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{CULTURA / LIBROS}

'La poesía es realidad siempre'

Rafael Pérez Foncea, Begoña Abad y González Zapatero, en las Jornadas de Poesía en Español

La edición 2014 de las Jornadas de Poesía en Español que se celebran en Logroño se organizan, en esta ocasión, bajo la idea del poeta de provincias. Así, por la calle Amós Salvador desfilan hasta llegar a la Casa de los Periodistas –escenario de los recitales- poetas que escriben e imaginan y crean sus versos en su entorno cercano. Aún así todos son diferentes y distintos; también sus motivaciones, sus temas y sus técnicas. Lo son Iribarren y Gragera; y también –a pesar de su condición de poetas locales- Rafael Pérez Foncea, Begoña Abad y Juan Manuel Gonzaléz Zapatero.


El recital es en sí un experimento. Nunca antes en las quince ediciones anteriores de las jornadas tres poetas habían participado juntos en un mismo recital. Logroñeses, unos de nacimiento y otros de adopción, Juan Manuel, Begoña y Rafa transformaron la rueda informativa previa en entretenida tertulia con la misma facilidad que convierten imágenes en versos. Hubo un entrenador de fútbol –seguro que era argentino- que aseguraba que uno entrenaba como vivía. Tras escuchar a Juan Manuel, Begoña y Rafa la idea parece también aplicable a los poetas.


La poesía de Begoña Abad es considerada social y ella fue la encargada de proponer un primer debate. “Reivindico con mi poesía –dijo- la presencia de la mujer en las Jornadas de Poesía en Español. Molesta ver las cifras y la relación de una a cinco, entre mujeres y hombres”. Abad recordó que no se trata de algo exclusivo de esta edición. “Viene siendo así –denunció- desde sus comienzos”. La poetisa apuntó también que se trata de un reflejo de la sociedad en la que vivimos.


No compartían del todo los planteamientos de Begoña sus compañeros de mesa. “Los criterios –indicó el coordinador de las jornadas, Raúl Eguizabal- son de calidad, no pueden ser de género”. A modo de verso encadenado, la réplica de Abad no se hizo esperar. “Podría mostrarte un listado de aquí al Espolón –nos encontrábamos en el café Bretón- de mujeres poetas muy interesantes”.

 

Juan Manuel González Zapatero a quien se atribuye la excelente factura de sus textos aludió a los gustos y los criterios personales a la hora de decantarse por un determinado poeta. Hablando de poetas de provincias, Juan Manuel ha vivido el desarrollo y crecimiento de Logroño como ciudad desde el punto de vista cultural. “Antes –explica-, cuando yo empezaba a escribir, había un grupo pequeño de poetas, de novelistas, pequeño pero muy cohesionado. Un grupo que, de alguna manera, aún permanecemos juntos. Ahora, la ciudad ha crecido. Hay una eclosión de grupos diferentes, estéticas diferentes… ahora, prima un criterio estético, las perspectivas cambian…”.
Aun así, González Zapatero insiste. “Hay que ver la poesía como lo que es un arte; un arte que conlleva una autoexigencia tremenda”. Encuentra diferencias entre el ayer y el hoy del poeta de provincias. “Hoy –dice- es fácil publicar”.


Rafael Pérez Foncea se refiere a ese grupo del que forma parte González Zapatero como de una base inspiradora, “de un espejo en el que nos podemos mirar, unos buenos maestros”.


Maestro, profesor, es la ocupación profesional de José Manuel y ahí surge la pregunta. ¿Se enseña bien poesía? “No –dice el maestro- estamos invadidos de libros correctamente correctos que se utilizan para otras cosas”. Tampoco cree que se trate de lo difícil o complicado que pueda resultar acercarse a la poesía a través de los clásicos. “Lo mismo pudiera suceder con El Quijote… y está claro que algún poso queda”. Pérez Foncea secunda la opinión. “Por muy difícil que sea un poema –asegura- algo queda… el problema es que en la Educación todo se quiere llevar hacia la moralina. Hacen que los alumnos lean veinte páginas para decirles que los semáforos se cruzan en verder… no se cuentan historias”.

 

La conversación, una vez rozada la época colegial, se adentra en los inicios literarios. Begoña recuerda que de niña leía y leia. “Leía –recuerda- todo lo que tenía a mano. Leía Anna Karenina o Dostoiesvki, Machado o Miguel Hernández. Reescribía los poemas de Becquer y estaba convencida de que lo hacía mucho mejor que él”.

La poetisa asegura que siempre ha disfrutado experimentando con las palabras. “Escribía relatos, cuentos para mis hijos, pero no publicaba. Al cabo del tiempo me presenté a un concurso y lo gané. La primera vez que publiqué fue porque me lo propuso un editor tras un recital. A lo largo de mi vida todo han sido carambolas, preciosas, pero carambolas”. El coordinador de las jornadas apunta a Begoña que tardó en publicar, pero ya no paró. “Tanta contención…”, justifica ella.
Rafa Pérez Foncea tiene una relación polifacética con la creación artística. Es poeta, pero también actor, escultor, dramaturgo… “ –afirma-, pero la poesía es la que más peso tiene y la que me ha llevado a lo demás”. Rafa asegura que desde la poesía llegó al teatro. “Al teatro español de Calderón y Lope; hay mucho poema dentro de lenguaje del teatro, pero es que la poesía es una pieza fundamental en las otras artes”. Recuerda que ese fue el motivo que le llevó a estudiar arte dramático. “No es que tuviera –dice- una necesidad, una vocación interior de subir al escenario sino de estar en contacto con todo lo que le rodea”.


Juan Manuel reitera que la poesía habla de la vida. “El poeta trata de elevar a palabras esas cosas que pasan, que siempre han pasado. La poesía es arte”.


Sobre la mesa, apilados, se encuentran los periódicos del día. Páginas y páginas sobre el debate parlamentario entorno a Catalaña y le derecho a decidir. ¿De verdad le interesa ese tema a la gente que ahora pasa por la calle? ¿Y la poesía?... Rafa reflexiona en alto y apunta que es posible que ambas, “sean burbujas, aunque de diferentes tamaños…” y cierra… “la poesía es realidad siempre”./Javi Muro


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