato tienes que situarlas en un lienzo que es el periódico. La reflexión para editar es muy poca. Igual, si al cabo de una semana vuelves a mirar los negativos, editarías otra imagen distinta. De alguna manera, es también la grandeza de la edición gráfica y su inmediatez. Tienes que resolver el problema que se plantea en una tarde, tienes que decidir qué foto es buena para abrir, cuál para ir en página tres a cuatros columnas, cuál tiene que ir en vertical… es preciso contar con una agilidad para ver imágenes muy grande.

S.- ¿Has tenido muchas peleas con los editores sobre las fotografías a publicar?

Sí, nos hemos peleado mucho. Nos hemos peleado mucho con compañeros, redactores jefes, jefes de secciones, pero eran peleas con amistad porque luego nos íbamos a tomar una copa y nos emborrachábamos juntos y lo pasábamos divinamente. Nos peleábamos por el espacio. Yo defendía que necesitaba mi espacio para mí y para mis fotógrafos, defendía que si era una buena fotografía fuera a cuatro columnas. También había momentos en no teníamos una foto buena y lo decíamos, y proponíamos que fuera una ilustración, por ejemplo, o una infografía.

 

S.- ¿Siempre quisiste ser fotógrafo?

Sí, a los dieciséis años decidí ser fotógrafo. Mi padre era aficionado a la fotografía. Era industrial y la gustaba la fotografía. Tenía en casa un pequeño laboratorio. A mí me fue llamando la atención. No me gustaba mucho estudiar. Hice un cursillo de fotografía y poco a poco me fui formando. Empecé haciendo fotos a los amigos, después para alguna revista de algún conocido. Así comenzó todo.

 

S.- El cambio tecnológico en la fotografía ha sido muy grande en la última década. ¿Cómo le afecta al fotoperiodismo?

Al fotoperiodismo no tiene por qué afectarle nada, lo que existe ahora son otros soportes. Lo que le ha afectado al fotoperiodismo es la mala gestión –también de la crisis- por parte de los periódicos. Con la crisis ha habido una decapitación enorme de fotoperiodistas, pero no sólo, también de redactores. Ya no hay en los periódicos editores gráficos y tampoco editores de texto… los han echado a la calle. Antes había un editor de textos o dos en cada periódico. Muchos fotoperiodistas han tenido que reciclarse y realizar vídeo, que también es un lenguaje muy interesante.


S.- … también que ahora todos nos creemos fotógrafos… 

Claro, tengo amigos mías que se han tenido que reciclar o retirar, amigos con 38 o 39 años porque les queda una vida muy larga… y se han tenido que reinventar.

 

S.- Galardones, reconocimientos, como la Insignia de Oro de la Asociación de Informadores Gráficos de La Rioja reivindican también la mirada del fotógrafo profesional, ¿no?

Sí. Que los compañeros de una comunidad que no es la tuya te den un premio, que organicen concurso, que reivindiquen su profesión es muy importante. Sirve para dar voz y denunciar la pérdida de puestos de trabajo que por la mala gestión se ha producido en los periódicos.

* La entrega de la Insignia de Oro de la Asociación de Informadores Gráficos de La Rioja a Agustí Carbonell tuvo lugar en el Salón de Retratos del Ayuntamiento de Logroño. La alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, y el presidente de AiG, Fernando Díaz, hicieron entrega del galardón, acompañados por varios compañeros fotoperiodistas, así como por la concejala de Cultura, Pilar Montes, y el concejal de Alcaldía, Javier Merino.

 

 

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