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{VIVIR / VIDA EN LA CIUDAD}

'Los bancos se ponen a dar beneficios, pero no dan crédito. Hay que evitar esta provocación'

El economista José Carlos Díez partició en ' Los Jueves de Empresariales' de la UR

José Carlos Díez es economista y ha escrito el libro 'Hay vida después de la crisis, del que se han vendido ya más de 50.000 ejemplares. Profesor de ICADE explica a través de su libro la crisis financiera internacional, la Gran Recesión, la crisis del Euro y la crisis española. Durante nueve años fue economista jefe de Intermoney, broker líder en España en deuda pública, y ahora, como asesor, participa con sus previsiones en el panel de expertos del BCE sobre economía europea y en el panel de Funcas sobre economía española. Actualmente es uno los economistas más influyentes.


José Carlos Díez ha pasado por el ciclo ‘Los Jueves de la Facultad de Empresariales’, un vehículo para aproximar a los estudiantes al mundo empresarial, a las inquietudes que poseen los profesionales y especialistas, así como a la realidad formativa de otros estudiantes internacionales, abordando cuestiones que no siempre están en los planes de estudio./Javi Muro


S.- ¿Qué es lo que estamos viviendo?

Una depresión; no es la primera, pero sí es cierto que llevábamos mucho tiempo sin sufrir una crisis de esta magnitud. Además, se ha complicado porque ha afectado a más países, es una crisis del euro, es una crisis global, y eso nos pilla con poco margen de maniobra. Con alguna de las medidas que describro en el libro -que no son mías; se han puesto en práctica en Estados Unidos-, hemos conseguido frenar la depresión y eso es una buena noticia.


S.- Pero, ¿las medidas que se han tomado son suficientes para salir de la crisis?

El problema es que en esta situación de estancamiento, de crecimiento débil, no sales de la crisis, habría que tomar más medidas para reactivar la economía. Por ejemplo, una medida sencilla que afecta al hecho de que las exportaciones no van bien, al hecho de que las exportaciones han empezado a caer. Hemos visto datos del mes de diciembre y han caído y lo que dicen los manuales es que hay que depreciar el tipo de cambio. El euro está sobrevalorado, el mundo se está complicando, los países emergente comienzan a tener problemas y el Banco Central Europeo tiene que hacer más. Ha bajado los tipos a cero y tendría que hacer políticas cuantitativas, lo que pasa es que no parece que las vaya a hacer. Ayer hubo un reunión y no lo parece, por lo tanto el escenario de exportaciones para España este años no puede ser muy, muy positivo.


S.- ¿En qué situación estamos ahora?

Si el mundo ha dejado de crecer y los países a los que vendíamos como Brasil o Rusia o Turquía están estancándose algún tipo de medida de estímulo interna debería de haber en Europa. Hemos conocido los datos de consumo y venta minorista de diciembre en Europa y han sido muy malos, el consumo está estancado. Todo ese tipo de medidas que se han tomado en Estados Unidos y en el Reino Unido han funcionado. Hay que poner a la Economía a crecer a tasas del 2 o el 3 por ciento y luego cruzar los dedos porque una vez que coge esa velocidad todavía hay riesgos. Además, está habiendo problemas en Grecia, ayer conocimos datos de empresas que han entrado en concurso de acreedores, también en La Rioja; ahora no se van a pagar las radiales, las fotovoltaicas; muchas personas que ha perdido el empleo en los dos últimos años van a perder la prestación a lo largo de este año y no van a poder pagar la hipoteca. Hace falta algún tipo de medida para reestructurar el crédito como se ha hecho en Reino Unido, en Estados Unidos y que yo propongo en el libro.
S.- ¿Cuál es la preocupación en este momento?

Mi mayor preocupación es que veo que no van a hacer nada, porque ya estamos en campaña electoral para las europeas. El presidente español lee el Marca, el de Francia está con sus rollos de sus amantes, el de Italia a lo suyo y Merkel, que podía liderar esto, pues… Alemania tiene una tasa de paro del 6 por ciento y superávit en la cuenta corriente… para que va a hacer cosas.


S.- Escuchándole… lo de ‘Hay vida después de la crisis’…

Lo que cuento en el libro y en conferencias como las de la Universidad de La Rioja es  que, sin caer en el escepticismo y la desesperación, tomando medidas, en otros países ha funcionado. Ese es el mensaje del libro y es lo que quiero transmitir.


S.- El estado de ánimo es fundamental también en la economía…

Sí, pero el estado de ánimo se basa en hechos y los hechos no son optimistas. Creo que hay que tener un mensaje realista, un mensaje realista basado en que hay solución, sino la gente normal se desespera. Creo que hay solución, si no lo creyera no lo hubiera contado. Creo que hay solución a la crisis económica y se ha visto con ciertas medias del BCE y con el retraso del ajuste fiscal. Se ha conseguido estabilizar la economía, pero creo que hay que hacer mucho más.


S.- ¿Hemos tocado fondo cómo aseguran?

