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{ARTÍCULOS DE OPINIÓN}

Todo el mundo miente y el detonador EMX-3

Navajas de Papel

Acodado en la barra de la discoteca charlaba con Scarlett Johanssom y sonaba ‘El detonador EMX-3’. Quizás, tantas dosis promocionales de Amenábar en pocos días eran demasiadas. Alguien trataba de llamar mi atención tocando insistentemente mi hombro. “Almas en frotación continua –cantaba Chucho- caerán y reventarán la tierra”. Al volverme, Natalie Portman me sonreía seria, como lo hacía en ‘Closer’: “No decías que no te gustaban las rubias”. El camarero terminaba de preparar la copa y Natalie ya no estaba, tampoco la rubia. Un hombre con aspecto entre telepredicador y banquero prometía la vida eterna a quien pidiera perdón por sus malas acciones, allí mismo, en mitad de la pista de la discoteca. Mostraba un pliego de papeles escritos a dos caras, cuerpo grande por delante, letra diminuta por detrás, y garantizaba que la firma de aquellos contratos eliminaba toda posibilidad de viajar al más allá.


En un reservado, Rodrigo Rato juega al póquer con Felipe González, Aznar y Pujol, mientras en torno suyo los miembros del consejo de administración de una empresa eléctrica observaban atentos la partida. Marx –Groucho Marx- pasa junto a la mesa. “Disculpen si les llamo caballeros –les dice- pero no les conozco muy bien”. La energía del momento se difumina a través de contadores inteligentes, que transforman la iluminación en un ‘ahora me ves, ahora no me mes’. En la intermitencia entre luz y penumbra, un foco destaca un atril sobre el que transitan a extrema velocidad candidatos a ser candidatos que, como mises, reiteran la promesa de lograr la ‘paz en el mundo’ y elevan la apuesta con un ‘y yo más’. En plena subasta de promesas electorales, la Ruperta recuerda que aún nos quedan cuatro sobres por abrir y que en uno de ellos puede estar el apartamento en Torrevieja. Un concejal grita que nunca más volverá a mentir en el pleno y un poco más allá, Coco les explica a los líderes políticos la diferencia entre lejos y cerca… de los ciudadanos.


Mientras tanto, con un Photocall a la espalda un grupo de futbolistas profesionales rueda una campaña de publicidad para televisión. “Hacienda somos todos”, corean mientras apuntan con el dedo índice hacia la cámara. Bárcenas se descojona y los presidentes de la Federación de Fútbol y de la Liga comienzan a silbar al unísono. Un hombre sentado en un taburete junto a la barra llama la atención de un joven que apura la última copa. “Mira –le señala- el fútbol vuelve a ser un deporte y no tan sólo un espectáculo televisivo”, mientras observan como Cristiano Ronaldo y Messi se intercambian la camiseta. Al mismo tiempo, abrazados y apoyada la cabeza en el hombro del otro –en plena escena de consuelo mutuo-, Florentino Pérez y Bartomeu aseguran, que uno nunca quiso que Casillas abandonara el Madrid y el otro que Neymar costó lo que costó. Groucho continúa por allí. “El secreto de la vida –recuerda- es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido todo”.


En la pista central, la Unión Europea celebraba una importante reunión. A penas ha durado unos minutos y los asistentes han abordado –como siempre- un asunto de emergencia con celeridad y por unanimidad. Han dejado el espacio libre para que la ONU ocupe el espacio y apruebe, también con el voto a favor de todos los miembros, dar crédito al cambio climático y abandonar la política de promoción de guerras cuando interesa a quien interesa. Frank Underwood se ríe irónico mientras saborea un whisky con hielo durante un instante de descanso en el rodaje de House of Cards. “Hay muchas cosas sagradas a las que les tengo respeto –dice-, las reglas no están entre ellas”. Un coro de aplausos estalla entre los invitados al enlace entre los fabricantes de armas y de medicamentos. “La democracia está sobrevalorada”, insiste Frank.


A la salir a la calle, la luz del sol ciega los ojos. El kioskero ordena los periódicos del día en los expositores. Los titulares rezan: “Indultado el hombre condenado a seis meses de cárcel por robar una bicicleta en 2008” y “comienza el juicio por delito medioambiental contra el fabricante de coches que falseo los datos de emisiones”. Mientras abro y cierro los ojos para aclimatar la vista a la luz y trato de leer correctamente la prensa, el doctor House atraviesa la calle sobre su Honda… “¡Todo el mundo miente!”. El grito del doctor me despierta. Es lunes, toda una semana por delante… a por ella./Javi Muro.





Autor: Javier Muro

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