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{VIVIR / VIDA EN LA CIUDAD}

Villacerda

Desaventurados (2)

En 1998 el escritor americano David Foster Wallace escribió un artículo para la revista Premiere sobre la ceremonia de entrega de los premios AVN (Adult Video News) celebrados en la ciudad de Las Vegas. Estos premios son considerados  los ‘Oscars del porno’, divididos en cien categorías que agrupan nominaciones tan diversas y humanas como ‘mejor estreno transexual’ o ‘mejor escena de sexo anal’, porque a juicio de  Jose Luis Cuerda: “El culo es muchas veces el espejo del alma”. En la hilarante descripción de Wallace hay joyas como la explicación del nuevo modelo de implantes de pecho de una de las actrices: regulable con dos válvulas debajo de los sobacos, o la interpretación de la escritura que una de las actrices había hecho con un rotulador metido en el culo. Cuando el cronista ahonda en las razones por la cuales la industria del porno genera varios billones de dólares al año en los Estados Unidos, la respuesta del actor Joey Silvera es tan básica como esclarecedora: “Amigos, enfrentémoslo, América se la quiere cascar”.


España también se la quiere cascar. A finales del siglo pasado Ignacio Allende, más conocido como Torbe, inauguró una página web que le ha hecho rico y ha cumplido sus sueños: “El leitmotiv de mi vida ha sido follar”. En noviembre del año 2010 comenzó una sección de webcams en la que podías comunicarte en directo con las modelos, algo que no se había hecho hasta entonces en nuestro país. Comenzó con cuatro mujeres. En la actualidad hay noventa y seis señoritas que ofrecen sus servicios a través de videoconferencias. El INEM debería darle un premio a este emprendedor. Muchas de ellas emiten desde un lugar llamado Villacerda.


Villacerda nació en el año 2010 como un espacio donde rodar escenas, emitir en directo a través de las webcams y alojar a las chicas que venían de fuera de Madrid. Durante aquellos primeros momentos Villacerda era un piso junto a la plaza de España. En la actualidad es un estudio más adaptado a las necesidades de la producción. Una mujer que quiera ganarse la vida con este trabajo debe tener disponibilidad, preferentemente ocho horas al día, ser mayor de edad y algún atributo que la haga atractiva. En la descripción del trabajo se especifica que consiste en “chatear con chicos, y de vez en cuando desnudarte y masturbarte delante de ellos”. Un sueldo normal ronda los dos mil euros al mes pero se puede llegar a ganar cuatro mil si se trabaja con pasión. Hace unos meses que Torbe ha comenzado un servicio denominado el “mamódromo” en el cual una de sus modelos realiza una felación a un miembro que sale de un agujero en la pared. Cualquiera puede apuntarse a vivir esta experiencia, en su página web están las directrices para participar en este tipo de encuentros. Esto es parte de lo que Torbe llama la obra social de su página putalocura.com: “Acercamos a la gente como tú al porno”. A través de putalocura se puede conseguir trabajo como chica webcam, como actriz o actor porno y también se puede participar activamente como amateur: desde fans que se encuentran sexualmente con sus actrices preferidas a hombres que acuden para participar en un bukkake (práctica en la que un grupo de hombres eyacula sobre una mujer que les masturba y les realiza felaciones). Ya están abiertas las inscripciones buscando miembros para la sevillana Erika en su próximo bukkake. Uno de los requisitos es “llevar dos días sin descargar”. Sus seguidores la animan a superar la última actuación de la japonesa Muyiki Son en la que  tragó veintiocho eyaculaciones. Una actriz amateur puede ganar entre ciento cincuenta y quinientos euros por una de estas sesiones.


Estrella Ramos vivía una vida tranquila en Galdakao, una población en la metrópoli de Bilbao. Trabajaba como comercial en una empresa de venta de maquinaria, estaba casada y, en sus ratos libres, daba clases de catequesis. Los días pasaban, uno tras otro, en una sedante normalidad burguesa hasta que decidió dejarlo todo: trabajo, marido y clases de catequesis, para comenzar una carrera como actriz porno. Se puso en contacto con Torbe y fue una de las primeras chicas en Villacerda. A su familia le dijo que “se iba a Madrid a vender máquinas de diálisis”. Rápidamente se hizo famosa por su naturalidad, por sus grandes pechos y por su sentido del humor. Según sus propias palabras el éxito llegó “porque tengo más arte que las otras, más mala hostia y porque soy una cerda”.


La familia de Estrella se enteró de que no vendía maquinaria médica por un programa en el que apareció en televisión. Sus actuaciones en bukkakes han sido muy valoradas. Dice que el porno “le ha abierto la mente y le hecho conocer a mucha gente interesante alejada de la hipocresía. También a mucho hijo de puta”. En la actualidad ya no realiza escenas y trabaja desde su País Vasco natal como modelo en el servicio de webcams. La última vez que estuvo en Villacerda fue para que su novio participase en una de esas escenas de exaltación del semen. Estaba observando la grabación mientras le gritaba  a la actriz: “Ponle más empeño ¡joder! Que es mi novio”. Estrella apela a la libertad sexual y dice: “Menos los animales y los niños me gusta todo”.


Las perversiones son, como los defectos y los fracasos, parte de la vida y hay que trabajarlos para poder saborearlos con placer. Es un camino tortuoso en el que hay que luchar contra la hipocresía, contra la mediocridad, contra la estandarización y hasta contra los antiguos alumnos de la clase de catequesis. Estrella, como Torbe, lo han conseguido y han ganado dinero haciéndolo. El resto nos contentamos con observarles detrás de nuestras caretas, de nuestros prejuicios, detrás de nuestra apariencia de buenos ciudadanos con los pantalones a media pierna mientras tecleamos con una mano en el ordenador./Simón Elías

 

 

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