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{VIVIR / VIDA EN LA CIUDAD}

Juegos Reunidos en analógico

La Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Logroño acoge la muestra 'Juegos para recordar'

Desde un lado de la plaza un grupo de niños comienza a correr al grito de “tres navíos en el mar están”, enfrente, bajo los soportales, las voces advierten que “otros tres en su busca van”, al tiempo que salen en su persecución. El tradicional juego de policías y ladrones –polis y cacos- comenzaba no hace tanto tiempo tras recitar cada bando infantil la retahíla que definía si huían o perseguían.


La Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Logroño acoge la muestra ‘Juegos para recordar’, enmarcada en la Semana de las Personas Mayores. La única pantalla que forma parte de la exposición no está conectada a consola alguna. Emite un documental que recorre antiguos juegos tradicionales. Entretenimientos como ‘El bote’. La película muestra a un grupo de niños. Dos de ellos se sitúan en el centro. El primero golpea el bote de una patada, tratando de enviarlo lo más lejos que sus fuerzas le permiten; mientras los demás chavales buscan el mejor de los escondites, el segundo niño corre tras el bote y una vez capturado comienza a descubrir el escondite de sus amigos. Y es quién no ha jugado al escondite en cualquiera de sus diferentes versiones, ya sea el caballito inglés o caliente frío.

 

A través de los paneles que acompañan a los diferentes juguetes es posibles ubicarlos en función de relación con el azar y la suerte, el lanzamiento o el tiro, la creatividad y la imaginación, la habilidad, los juegos de frontón y pelota, los juegos de pillar o el citado escondite. Distribuidos en peanas y vitrinas, la exposición permite recordar los cromos, el clo –consistente en meter el mayor número de huesos en una agujero en la tierra-, las carreras de chapas, la habilidad con las canicas o las tabas, confeccionadas con los jarretes del cordero y su cuatro caras Hoyo, Carne, Pata y Culo… tras arrojarlas contra pared si caían por la Carne o el Hoyo ganabas.
La habilidad y la creatividad se presentan en la muestra a través de yoyós confeccionados con enormes botones, diábolos, y canoas y espadas extraídas de la madera. También pueden verse arcos y flechas, matracas, tirachinas, bolos, mazos y tabletas. Nada que ver con las ‘tablets’ de hoy día, pero sin duda catalizadoras de la imaginación infantil de igual manera.


Los saltos siempre han estado presentes a la hora de jugar. ‘A la una, la mula’, ‘Churro va’, ‘La corredera’, o ‘María subo’, ese juego en el que una vez colocados los niños que hacen de caballos contra la pared, los chavales van saltando sobre ellos tras pronunciar la frase “¿María subo?”.


La exposición reúne una cuidada selección de entretenimiento que demuestra cómo antes de la era digital, los niños también sabían divertirse con los recursos que tenían a su alcance. Sobre el suelo de la Sala está silueteado un juego del Cazo. Un grupo de niños lanza, sobre lo que en las calles y plazas era clarión, una piedra simulada y a la pata coja trata de arrastrarla siguiendo los números situados en cada vértice./Javi Muro


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