Fondo… en la destrucción de empleo; aunque es verdad que, por ejemplo en La Rioja, sigue cayendo. Lo que está yendo bien, muy bien, a nivel nacional es el sector turístico. En La Rioja, Castilla León, Cantabría, Euskadi, no se ha tocado fondo y por eso debería de haber planes de estímulo a la exportación con tipo de cambio y con demanda fuera, no es una cuestión de competitividad. Tenemos la misma competitividad que antes del verano. Antes del verano las exportaciones crecían y ahora caen, así que no creo que se culpa de las empresas españolas ni de las riojanas en concreto. Creo que tiene que haber medidas a nivel europeo. Aquí, en concreto, creo que hay aún capacidad de planificar dónde quiere estar La Rioja dentro de diez años, qué empresas y qué sectores van a poder ser competitivos a nivel mundial y cómo se combina desde el sector público con pocos recursos, es lo que hay, para que esas empresas estén protegidas de la restricción de crédito y ese tipo de problemas.


S.- Los mensajes sobre el fin de la crisis y la situación económica son contradictorios ¿Cómo puede la gente en la calle tener confianza?

La gente en la calle no puede tener confianza hasta que no se restituya el empleo y la renta empiece a fluir; evidentemente, la gente no tiene confianza. El consumo está débil todavía, por eso hay que tomar las medidas para que la enfermedad y la patología de las crisis se estabilicen y la economía comience a crecer como en Estados Unidos. Luego la confianza volverá. Por suerte, el cerebro del ser humano se olvida de lo peor, sino estaríamos esquizofrénicos. Pero la confianza tiene que estar basada en hechos, que yo diga a los micrófonos “España va bien”… eso no funciona, lo que funciona es que la gente vea que su vecino ha encontrado trabajo, que su familiar sigue cobrando la prestación por desempleo, que los jóvenes salen de la universidad y encuentran trabajo… eso sí genera confianza, lo mensajes optimistas por sí solos ya vimos en 2010 que no funcionan.
S.- Pero, ¿Qué se puede pensar si hoy lees la prensa y ves que esos parámetros a los que te refieres no mejoran, pero en cambio los presidentes de los bancos cobran 5,1 millones de euros al año?

Sí, los bancos se ponen a dar beneficios y no dan crédito. Ese tipo de provocaciones es lo que creo hay que evitar. Los bancos no están bien, si estuvieran bien estarían dando crédito. Si encima de no estar bien sales artificialmente inventándote beneficios porque has ganado dinero especulando con la deuda pública y con otras cosas, pues evidentemente…  Cuando observas las depresiones, hay más descontento social y más riesgo de estallido social cuando la economía se ha estabilizado y comienza a recuperarse que antes. Ocurre porque cuando ves que todo va mal lo asumes, pero cuando ves que las cosas empiezan a ir bien y sólo les va bien a los presidentes de los bancos y unos poquitos más… ahí empieza el lío gordo. Creo que esas cosas hay que cuidarlas desde el Gobierno, desde luego, pero también desde las grandes empresas y desde los bancos.


S.- La gente ve que se ha refinanciado a los bancos con dinero público procedente de los impuestos de los ciudadanos, mientras ellos siguen teniendo problemas para pagar sus hipotecas…

Sí, y encima que les has metido 60.000 millones de euros en ayudas, más 200.000 en avales, te dicen que ellos no son los culpables de la crisis. ¿Quién le dio el crédito al Pocero? ¿Quién le dio el crédito a Martinsa? ¿Quién quebró los bancos? ¿Los ciudadanos? La mitad de las familias españolas no tienen deuda… ¿Ellas son las culpables de la crisis? Esto es una crisis de crédito por banqueros que se equivocaron dando créditos y que han quebrado a las entidades. Pero también te digo que a mí el pasado no me interesa, porque no se puede cambiar, a mí lo que me preocupa es que no reconozcan sus errores y que quieran salir de la crisis haciendo lo mismo que hicieron al entrar. Pero el juego ha cambiado, aquí hay seis millones de personas sin trabajo, hay cinco millones de personas que no ponen la calefacción en invierno, y aquí el riesgo es un estallido social. Deberían pensarse mejor las cosas que dicen.


S.- ¿Cuál sería la primera medida que tomarías?

Creo que hay que atacar el crédito directamente, me preocupa la parte de las hipotecas. Hay muchas familias que no van a pagar y aunque están maquillando y ocultando las cifras de morosidad van a aflorar. Mi propuesta es hacer un banco bueno de hipotecas, sacar las hipotecas con problemas al banco malo y gestionarlas desde ahí. Evitar los desahucios y parar todos los problemas familiares que está habiendo. También actuar en materia del crédito a las pymes, tanto en cantidad como en tipo de interés. Si la prima de riesgo ha bajado de 600 a 200 ¿por qué los tipos de interés de financiación de las empresas no han bajado tres puntos porcentuales? Si tú haces eso es como si el BCE nos bajara los tipos 300 puntos. Ahí sí, diría va venir un ciclo de inversión, va a comenzar a crearse empleo y va a empezar a reactivarse la economía, pero eso no lo estoy viendo.


S.- El libro está teniendo un gran éxito, ¿no? ¿Pensabas que tendría esta repercusión?

Va ya por la sexta edición. No, pensábamos que el éxito serían 10.000 ejemplares y ya vamos por 50.000. La verdad es que es un placer y también un placer poder contarlo y contárselo a los jóvenes, a los empresarios, a los desempleados, a la gente que lo está pasando mal, lo que complementa bien la visión fría que los economistas tenemos de la economía. Al final la gente te cuenta sus problemas y eso te acerca más a la realidad.

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